29 enero, 2019
González Byass presenta la Colección Tío Pepe Finos Palmas 2018, cuatro joyas enológicas, de rasgos únicos e irrepetibles, que simbolizan la importancia de la labor de selección y clasificación en bodega. Como cada año al concluir el estío, Antonio Flores, enólogo de González Byass, ha realizado la labor de selección y clasificación en bodega para descubrir aquellas botas en las que el vigor de la “flor” ha otorgado un intenso carácter a Fino.
La nueva saca de “Las Edades de Tío Pepe” ha estado muy influida por el año climatológico, marcado por un invierno templado y un verano fresco, dos circunstancias que han determinado y favorecido la conservación de la “flor”. En esta edición, el enólogo ha contado con la ayuda de Natasha Hughes MW. Con paciencia, sabiduría y venencia en mano, los dos maestros han recorrido las bodegas de González Byass para dar con los matices más elegantes en las botas que han marcado a tiza con Una, Dos, Tres y Cuatro Palmas.
El resultado ha sido excelente y el estilo inconfundible de Tío Pepe está muy presente en estas obras de arte enológicas. Una y Dos Palmas son un claro ejemplo de hasta dónde puede llegar la crianza biológica en dos finos que son ejemplo de los dos terroirs de Jerez: la viña y la bodega. Tres Palmas es sublime y marca esa delgada línea que separa la crianza biológica de la oxidativa. Por su parte, Cuatro Palmas muestra la capacidad de la Palomino Fino para envejecer con elegancia y nobleza.
Las Palmas son denominaciones que, como define Manuel María González-Gordon en el libro “Jerez-Xerez-Sherry”, se aplican a aquellos vinos finos de Jerez que se distinguen notablemente por su limpieza, finura y delicadeza en el aroma, y el número de palmas es proporcional a su grado de vejez. Estos vinos son el resultado de la ímproba labor de selección y clasificación por tiempo de vejez y finura de los mejores finos que se viene llevando a cabo desde el año 1880.
Los pagos de Marcharnudo y Carrascal expresan lo mejor de la tierra de Jerez en Tío Pepe Una Palma. La solera, con más de seis años de crianza biológica, la componen 139 botas de las que se han seleccionado la nº2, la nº9 y la nº10 de la segunda planta de la Gran Bodega Tío Pepe, para este Fino intenso, salino, sápido y mineral.
En Tío Pepe Dos Palmas, ocho años de larga crianza para un Fino sublime. Equilibro perfecto entre suelo y velo. La selección de las botas nº1 y nº6 de las 148 que componen la solera Amontillado Fino de la Gran Bodega Tío Pepe. Es la más pura definición de un Fino viejo.
Tío Pepe Tres Palmas: la crianza biológica al límite. Un Fino Amontillado entre la vida y la muerte. Sus 10 años de envejecimiento en contacto con la flor le otorgan un carácter único. Solo una bota, la nº5, ha sido seleccionada de entre las 149 de la solera Amontillado Fino histórica de La Constancia.
Tío Pepe Cuatro Palmas:53 años de envejecimiento. Complejo, intenso y afilado. El tiempo y la bodega han convertido este Amontillado Viejísimo en un vino de pañuelo, en un perfume del Jerez. La selección de una sola bota, la nº1, que envejece en La Constancia Solera Museo.
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
0 comentarios en