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Salvador Barrés (Ostras Pedrín): “Las ostras vinieron a mi encuentro y me cautivaron”

23 julio, 2018

José Antonio López
“Fue como un flechazo. Yo estaba buscando algo diferenciador y atractivo y, como quien no quiere la cosa, me encuentro con las ostras y su fascinante mundo y me enamoro de ellas y de lo que te enseñan. En ese momento sabía que había encontrado lo que buscaba y no podía equivocarme. Me entregué en alma y cuerpo a desarrollar el proyecto”.

Así comienza mi conversación con Salva –Salvador Barrés García– alma, corazón y vida de Ostras Pedrín. “Lo del nombre ya te puedes hacer una idea de dónde viene, siempre y cuando hayas sido lector de tebeos de los de toda la vida”. Y hacemos una pequeña pausa para hablar del Capitán Trueno o de Piel de Lobo y también del Guerrero del Antifaz.

Me alegro de estar con Salvador. Hemos quedado a las cinco de la tarde en el local y he saludado a Alberto que, junto con su hermano, estaban esperando mi visita. Nos ha costado un poco encontrarnos porque están a punto de inaugurar un local en Madrid y van un poco de cráneo para poder cumplir con sus compromisos. Hay mucho trabajo por delante y muchos sueños que se cumplirán en breve.

Y, amigos, entro en una de las calles que más recuerdos me trae de mi juventud. La calle Bonaire (frente a El Corte Inglés) y donde deambulábamos, en nuestra época de estudiantes, de tasca en tasca buscando un vaso de vino peleón y una patata asada.

Eran otros tiempos.

Me entusiasma y me emociona. El local de Ostras Pedrín, la obra de Salva, mantiene toda esa magia que recuerdo de mi época. Lógicamente se ha cambiado, pero el sabor y la historia permanecen en cada uno de sus rincones. El local es luminoso, acogedor, limpio, atractivo y muy cómodo. No quiero perderme detalle de una sencillez atractiva y, repito, mágica.

Pese a ser una hora temprana, acaba de entrar una familia a tomar “un tentempié”. Ya han venido otras veces y cuando vuelven a Valencia, su visita obligada es a Ostras Pedrín. Es el momento en que Alberto empieza a preparar unas ostras fresssssssscas, al natural. Tal y como “Dios las trajo al mundo”. Le han pedido un plato de salazones y una ensalada especial fresca. Esta comanda nos permite ver la forma de trabajo y preparación de cada plato. Alberto ha puesto las copas a enfriar en el momento para recibir el blanco “de oro” solicitado.

La familia de Salvador es oriunda del Puig. El padre, Salvador, era agricultor. La madre, Juana, de Albacete, servía en las casas. “Venimos de una familia muy humilde. Ya lo ves. Lo bueno es que mis padres se conocen y formaron esta gran familia”. “En un principio vinimos al mundo Salvador y Alberto. Más tarde Germán y Juan y, a la búsqueda casi desesperada de una chica, nació Beatriz. Como verás somos muchos”.

Y lo dice con la sonrisa de los gratos recuerdos que le trae su propio relato. Salvador es una persona muy abierta, cordial, amigable. Te abre los brazos y te transmite tranquilidad. Es, sin duda, una buena persona.

Con la familia creciendo y lo poco que aportaba la agricultura no queda más remedio que buscar otros ingresos y no se les ocurre otra cosa que montar un bar en Valencia, Bar Tina (que viene de Agustina, hermana de la madre).

“Era un bar de obreros y de gente humilde. El típico bar de barrio donde la cocina es la tradicional y elaborada con todo el mimo del mundo. Los platos, los de toda la vida. Lentejas, cocido, arroces… poco a poco va funcionando y bien”.

Y este es el primer contacto con la hostelería de los jóvenes Salvador y Alberto. No levantan un palmo del suelo, pero tienen que ayudar en lo que sea.

Pasa Alberto por delante de nosotros y podemos apreciar otro plato de ostras, esta vez preparadas a la manera “secreta” de Ostras Pedrín. Le acompañan una selección de conservas y un enorme plato de montaditos variados. Hay que cogerse a la silla para no ir detrás.

Los hermanos sonríen al ver mi expresión.

Volviendo a la narración… Llega un momento en que es necesario ampliar el bar. El éxito les sonríe y hay que aprovecharlo. “Seguíamos viviendo en El Puig y mis padres venían a Valencia en el bus. El resto de la familia se quedaba  bajo el cuidado de Salomé, una vecina a la que estaremos eternamente agradecidos”.

Llega un momento en la vida de Salvador en la que necesita volar solo y montar su propio negocio y eso es lo que hace en la zona Xúquer, donde abre un mini pub especializado en chupitos de “alto standing” y coctelería selecta. Monta el Murrayfield… «para agradecer y satisfacer”.

Hay un tiempo en el que Salvador pasa por distintos sitios ampliando formación y experiencia. Como pincelada, el local de la calle Calabazas o el restaurante El Candil de Bonaire. Algo le está rondando por la cabeza y necesita encontrar “ese algo” que necesita de inmediato. Ya ha estado en contacto con las ostras pero… «Es el momento en que las ostras vienen a mi encuentro y me entrego a ellas y a su mundo con todo lo que ello conlleva”.

El 21 de diciembre de 2015, comienza la historia de Ostras Pedrín.

Hay que encontrar el mejor producto. Seleccionar a los proveedores. Viajar y probar. Prepararse para el gran salto y no dejar nada por hacer. Todo tiene que estar atado y bien atado.

Antonio Ladrillo aconseja a Salvador sobre ciertos aspectos del local y cómo hacerlo. Uno y otro son artistas, que también la hostelería es un arte, y juntos ven y realizan algo distinto de cuyo resultado disfrutamos. Por una parte el continente; por la otra, el contenido, siempre siendo tremendamente críticos y exigentes consigo mismos.

Y aquí está Ostras Pedrín dando y procurando satisfacción a la gente, abriendo las puertas de un local acogedor y consiguiendo que el tiempo se detenga ante tanta amistad y cordialidad. Las ostras son las reinas de la casa pero no son las únicas que destacan. Las puedes probar elaboradas de infinitas maneras, pero no debes olvidarte de una increíble selección de salazones, de la meticulosa selección de conservas gourmet, de los ahumados, de las ensaladas, de los geniales erizos, de los creativos montaditos… de… y pide bodega que tienes donde elegir entre lo mejor.

“Una cocina muy sencilla, casi sin manipulación. Auténtica y fresca. Para todos”.

Se está llenando el local y es hora de dejar sitio. Es temprano, pero está claro que cualquier hora es buena para disfrutar de lo mejor. Dejo el vaso vacío de un extraordinario vermut al que me han invitado y espero volver pronto para repetir. La próxima vez será con un “blanco que te asombrará”.

Ostras Pedrín está en la calle Bonaire, 23. Su teléfono de contacto es el 96 376 70 54. Abierto para todos. La familia que entró al principio de la entrevista sigue en el local. Se oyen sus risas. Un abrazo a Salvador y Alberto y mucha suerte en Madrid.

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