Un Rincón de la Malva-rosa

Una gastronomía concebida para ser vivida. De nombre de pila: Adriana.

Texto: Rubén López Morán Fotografía y Vídeo: Fernando Murad / Vincent Loop
Una playa larga y ancha. Antigua. De fina arena, color café con leche. Con olas de sonrisa blanca. Ante un idilio eterno que centellea en miles de espejos móviles. El de la luz en contacto con el mar. Un mar que aparece sin intermediarios una vez dejados atrás los poblados marítimos. Todavía permanecen varadas en la arena algunas barcas de pescadores. Aquellas que inmortalizó Joaquín Sorolla arrastradas por parejas de bueyes. Con un poco de imaginación le podríamos ver con su caballete. Pintando en camisa tan blanca como velas de barcos, bajo un azul intenso; mientras otro ilustre valenciano, el novelista Blasco Ibáñez, se asoma a la terraza del chalet que se hizo levantar aquí mismo en sus años de escritor famoso, y en la actualidad reconstruido y convertido en Casa-Museo. Un novelista que cosechó un éxito planetario, escribiendo best sellers que hoy nadie lee, y que han sido llevados al cine y adaptados a la televisión hasta ayer mismo.

Rincón de Adriana
A ambos sin embargo quiero dirigirme en primera persona. Para que su memoria nos empuje a internarnos en las calles que tienen delante. Descubriendo un vecindario de gente trabajadora, sencilla, que ha pasado sus momentos de crisis, como todos, pero que ha salido adelante con sacrificio y trabajo. Como todos también. Y vayan al encuentro de un Rincón. Para más señas, el de Adriana; en la Avenida de la Malva-rosa, 52. En él les atenderán los hermanos Marín Sillero: Juan, Demi y Luis. Negocio familiar donde los haya. Y que se hagan sitio en una esquina de la barra. Y pidan la carta de bocadillos; o la de tapas; o sencillamente el menú del día. Para regalarse unos momentos vividos. Felices. Los únicos que dejan poso en los recuerdos.

Demi, Juan y Luis Marín Sillero, junto con su compañero Juan Manuel Pedrajas (segundo por la derecha).

Un poso, fruto de una cocina casera, mediterránea, tradicional, no exenta de vanguardia. No son palabras hueras. Un dato revelador: es uno de los pocos establecimientos de Valencia que necesitas reservar mesa para almorzar sábados o domingos. Una razón la encontramos en su Chivito de colas de gambas, lechuga, tomate, queso, bacon y mayonesa. Un bocadillo que es un monumento a la gastronomía patria y popular. O sus croquetas caseras de rabo de toro o sobrasada a la miel; o su Crujiente de foie: una Barco-tosta que tiene por borda mermelada de manzana casera, dos rodajas de queso rulo de cabra, foie y una cortada de jamón deshidratado. Para tirarse.

Si les van en cambio las emociones más fuertes: prueben su extraordinaria caracolada con cigalas. Los caracoles los traen de los campos de naranjos de la huerta de Alboraia; las cigalas, vivitas y coleando cada mañana de Mercavalència. Datos que hablan de la filosofía que rige el establecimiento: solo entra producto fresco de calidad, donde nada está precocinado, y todo se hace al momento. Como su renombrado estofado de rabo de toro: un guiño a los orígenes cordobeses de sus padres: Luis y Adriana. Sin olvidar su carta de arroces secos y caldosos.

Caracolada con cigalas, de Rincón de Adriana.

Estofado de rabo de toro, de Rincón de Adriana.

De esta casta les viene el amor al oficio. Un oficio que este 11 de septiembre de 2019 cumplirá 25 años. Algo tendremos que hacer para celebrarlo dicen. Un homenaje a una trayectoria y en memoria a su padre, que faltó este pasado noviembre. Su madre aún les echa una mano de vez en cuando, aunque desde un tiempo a esta parte ejerce más de abuela que como la jefa de cocina de antaño. Entre semana llega al mediodía, junto con los nietos, poblándose el Rincón de voces infantiles que transmiten al local un ambiente aún más familiar si cabe. Una de sus señas de identidad que invita a departir en buena compañía. Una compañía que esta vez ofrece Ana Calvet, directora general de La Baronía de Turís. Quien se va a encargar de maridar la propuesta gastronómica que nos tenían preparada los tres hermanos.

Baronía de Turís

Ana Calvet, gerente de La Baronía de Turís.

Ana lo tuvo claro desde el principio. Seleccionando tres de las creaciones más evocadoras y personales de esta bodega fundada en 1920 y adscrita a la D.O. Valencia. Por tanto, centenaria al doblar la esquina. Comenzando con la elaboración que ha hecho furor estas Fallas: la Valencian Sun, una mistela tan elegante y delicada en boca como el espolín que viste su botella, y que le va como anillo al dedo al Crujiente de foie; para la caracolada, el vino blanco Son 2 días; que se elabora a base también de una Moscatel de Alejandría, y que su contraetiqueta define originalmente como fresco y feliz, que te hará declararte en rebeldía haciéndote disfrutar al máximo de los dos días que es la vida; y como compañero de viaje al estofado de rabo de toro, Luna de Mar, un tinto que nace del coupage de uvas Merlot, Tempranillo y Syrah; que son la cosecha de sus mejores viñedos, situados en la parte central de la provincia de Valencia, y de un modo de entender una viticultura de rendimientos bajos y selección manual de racimos de grano pequeño. Solo queda decir bon profit y ¡salud!

BMW Serie 3
Hacemos el viaje en busca de la esencia de la Malva-rosa a los mandos del nuevo Serie 3 de BMW Engasa. Se trata de un auténtico best seller para la firma, con lo que los responsables de esta nueva generación del modelo se han esmerado notablemente para que concentre toda la esencia y tradición de esta berlina, junto a toda la carga tecnológica que la firma es capaz de ofrecer en la actualidad. El resultado, un modelo que enamora por su estética, su agilidad, y su carga en innovación tecnológica.

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