5 diciembre, 2023
Texto: Jaime Nicolau / Fotografía: Bodegas Vicente Gandía
Viticultores desde 1885. Con esa frase que acompaña el logo de Vicente Gandía poco más hay que añadir. Hace 138 años que se puso en marcha la que hoy es la auténtica locomotora del vino valenciano y una de las cinco primeras bodegas de España con 35 millones de botellas, con ocho denominaciones de origen, siendo las más prolíficas las valencianas, y estando presente en más de 90 países. Hoy dirige la bodega Javier Gandía, cuarta generación de un proyecto que su bisabuelo, su abuelo y su padre José María fueron cimentando a base de sueños cumplidos y un tremendo carácter emprendedor. Enraizados en los mejores terroirs de la Comunitat Valenciana con dos fincas: Hoya de Cadenas (en la zona Alta de Utiel Requena) y Casa Gallur (al abrigo de la Sierra de Mariola, la bodega desarrolla vinos con esencia y ADN Vicente Gandía, de la cepa a su copa. Las variedades autóctonas bobal, monastrell, macabeo y moscatel, tienen un gran peso en el porfolio de vinos de Vicente Gandía).
Pero vayamos con un poco de historia. En sus inicios la bodega se dedicó exclusivamente a la elaboración y comercialización de sus vinos, principalmente en exportación. Sin embargo, hay una fecha que marca claramente un antes y un después en la historia de Vicente Gandía. Debido al carácter innovador que siempre ha caracterizado a la bodega y después de muchos años de experiencia en el sector exportando vinos, dieron un paso más y en 1971 Vicente Gandía se convierte en la primera bodega valenciana que comercializa vino embotellado con su emblemática marca Castillo de Liria, que cincuenta y dos años después, sigue siendo una marca icónica. El nombre del vino fue obra de don José María Gandía Perales, padre de la 4ª Generación, quien decidió llamarlo Castillo de Liria pensando en los afamados vinos franceses que casi siempre utilizan la palabra château que significa castillo en francés, ubicando el mismo en la ciudad de Liria que era el lugar de origen de estos vinos.
El crecimiento continuaba y la familia Gandía decidió invertir en 1990 en la Finca Hoya de Cadenas. Un paraíso enológico situado en las Cuevas de Utiel, un lugar idílico que reúne las características perfectas para la obtención de las mejores uvas y así poder elaborar en la misma propiedad vinos de una calidad excelente. Esto supuso un gran salto de calidad para el producto y desde entonces la búsqueda de la excelencia ha sido la principal seña de identidad para la bodega.
La sostenibilidad es uno de los pilares más importantes de presente y futuro de la compañía. La consideran clave para el crecimiento y prosperidad, por lo que tienen definido un plan de sostenibilidad desarrollado en el Programa Impulse que cuenta con tres ejes, las 3 ‘p’: personas, planeta y productos. Personas: entender la sociedad y las partes interesadas y ser capaces de abordar sus expectativas y requisitos en materia de igualdad, empleo, seguridad y bienestar social, entre otros, generando alianzas para lograr los objetivos; Planeta: identificar los aspectos ambientales propios y su interacción con el entorno con el fin de establecer mecanismos para prevenir la contaminación y proteger el medio ambiente, comprometiéndose con la reducción de huella de carbono y la eficiencia del uso de los recursos no renovables; Productos: utilizar la innovación y la creatividad como palanca para la adaptación al nuevo contexto, permitiendo así seguir creciendo en nuevos mercados y afianzando la posición en los presentes con productos de calidad, generando prosperidad y crecimiento económico.
Los vinos de Vicente Gandía son referencia obligada tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Pero además, la bodega ha conseguido innumerables reconocimientos a su dilatada y exitosa trayectoria. En 2014 fueron galardonados como la Mejor Bodega Española por el prestigioso concurso internacional AWC Vienna. Ese mismo año, la Asociación Mundial de Periodistas y Escritores del Vino y Licores los incluyó en su ranking de las 50 mejores bodegas del mundo. En 2018, el Consejo Europeo de Cofradías Enogastronómicas (CEUCO) concedió el premio Aurum Europa Excellente a Vicente Gandía como Mejor Bodega Europea.
Y en todos estos años de historia no podían faltar anécdotas brillantes, como la de Michael Schumacher, siete veces campeón de Fórmula 1, quien se enamoró de Fusta Nova Moscatel. Durante la época de invierno solía venir a preparar la temporada de Fórmula 1 al circuito de Cheste, donde realizaban sus entrenamientos todas las escuderías del gran circo. Después de una de estas pruebas, comiendo en uno de los restaurantes de la zona, tuvo ocasión de disfrutar de Fusta Nova y tal fue su reacción que pidió 12 cajas directamente a la bodega para llevárselas a su casa en Alemania. Pero los vinos de Vicente Gandía también han llegado al cine. Hoya de Cadenas aparece en una escena de la película Mystic River, producción estadounidense dirigida por Clint Eastwood y nominada a Mejor Película en los Óscar de 2003. Sean Penn, el protagonista, es el propietario de una licorería en Boston y en una escena de la película aparecen los vinos de la Finca Hoya de Cadenas como parte del surtido de su tienda de licores. Y una última con Sandara, su gama más informal, que aparece en la película De Chica en Chica, donde las actrices principales hacen una maravillosa fiesta con este vino como protagonista.
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