Déjate seducir por el mundo del vino
Déjate seducir por el mundo del vino
5 January, 2021
Mar Lafuente
Entre las tierras alicantinas hay una gran variedad de bodegas y viñedos que dan lugar a tesoros únicos: los vinos con Denominación de Origen Alicante. Cuando hablamos de vino alicantino, hablamos de siglos de historia. Fueron los íberos los que comenzaron a cultivar la vid, aunque introdujeron el vino en la provincia los fenicios en la primera mitad del primer milenio antes de Cristo. Pero es a principios del renacimiento cuando se encuentran documentos que dan constancia de la excelencia de los vinos de estas tierras.
Desde entonces hasta el siglo XVIII, el vino autóctono continuó creciendo e incluso alcanzó una fama que atravesó las fronteras. Uno de ellos fue el Fondillón: el vino alicantino más famoso que llegó a estar presente en las mejores mesas del mundo. Un producto histórico que ha sido el de más alto nivel y mejor valorado de la historia de Alicante, algo que ha quedado plasmado en numerosos testimonios de grandes personajes significativos.
Pero es en el siglo XIX, con la llegada de la filoxera en tierras francesas, cuando alcanzan su época dorada, exportando gran parte de la producción a Francia. Durante el siglo de oro, en cada uno de los pueblos de Alicante había terreno dedicado al cultivo de vino e incluso en este periodo se creó la primera estación enológica de España en Cocentaina. Todo cambió en el siglo XX, se decide apostar por el modelo turístico e industrial, provocando así una frenada del cultivo y haciendo de estos vinos tan reputados, vinos algo olvidados.
Esta historia se asienta en 1932 con la creación de la Denominación de Origen Alicante y, en 1957, con la composición del primer Consejo Regulador. Unas creaciones que nacen con el objetivo de cambiar y organizar el sector. Unos cambios que alcanzan la madurez en los años 90 con la llegada de nuevas bodegas que aportan la innovación necesaria a las tradicionales. Un camino de renovación con el que se ha conseguido volver a hablar de los vinos con DOP Alicante y poco a poco recuperar la excelente reputación.
Sin las bodegas no habría sido posible llegar hasta donde ha llegado el vino de esta zona. Es por ello que hoy vamos a recorrer dos de las comarcas alicantinas que tienen un mayor número de bodegas: El Medio Vinalopó y el Alto Vinalopó.
Esta comarca destaca por ser la principal zona de producción de vinos de Alicante y, por tanto, la que cuenta con un mayor número de bodegas. Está comprendida entre Novelda, hacia Pinoso al sur, Agost al norte y Elda al oeste. Las alturas de esta zona son medias, los suelos son secos, con poca humedad y muy duros, con calizas y piedras; el clima, por tanto, es seco por la escasez de lluvias, pero cuenta con influencias marítimas en corredores de aire mediterráneo. Todo esto hace posible que puedan tener un gran abanico de variedades, aunque predomina la variedad Monastrell, ocupando más del 70%.
Hacemos la primera parada en Monóvar, uno de los centros históricos de España. Aquí nos encontramos con bodegas como Primitivo Quiles o Bodegas Monóvar. La familia Quiles tiene lazos con el vino desde 1780 cuando empezaron con el cultivo y la elaboración de vinos en las tierras del oeste de Alicante. Primitivo Quiles, siguiendo con la tradición familiar, su filosofía se basa en la ética personal y profesional. Y, por otro lado, en medio de un espectacular paisaje levantino y apostando por lo moderno nos encontramos con Bodegas Monóvar, una de las bodegas con mayor prestigio de la provincia.
De camino a Pinoso hacemos la segunda parada en bodegas muy diferentes como Santa Catalina del Mañán, Bodegas Alejandro y Brotons. La unión de 30 agricultores con bodegas propias da como resultado Santa Catalina del Mañán, una bodega que debe su nombre a la patrona de la localidad. Bodegas Alejandro basa su trabajo en la elaboración tradicional y creen que el esfuerzo y el tiempo tiene su recompensa: vinos que se quedarán en la memoria de quienes lo prueban. Y, por último, Brotons ubicada en la pedanía El Culebrón.
