24 diciembre, 2025

Mar Lafuente
El 2025 quedará en la memoria de la Denominación de Origen Protegida Alicante como un año de contrastes y, a la vez, de madurez. Un año en el que el viñedo ha vuelto a recordar su fortaleza frente al clima y la DO ha reforzado su posicionamiento como nunca, su valor de marca y su conexión con la cultura, la gastronomía y el territorio. Reconocimientos internacionales, grandes citas profesionales, compromiso con la sostenibilidad y una intensa agenda social y cultural han marcado un calendario que confirma la solidez de los vinos con sello ‘Alicante’.
El año comenzaba con una de esas noticias que refuerzan el trabajo bien hecho. Los vinos alicantinos volvían a brillar en las prestigiosas puntuaciones de Robert Parker, confirmando que Alicante es una DO capaz de competir con los mercados más exigentes (Ver artículo).
Poco después llegaba la otra cara de la moneda, registraban la cosecha más baja de la historia en la DOP por culpa de la sequía. Un dato que recalca la necesidad de seguir avanzando en sostenibilidad y adaptación (Ver artículo).
Aún así, la agenda promocional no bajó el ritmo. FITUR fue el escenario para mostrar al mundo Costa Blanca Wine Experience, un proyecto que une vino, turismo y territorio (Ver artículo), mientras Barcelona acogía una intensa presencia de los vinos alicantinos en la Barcelona Wine Week y el Hotel Wine Fest (Ver artículo). Enero se cerraba con también con el estreno de Vinos Alicante DOP en Wine Paris, dando un paso más en su estrategia internacional (Ver artículo).

Salón Profesional DOP Alicante.
Febrero y marzo reforzaron una de las grandes señas de identidad de la DOP Alicante: su capacidad para unir vino, cultura e historia. El V Premio Fondillón reconoció a la Real Academia de la Historia por su defensa del legado español, al igual que los vinos alicantinos (Ver artículo). El Salón Profesional DOP Alicante volvió a convertirse en el gran escaparate del sector, reuniendo a bodegas, profesionales y prescriptores (Ver artículo). Y la literatura encontró su espacio con el Concurso de Microrrelatos sobre la Monastrell, reafirmando el carácter simbólico de la variedad reina (Ver artículo).
La primavera trajo consigo nuevas formas de contar el vino. En abril, Vinos Alicante DOP presentó ‘Terreta’, una bolsa convertida en pieza artística que transforma la identidad del territorio en objeto de deseo (Ver artículo). Mayo confirmó una tendencia positiva: el vino embotellado incrementó su valor en la DOP Alicante, reflejo de una apuesta clara por la calidad y la diferenciación (Ver artículo). Eventos como Winecanting 2025 volvieron a llenar el puerto de Alicante de brindis, historias y emociones (Ver artículo).
En Junio celebraron la diversidad y singularidad de la Marina Alta a través con las catas del Día de la Moscatel (Ver artículo). Demostraron que la DOP Alicante no solo comunica, también forma, con la convocatoria de la quinta edición de su curso de formadores homologados (Ver artículo). Un mes que acabó con la Guía Peñín 2025 situando a Alicante como referencia indiscutible en vinos especiales y dulces (Ver artículo).
El verano mantuvo a Alicante en el foco. La provincia se proyectó como futura capital del vino mediterráneo (Ver artículo) y recibió la visita de Tim Atkin, que volvió a poner en valor la riqueza vitivinícola alicantina desde una mirada internacional (Ver artículo).
El último tramo del año estuvo marcado por la vendimia y por una intensa actividad cultural. ‘Quintana en Vendimia’ llenó las calles de Alicante de vino, gastronomía y comercio local (Ver artículo), mientras la DOP Alicante reforzaba su compromiso con la sostenibilidad como eje estratégico de presente y futuro (Ver artículo).

Jose Juan Reus, presidente del CRDOP Alicnate, y el artista Antonyo Marest.
El nombramiento del artista Antonyo Marest como padrino de la vendimia 2025 consolidó la fusión entre arte y vino como parte del ADN de la DOP (Ver artículo). Octubre también recuperó la memoria popular con la ruta por las tabernas históricas de Alicante, donde el vino volvió a ser punto de encuentro (Ver artículo). Además, Alicante defendió su papel como posible primera DO del mundo en un congreso sobre memoria vitivinícola (Ver artículo).
Noviembre puso el broche a un año intenso. La Monastrell volvió a cobrar protagonismo entre relatos y catas (Ver artículo), y la DOP Alicante cerró la cosecha 2025 con más de 15 millones de kilos de uva, confirmando una recuperación significativa (Ver artículo). La visita histórica del conseller Barrachina a las instalaciones del CRDOP Alicante cerró el año en clave institucional (Ver artículo).
2025 ha sido un año para reafirmar la fuerza de una DOP como es la de Alicante. Un año en el que el vino ha sido cultura, economía, paisaje y emoción.
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