14 octubre, 2020
Mar Lafuente
Comienza el otoño y con él vienen las ganas de desconectar de la rutina haciendo actividades diferentes durante los fines de semana o los días libres. La situación sanitaria actual hace que muchos de los planes de ocio que hacíamos antes ya no podamos hacerlos, pero eso no significa que no puedas encontrar otras alternativas. Es el momento idóneo para conocer más tu provincia, su cultura y su gastronomía de forma diferente, a través del enoturismo. Y estás de suerte si vas a visitar Alicante o eres de la zona porque podrás encontrar una gran variedad de actividades relacionadas con el vino, ya que es un terreno perfecto para el viñedo por la combinación de sus suelos, climas templados y humedades relativas. Hoy te proponemos una ruta por las bodegas del Alto Vinalopó, una de las subzonas en las que se divide la Denominación de Origen Protegida Alicante.
El Alto Vinalopó es una comarca situada al noroeste de Alicante y que se extiende por las dos laderas del Valle del Vinalopó. Abarca desde Sax al este, el gran término municipal de Villena, Biar, Beneixama, Campo de Mirra, Cañada y Salinas, entre otros. Además, guarda entre su terreno tesoros naturales como el Parque Natural de la Sierra de Mariola, coloridas huertas y, sobre todo, viñedos que sustentan parte de la economía local. Es por esto que se considera al Alto Vinalopó como una parada indispensable si quieres conocer más sobre el mundo del vino. En esta zona encontrarás una gran diversidad de actividades, que proponen las bodegas, con las que podrás disfrutar de una experiencia diferente y descubrir el sabor de Alicante.
En Villena, tierra de vinos desde hace cientos de años y, por tanto, con una increíble cultura vinícola, hacemos la primera parada. Actualmente en este municipio encontramos modernas bodegas que producen vinos que salen de variedades autóctonas como la monastrell, cabernet sauvignon o la merlot, además del famoso Fondillón, un famoso vino alicantino con mucha historia. Entre ellas están Las Virtudes, Vinessens, Bodega Francisco Gómez y la bodega La Lagunilla.
Las Virtudes es una bodega que nació en 1961 como resultado de la fusión de pequeñas bodegas, recogiendo así la tradición de esta tierra de vinos, pero combinándolo con las mejores instalaciones para garantizar un control de calidad exhaustivo. También en este municipio está Vinessens, una bodega familiar que tiene la filosofía de obtener vinos de alta calidad, pero con la mínima intervención en bodega y que apuestan por la elaboración de vinos ecológicos.
En cambio, La Lagunilla ofrece contrastes, ya que su ubicación en Villena, pero lindando con Caudete les hace posible tener la bodega certificada con la DO Alicante y con la IGP Tierra Castilla. Y, por último, Bodegas Francisco Gómez que vio de estas tierras un entorno incomparable donde establecer unas bodegas modernas en las que primara la calidad, la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente.
La segunda parada la hacemos en Salinas, una zona con un gran potencial para los vinos y en la que nos encontramos con tres bodegas muy diferentes: Finca Collado, Bodega Sierra Salinas y Bodega Sierra de Cabreras. Finca Collado es una bodega pequeña que tiene como objetivo convertirse en un referente de la creación de vinos de la comarca recuperando y empoderando variedades autóctonas y ancestrales. Por otro lado, Sierra Salinas es el fiel reflejo de la tecnología, cuenta con las instalaciones más innovadoras, aunque también destaca por el fantástico mirador del edificio de la bodega que deja fascinados a sus visitantes. Y la bodega Sierra de Cabreras que cuenta con seis hectáreas de viñedo y destaca por la crianza de nueve meses en barrica de roble francés de grano fino que hace que el vino tenga un equilibrio aromático que le caracteriza.
Y llegamos a la última parada: Sax. La historia, la cultura y la gastronomía de este municipio hacen que sea un destino perfecto para combinar con el vino. En esta zona encontramos la Bodega Cooperativa de San Blas que, aunque fue fundada en 1928, cuenta con las instalaciones más modernas que le permiten obtener vinos de afinado paladar, pero sin dejar de lado la tradición de los vinos alicantinos.
La mayoría de estas bodegas ofrecen experiencias enoturísticas (que puedes encontrar en sus páginas web) con las que podrás descubrir la cultura, historia, gastronomía y vinos de esta zona alicantina con tanto encanto como es el Alto Vinalopó.
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