23 junio, 2021
Berta M.ª López
Economista de formación, Alberto Páramo Pérez, es el gerente de la Ruta del Vino de Manchuela desde hace un año y medio. Por su «dedicación en el sector turístico» aterrizó en la dirección de un proyecto que define como ambicioso. De familia albaceteña, su bisabuelo tenía una pequeña bodega que nunca llegó a conocer, pero el cariño por el pueblo de sus padres y la conocida tierra de vinos, Alcalá del Júcar, le ha tenido vinculado indirectamente al mundo de la vendimia. Páramo lidera hoy una ruta «que tiene más de turismo que de vino», pero que se apoya en este para poder dar a conocer todo el potencial turístico que se esconde en la Manchuela.
5 barricas.- ¿Qué va a encontrar el turista que todavía no conoce la Manchuela?
Alberto Páramo.- El turista que pueda venir a la Manchuela se puede quedar asombrado por la diferencia de contrastes de paisajes que hay. Uno cuando está llegando hacia la Manchuela y ve toda la llanura propia del territorio de la Mancha, con el cañón de la Hoz del río Júcar o la Hoz del río Cabriel, que son los dos ríos que ensamblan la comarca, se queda sorprendido. Eso lo primero, y luego también sus pueblos, que son pequeñitos y tienen mucha historia y su gente es muy cercana y abierta, y eso hace que el turista que venga se sienta como en casa. La cantidad de habitantes que hay en la Manchuela entre 70 pueblos son 70000 habitantes, no llega entonces a 1000 habitantes por pueblo, hay algunos muy pequeños. Entonces esto también es un atractivo más, aunque también es un problema, como está en boca de todos y todos conocemos: nosotros somos parte de la España vaciada. Pero esto para el turista, y más después de la pandemia que estamos viviendo, es un punto positivo. Lo que queremos es la tranquilidad, conocer un paisaje, un territorio, visitar una comarca más tranquilos, viendo todo al detalle, cuidando un poco todo lo que estamos viendo y eso nos los puede ofrecer la Manchuela.
5b.- Háblanos un poco de las actividades que se pueden realizar dentro de la ruta.
A. P.- El vino es una excusa para conocer el territorio y conocer las costumbres, la gastronomía, todo lo que viene adherido al sector vitivinícola. Al final la oferta turística que tenemos en la Manchuela es muy amplia y variada, con más de 70 establecimientos privados en más de 30 municipios, englobando alojamientos, bodegas, restaurantes, oficinas de turismo y empresas de multiaventura. Además. tenemos el río Cabriel que es Reserva de la Biosfera nombrada por la UNESCO y está catalogado como uno de los ríos más limpios de Europa, entonces también nos da opción de hacer muchas actividades que son en este caso acuáticas. Muchas bodegas están innovando y están haciendo catas muy diferentes, con productos más atractivos para que el turista se lleve un recuerdo único del sitio. Te puedo comentar algún ejemplo como una visita a una bodega con un paseo en carruajes hasta el viñedo y la cata en el propio viñedo. Las bodegas entienden que el enoturismo puede ser una una opción más a su negocio para dar salida a sus vinos y lo están trabajando.
5b-. Hablas de que tenéis más de 70 socios de empresas privadas. ¿Qué premisas tenéis a la hora de incorporar una empresa dentro de la ruta?
A. P.- El requisito para ser miembro de la Ruta del Vino es lógicamente estar dentro del territorio de la Denominación de Origen Manchuela y estar vinculado a la asociación perteneciente a tu sector. Me explico, si tú eres una bodega, para entrar en la asociación Ruta del Vino la Manchuela, tienes que estar dentro de tu asociación profesional, que es la de Denominación de Origen Manchuela. Por otro lado, para ser socio se necesita cumplir con unos requisitos mínimos de calidad y una vinculación con el mundo del enoturismo.
5b.- Hablando de gastronomía, ¿cómo definirías el producto manchego?
A. P.- Es una gastronomía sustentada en el mundo agrícola. El vino y el champiñón son un elemento clave en nuestra gastronomía y por supuesto, el producto de caza, que también es algo tradicional en nuestra cocina. El plato por excelencia, que compartimos con toda Castilla-La Mancha son los gazpachos manchegos. Pero hay una gran variedad de platos muy sabrosos, como el ajo mataero, el atascaburras, el morteruelo, los zarajos… Son platos que tenía la gente que trabajaba en el campo y en la tierra y necesitaba platos para poder pasar el día y tener garantías de abastecimiento (ríe), por eso son tan contundentes. Se juega mucho con lo que tenemos en la tierra. El paisaje y la naturaleza que tenemos en la comarca es muy rica y muy variada, y eso hace que los platos se vean favorecidos por el entorno que tenemos. Somos privilegiados de tener dentro de la comarca distinciones en cuanto a gastronomía o a productos con Denominación de Origen, como puede ser el vino con DO Manchuela. Pero también tenemos, el queso manchego, el cordero manchego, el azafrán de la Mancha… Al final hay una variedad de productos que son típicos de la zona y con una Denominación de Origen, con un valor añadido que es importante y que es un atractivo más. Y aparte, pone en valor el trabajo y el esfuerzo que tiene el campo y que tiene la gente que trabaja día a día con estos productos.
5b.- En vuestra web añadís: «recorrer espacios del corazón de Castilla-La Mancha, pero con un sello especialmente mediterráneo». Cuéntanos, ¿a qué os referís con ese sello?
