Utiel Requena (y el resto de zonas españolas en la que es mayoritaria) saca pecho de la variedad autóctona bobal porque ésta vive un momento muy dulce. Y es que de unos años para acá, a lo que sólo se atrevían algunos pocos bodegueros, se están sumando por el camino correcto de la calidad por bandera muchos más. Y es que el carácter y la rusticidad de la bobal la hacían una variedad difícil de trabajar para lograr vinos de alta expresión. Esos pocos bodegueros marcaron el camino a seguir logrando el reto de domar la variedad con un mimo extremo en el viñedo durante todo el ciclo. Hoy esa senda es un camino más ancho y posiblemente en pocos años pueda ser una autovía hacia el éxito de una comarca, pues trabajar con lo propio es lo que otorga carácter diferenciador.
Lo que quizás pocos sepan es que es una de las variedades más producida en España, y que a diferencia de otras variedades, no se cultiva en el mundo fuera de las zonas dónde se produce en España. La planta es vigorosa con sarmientos son fuertes y largos. Se adapta bien a cualquier tipo de formación, aunque mayoritariamente se encuentra formada en el tradicional vaso.
En la forma del racimo radica gran parte de su peculiaridad. Es grande, alargado, compacto y de forma cónica irregular. El tamaño de los granos y lo apretado es uno de los mayores inconvenientes que dificultan la maduración homogénea de la uva por lo que los trabajos en el viñedo para obtener vinos de calidad son fundamentales. Para ello los viticultores trabajan con la disminución y mejora del tamaño de los racimos para obtener maduraciones polifenólicas adecuadas buscando el perfil mas fresco y aromático de los vinos. Frutos rojos, un sabor intenso, equilibrada acidez… son alguna de sus características.
La variedad otorga juego tanto para la elaboración de tintos jóvenes o con crianza, y espectaculares rosados, color fresa y pura golosina, o la actual tendencia de colores más pálidos. La bobal está de moda y ese momento ha llegado para quedarse.
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