Perfiles

Mara Bañó es todo amor y pasión. Cada vez que habla de Les Freses, la Marina Alta o de su querida moscatel, abre su corazón dejando al descubierto su inmenso mundo interior. Y es que desde que descubrió el vino como objeto gastronómico, se quedó totalmente enganchada.

En la búsqueda de un lugar donde descansar, estar en contacto con la naturaleza y poder disfrutar de su pasión por los caballos, José Antonio Ferri encontró un rincón mágico en Fontanars dels Alforins que abarcaba todo lo que necesitaba: Los Pinos. Una finca con bodega en un paisaje privilegiado que le acabó enamorando y sorprendiendo.

Nacido en una familia vinculada al vino al 100%, Félix Martínez Roda pateaba las viñas desde muy pequeño de la mano de su padre: don Francisco Martínez Vermell, que llegó a ser presidente de la Asociación Nacional de Enología. Se podría decir que Félix lleva en la sangre esa pasión por la uva, «Desde pequeño he estado acompañando a mi padre a las bodegas y he vivido totalmente vinculado al vino»

Ocurre sin apenas tiempo a la reflexión. Hay generaciones que hacen saltar por los aires los límites establecidos, catapultando el trabajo de sus antecesores con un enfoque personal e intransferible. Esto es lo que ha ocurrido en Bodegas Arráez desde que, allá por 2007, el joven enólogo Toni Arráez regresara de completar su formación trabajando en las más afamadas zonas productoras españolas.

José Miguel Medina es y presume de ser viticultor. En unos tiempos en los que el éxodo a la ciudad vaciaba las calles y los campos de los pueblos, siempre tuvo claro que pelearía por intentar que sus gentes pudieran tener una vida mejor dignificando el trabajo en la viña. Apostando a ciegas por un cultivo, la vid, que ha venido siendo el motor socioeconómico de la comarca desde hace más de 2700 años.

Sigue a lo suyo, mirando a la viña, pateando parcelas, catando uva, estudiando suelos… encerrándose en la bodega cada vendimia. Bueno, ahora en sus dos bodegas, pues desde hace unos años a Mustiguillo le acompaña en este sueño de Toni Sarrión Hacienda Solano, en Ribera del Duero. Sigue teniendo la misma ilusión de aquel atrevido enólogo que en la década de los 90 decidió apostarlo todo a cambiar la historia del vino valenciano.

David es uno de esos líderes que no tiene límites porque su ambición supera los parámetros establecidos. Y es precisamente esa filosofía, junto al trabajo de su equipo, lo que le ha llevado a convertir la Cooperativa de Viver en una de las empresas de agricultura más destacadas de la provincia de Castelló y de la Comunitat Valenciana. Las tierras familiares fueron testigo de sus primeras andaduras en el mundo agrario hace ya más de 16 años; un camino que inició junto a su hermano.

El camino de Vicente García ha estado y está lleno de ilusiones, metas y pasión por el mundo del vino que le ha llevado a convertirse en uno de los mayores abanderados de las tierras de Requena y a considerarlo como ‘el padre del cava valenciano’.

Se licenció en Farmacia y ejerce esa profesión todavía en su querido barrio valenciano de Ruzafa. Sin embargo, Luis Corbí siempre ha tenido pasión por el mundo del vino. «De joven mi padre me dejaba su chalet para hacer vino, iba a catas, visitaba bodegas, y cuando viajé al Rin me enamoré de la Riesling», nos cuenta.

María Sancho es uno de esos personajes del mundo del vino valenciano que va haciendo camino en silencio, sin grandes estridencias, sin prisa, pero sin pausa, habiendo construído ya una bella trayectoria de dos décadas. Estudia agrónomos y es allí donde, a través de ‘la colla dels vins’, comienza a introducirse en el mundo del vino como aficionada junto a sus amigas. Así es como el mundo del vino cautivó a María para marcar su vida.