A. P.- Siempre decimos que la Manchuela ha sido un sitio de paso. Estamos entre el Levante y el interior peninsular y somos una zona que ha sido transitada desde el Mediterráneo hasta el interior, por muchas culturas y por muchos pueblos. Tenemos restos en nuestro entorno de cultura de la Edad del Hierro y anteriores, como las pinturas rupestres del arco Mediterráneo, que son Patrimonio de la Humanidad. Las podemos encontrar en Minglanilla. También tenemos vestigios de los íberos, romanos, de visigodos, de musulmanes y cristianos posteriormente. Entonces todos esos pueblos han pasado por aquí y eso ha quedado también calado.
5b.- Y a nivel gastronómico, ¿también tenéis productos del Mediterráneo?
A. P.- En la gastronomía, lo más significativo es del interior, con recursos que nos da la tierra. Por muy próximo que estemos al Levante hay una distancia de más de 150 kilómetros hacia el interior del territorio y no somos una zona costera. Aunque tenemos cierta influencia mediterránea, la gastronomía típica de la comarca se realiza con productos del campo, de caza y de la ganadería. La identidad propia de la Manchuela nos la da el haber sido el enclave donde estamos, una tierra de paso y no por ello es mejor ni peor.
5b.- ¿Cómo afrontáis esta nueva edición?
A. P.- Al fin y al cabo, nosotros empezamos como Ruta del Vino certificada en noviembre de 2019. Por lo tanto, si podemos decirlo así, nosotros veníamos ya parados porque acabamos de empezar y esto nos ha supuesto no poder comenzar con las ganas e ilusión que se inicia un proyecto y eso nos ha mermado y nos ha retrasado. Después de un año y medio o dos, veremos a ver cuándo podemos lanzar todo lo que estaba preparado para 2020 como año de salida al proyecto. El 2021 se está retrasando más de lo que queríamos porque no podemos hacer las mismas actividades que se podían realizar en su día, pero vamos a ver cómo podemos orientarlo y enfocarlo de otra manera. Como a todos, esto nos está suponiendo una piedra en el camino. Pero bueno, vamos a guardar esas ganas y ese ímpetu que tenemos del principio y volverlos a soltar para hacer que esto funcione y poder dejar huella en nuestra comarca.
5b.- De todas las situaciones siempre puede sacarse algo positivo. ¿La COVID-19 ha despertado un mayor interés por la oferta de campo y naturaleza?
A. P.- Sí, yo pienso que estamos en un momento de reinventarnos y posicionarnos a nivel mundial. Ya se venía buscando otro tipo de turismo, se demandaba un turismo más sostenible, que cuidara el medio ambiente, más responsable con el entorno. Una de las cosas que hemos aprendido en la pandemia es que el tiempo es limitado y hay que aprovecharlo y tenemos que hacerlo de la mejor manera. También para la hora de viajar, vamos a buscar el sitio que nos dé esa paz, esa tranquilidad. Creo que el futuro de la comarca en cuanto al turismo va por ahí. Un turismo slow, una manera de vivirlo más relajada y poniendo en valor todo lo que se hace para vivir esas experiencias. En la Manchuela queremos poner en valor el turismo patrimonial, cultural, gastronómico y un poco también enfocarnos a ese tipo de turista que lo que va a hacer es valorar lo que tenemos. Al final creemos que el turismo de calidad no es el que más dinero se deja, sino el que aprecia lo que tienes tú en tu territorio. La variedad que tenemos en la Manchuela es amplia, pero es que lo que tenemos en toda España es algo digno de estudio porque es algo tan variado, tan bueno y tan rico que no me extraña que seamos una potencia turística.
5b.- ¿Qué expectativas tenéis de cara al verano?
A. P.- El año pasado nos sorprendió el verano tan bueno que tuvimos en cuanto a turismo rural, en detrimento de la playa. En nuestra comarca el turismo decae mucho en los meses de julio y agosto, sobre todo en julio, y el año pasado fue el mejor año en el tiempo que se conoce, en cuanto al verano por supuesto. Pero claro, eso no cubría todas las pérdidas que se han tenido durante el resto del año, porque nuestra temporada fuerte es primavera y otoño. Al principio estuvimos cerrados y en otoño, que es cuando la cosa parecía que empezaba a mejorar, empeoró otra vez. Este verano entendemos que la gente tiene ya ganas de playa, y a lo mejor este verano no será tan potente, tan fuerte como el pasado, pero sí que esperamos que este otoño sea muy bueno y que mejore o iguale las expectativas o la demanda que tuvimos hace dos años.
5b.- ¿En qué situación se encuentra actualmente el sector del enoturismo?
A. P.- Muchas bodegas han tenido que echar el cierre en cuanto al enoturismo y adaptarse a las necesidades que hay ahora. Entonces, el sector del vino se ha visto muy golpeado por muchos sitios, porque una de las formas de venta del vino de muchas bodegas es el canal Horeca, y la hostelería al final se ha visto que es uno de los sectores más afectados. Esto ha perjudicado a la cadena productiva y las exportaciones a nivel mundial han caído bastante en este último año y medio.
5b.- ¿Cómo es el público que se interesa por el turismo de interior?
A. P.- Pues es muy variado. La verdad es que tenemos desde turismo familiar, que vienen con los niños y que buscan actividades en la zona que están orientadas a la aventura o naturaleza, visitas guiadas a bodegas… También mucho turismo de parejas que vienen a pasar el fin de semana, que vienen a conocer y hacer deporte de naturaleza. Y luego, algo muy popular que se hacía antes de la pandemia era el turismo deportivo. Mucha gente venía a pasar el fin de semana porque tenemos un paisaje y una naturaleza que nos hace poder disfrutar de ello. Ese tipo de turismo ahora mismo está parado por la situación, pero esperamos que en cuanto se recupere vuelva a estar como antes.
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