Ya en Pinoso hacemos la tercera parada, un pueblo conocido por sus viñas, sus vinos y su gastronomía. En esta localidad nos paramos en cuatro bodegas. La primera es Bodegas Voler que tiene como pilares fundamentales la pasión, la tradición y la cultura. Haciendo referencia al lugar donde se encuentra está Bodegas Pinoso, constituida como cooperativa en 1932 y con el esfuerzo de sus fundadores ahora es reconocida por la calidad de sus vinos. Vivanza es una de las bodegas que apuesta por la innovación y, por ello, el equipo e infraestructura de esta corresponden a los más modernos estándares de calidad de producción. Y, por último, El Sequé, bodega que ha querido respetar la historia vinícola de Alicante, dejando viva la huella de los fenicios y los romanos.
De camino a la cuarta parada en la localidad de Algueña está la Bodega Cooperativa de La Romana, fundada en 1964. Ya en Algueña está la Bodega Cooperativa de Algueña que cuenta con un total de 2.300 hectáreas de viña repartidas, de las que el 80% de sus viñedos son dedicados al Monastrell. Y la última parada la hacemos en la ciudad de Petrer. En esta ocasión nos encontramos con Bocopa, un gran grupo vinícola que produce, embotella y comercializa el 50% de la producción de vinos de Alicante; y con la Cooperativa Agrícola de Petrer con más de 100 años de historia en el mundo del vino.
Es una comarca situada al noroeste de Alicante y que se extiende por las dos laderas del Valle del Vinalopó. Abarca desde Sax al este, el gran término municipal de Villena, Biar, Beneixama, Cañada y Salinas, entre otros. Los viñedos de esta zona sustentan una parte de la economía, es por ello que nos encontramos con varias bodegas.
En Villena, tierra de vinos desde hace cientos de años y, por tanto, con una increíble cultura vinícola, hacemos la primera parada. En primer lugar, Las Virtudes, una bodega que nació como resultado de la fusión de pequeñas bodegas y que ahora combina con las mejores instalaciones. También está Vinessens, una bodega con la filosofía de obtener vinos de alta calidad con la mínima intervención en bodega. En cambio, La Lagunilla ofrece contrastes, ya que se ubica lindando con Caudete y les hace posible tener certificado con la DOP Alicante y con la IGP Tierra Castilla. Y, por último, Bodegas Francisco Gómez que vio de estas tierras un entorno incomparable para establecer bodegas modernas en las que priman la calidad, sostenibilidad y respeto al medio ambiente.
Segunda parada: Salinas. Una zona con un gran potencial para los vinos en las que encontramos tres bodegas muy diferentes. Entre ellas está Finca Collado que nace con el objetivo de convertirse en un referente por la recuperación de variedades autóctonas y ancestrales. Por otro lado, Sierra salinas es el fiel reflejo de la tecnología, ya que cuenta con las instalaciones más innovadoras. Y la bodega Sierra de Cabreras que destaca por la crianza de nueve meses en barrica de roble francés que hace que el vino tenga un equilibrio aromático que le caracteriza.
Y llegamos a la última parada, en Sax. En esta zona encontramos la Bodega Cooperativa de San Blas que, aunque fue fundada en 1928, cuenta con las instalaciones más modernas que le permiten obtener vinos de afinado paladar.
Las circunstancias históricas y la especial naturaleza del territorio de estas comarcas, convierte a esta provincia en un lugar perfecto para la elaboración de vinos, además de en un destino idóneo para disfrutar de una experiencia llena de sabor.
Por si te los perdiste y te apetece leerlo, aquí te dejamos el enlace del otro de artículo de esta serie:
Un viaje por las bodegas que crean un tesoro histórico: los vinos DOP Alicante (I)
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