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Vinos para beberse y vivirse: Arráez
Todas las buenas historias son las que pasan de padres a hijos, de abuelos a nietos. De generación en generación, con la intención de seguir creciendo; de seguir arraigando en la tierra, al fin y al cabo, de la tierra que están hechas. Como las que nos han traído hasta aquí: a La Font de la Figuera.
Un silencio de una denominación de origen propia y singular
Caricia. Tregua. Bálsamo. Tres palabras. Tan necesarias en estos tiempos para recuperar lo que tantos de nosotros anhelamos. Tres palabras que nos devuelvan lo que fuimos para volver a ser quien somos: hombres y mujeres deseosos de reencontrarnos.
La Villa de Requena, un maridaje perfecto entre tradición y modernidad
Tal vez la felicidad consista en perder el tiempo para ganarlo. De callejear bajo un cielo que se recorta entre unos tejados que parecen tocarse con los dedos, de acariciar una recia aldaba, o mirar por un delicado ventanal cómo las nubes se baten en retirada tras una tormenta.
En Jarafuel existía una fuerte industria artesana de transformación de las varas del almez. Se confeccionaban horcas, cayados y bastones de calidad, astiles, mangos para herramientas o radios para ruedas de carro. Por entonces en cada casa había un horquero. Ese era el nombre de un oficio. Unas horcas que se empleaban para separar el grano de la paja; para varear los olivos; y sarmentar los campos de vides tras la poda. Una labor que se hace justo ahora, cuando acaba el invierno y la primavera está doblando la esquina.
Existe un lugar en la geografía valenciana capaz de convocar todos los puntos cardinales. Donde el viajero puede girar como una peonza y atiborrarse de horizontes que tienen por bóveda el firmamento. Un lugar que bien podría ser el patio de recreo de los dioses olímpicos.
Tierra de trabajo y grandes pasiones
Un queso medalla de oro; una mandíbula de hipopótamo de 5.5 millones de años; una fábrica de cera hecha por abejas; y una gastronomía entre dos orillas. Hitos de una carretera única: la Nacional-330
Un viaje a contracorriente. Al lugar donde nacen los ríos. Un océano de montañas ibéricas habitadas desde antiguo por pueblos trashumantes. Emigrantes de ida y vuelta.
De Alicante a Francia, pasando por Mustiguillo y Casa Baltasar
En un viaje por carretera, al pasar por la meseta valenciana, el Altiplano de Utiel-Requena, no puede faltar la visita al Mustiguillo, que da nombre a la bodega DOP El Terrerazo, entre las cien mejores bodegas del mundo, con Antonio Carrión Martínez y sus compañeros María Rodríguez y Toni Argilés.
Ni una parada en Casa Baltasar, cuando pasas por Aliaguilla (Cuenca), para disfrutar de la cocina de Resurrección García.
Una postal medieval en activo; un parque natural abierto a todos los públicos; y un pueblo que reúne tres culturas: íbera, islámica y cristiana. Todo en los márgenes de la carretera comarcal Cv-333.