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Cómic, una hamburguesería con mucho pedigrí

12 mayo, 2023

Pedro G. Mocholí

La València de los años 70, dista una enormidad de la actual. Nuestra ciudad siempre ha tenido grandes dificultades para la expansión. Su configuración histórica siempre ha sido un gran lastre. Poco a poco, con mucha paciencia y haciendo encaje de bolillos, València ha ido creciendo de manera desordenada, para encontrarnos con la que encontramos en la actualidad.

Lo que hoy conocemos como Avda. Blasco Ibáñez, en aquella época se denominaba Valencia al Mar pues, en teoría, esa avenida tenía los inicios en Viveros, finalizando en la playa de La Malvarrosa.

La mayoría de esta avenida estaba urbanizada, solo quedaba en la parte de la izquierda, a partir del cruce con Manuel Candela, una vasta zona de huerta que resistía (cual poblado galo) a la urbanización.

Pero la necesidad fue mucho mayor y, al final, tuvieron que claudicar y aquella zona se edificó. Poco a poco se fue poblando y con ello llegó el ocio y los locales de hostelería.

Allí nació la plaza de Honduras, donde los Hnos. Brotons, Manolo y Javier, abrieron en 1979 un novedoso local de ocio al que llamaron Big Ben. Podríamos denominar y sentenciar que aquel local fue el primer pub que se abrió en nuestra ciudad, pues nos recordaba a los locales que encontrábamos en Londres o Dublín. En su interior había una chimenea, también encontrábamos diana de dardos y un billar americano. En la decoración dominaba una cálida madera que revestía buena parte de sus paredes, y como novedad importada de Madrid o Barcelona, existía la posibilidad de comprar una botella de whisky, ron o ginebra y que el local las guardara en una especie de colmenas, esperando su demanda por el propietario. Para garantizar que solo este podía acceder a ella, la botella estaba resguardada y un candado garantizaba su exclusividad.

Big Ben se convirtió en un local de referencia en pocas semanas y rara era la ocasión que te acercaras y no conocieras a alguien. Tengo muy buen recuerdo, pues recién cumplidos los 18 años, acudía en el Renault 5 Tl que me habían regalado mis padres.

La buena marcha que obtuvo, sin duda, animó a los Brotons a abrir otro local relacionado con la hostelería, y así fue cómo en 1982 abrió sus puertas Cómic, ofreciendo una variada oferta de hamburguesas y bocatas. Para acompañar se apostó por la cerveza, mucho más demandada por los jóvenes de la época.

La hamburguesa no tenía la implantación que tiene hoy en día, donde València está repleta de franquicias o locales que se abanderan por esta opción carnívora importada de los Estados Unidos. Por aquella época, solo había un par de locales así; Poncio y Pipol apostaban por ello con elaboraciones sencillas y muy típicas. Pero ante la frialdad de ambos locales, Cómic apostaba por una decoración que nos recordaba más a un pub inglés porque la madera (al igual que en Big Ben) daba una mayor calidez al espacio.

Poco a poco la oferta se fue incrementando y la popularidad alcanzó gran notoriedad debido a que la oferta hostelera aumentó, ya que muchos de los pisos allí construidos fueron ocupados por estudiantes, pues las universidades de Derecho, Medicina, Geografía e Historia, Psicología o Agrónomos se encontraban muy cerca.

Hoy, 40 años después de su apertura, no solo sigue abierto, sino que ha incrementado considerablemente su oferta.

Ahora encontramos a Virginia (hija de Javier) al frente de Cómic (que sigue abriendo solo por las noches), manteniendo el estigma que iniciaron su padre y su tío cuando abrieron.

La oferta de cervezas ha crecido mucho, encontrando marcas de medio mundo. Rubias, tostadas, de trigo, de malta, con menor o mayor graduación, toda una enciclopedia en lo que se refiere a espumosas.

En hamburguesas, presentan una gran variedad de las llamadas clásicas y, por supuesto, también las eclécticas. Las clásicas, aquí llamadas ‘de siempre’, las podemos encontrar con un peso de 110 gr. o con 270 gr., solo aptas para verdaderos amantes de esta elaboración que se hace con las mejores carnes de ternera que puedes encontrar con un toque vegetal: lechuga, tomate y cebolla (todo ello crudo), o acompañada de bacon, queso o huevo frito; y, si lo desean, pueden demandar la ‘Completa’ que la encontrarán armada hasta los dientes: bacon, huevo frito, quesos, tomate, cebolla y lechuga. Virginia también nos propone una variante con bacon, Camembert y cebolla frita.

Hay que destacar la calidad del pan que, para mayor disfrute, viene tostado por su interior. Si busca alguna diferencia, tienen dos opciones carnívoras; la hecha con carne de ciervo o, si lo desea, de cerdo. También ofrecen una opción muy divertida y que apoda ‘Te- Veo’, que consiste en una oferta que se mantiene por un tiempo limitado y que cambian constantemente.

Poco a poco han ido incorporando nuevos ingredientes, todos ellos más acordes a nuestros tiempos. Aguacate, jalapeños, foie, confitura de manzana, mézclum de lechugas, sobrasada, salsa de mango y curry, salsa picante de Habanero, champiñones o una salsa casera de Jägermeister (que la voy a pedir en mi próxima visita). Los grandes amantes, pueden pedir una de tres pisos y combinada con tres quesos diferentes: Cheddar, Edam y Camembert. Les puedo asegurar que siempre van a encontrar una a su gusto.

Mantienen los llamados ‘Platos Especiales’ donde encontramos carnes de ciervo, de pato, paté, codillo o de lomo, acompañados de patatas fritas, tomate, cebolla o huevo frito.

La variedad de bocadillos también ha sufrido un considerable aumento en su oferta. No faltan los típicos ‘Chivitos’, o los bocadillos de sobrasada, de lomo, de paté de campaña; o los que nunca defraudan de tortilla, de jamón serrano, de atún, de queso o de bacon.

Como podemos observar, Virginia no solo ha sabido recoger el testigo que un día dejaron su tío y su padre, sino que lo ha ampliado con gran variedad de productos, todos ellos de gran calidad. Encontrando sabores clásicos y algunos novedosos, pero siempre todos ellos muy interesantes.

Es posible que si hubieran tenido una mayor visión comercial, hoy València estaría llena de franquicias, pero teniendo al original Cómic, quién quiere sucedáneos.

Cómic. Plaza de Honduras. 33. Tel.: 963 729 995. València

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