29 noviembre, 2023
Texto: Berta M.ª López / Fotografía: Fernando Murad y Bodega Flors
En un rincón donde el sol acaricia las vides y el viento susurra secretos al viñedo, emerge con fuerza uno de los proyectos bodegueros más destacados de la IGP Castelló. Bodega Flors es un testimonio de amor por el vino y la pasión por la tierra, un ejemplo de dedicación y perseverancia para construir uno de los relatos más bellos de la provincia. Situada en Les Useres, esta casa de vinos forma parte de l’Alcalatén, una localidad de tierras vírgenes de especial atractivo y de diversidad paisajística. Aquí, las cepas viejas se alzan como testigos silenciosos de la historia, algunas con más de 60 años de edad con unos troncos retorcidos y sabios que actúan como guardias de la tradición vinícola. La finca, construida en el siglo XIX, es un remanso de paz y tranquilidad, un lugar donde el tiempo parece detenerse para escuchar la historia de cada cepa. Allí, sus viñedos se extienden como un tapiz verde bajo el cálido brillo de la zona mediterránea.
Un proyecto liderado por Vicente Flors, un soñador que «se jugó la jubilación» por el cariño hacia sus viñas. Dicen que nunca es tarde para empezar y pasión le sobraba. Decidió formarse en enología y viticultura a los 58 años con el deseo de recuperar la bodega, propiedad de su familia durante seis generaciones. Ahora, con justa satisfacción celebra esta apuesta exitosa, fruto del trabajo incesante que realiza cada día en el campo. Una inversión diaria en empeño para sobrevivir a las jornadas intensas de un sector muy sacrificado, pero reconfortante.
En Bodega Flors elaboran vinos personales que destacan por su singularidad, pero que mantienen un firme equilibrio con el terruño, el clima y las variedades. Sus vinos son un eco glorioso al pasado y la promesa de un futuro brillante. Cada una de sus botellas es una expresión única de la tierra y las manos que la cultivaron. En cada sorbo defienden con estilo la relevancia enológica de esta demarcación. Una producción limitada para conservar su misión de bodega artesanal, en la que son partícipes de todo el proceso. La gama Clotàs es el buque insignia de la firma, una serie de referencias con la que han conseguido conquistar a los paladares más exquisitos. Sus vinos ya se sitúan en las guías más prestigiosas a nivel nacional, compitiendo sin complejos con vinos sonados entre la crítica. Un reconocimiento que también han recibido en forma de medallas en diferentes concursos.
Su manera de entender la viticultura pasa por cuidar al máximo la materia prima. La esencia de esta bodega castellonense reside en la convicción de que el vino se elabora en el mismo corazón del viñedo. Es en el campo donde se fragua el destino sensorial de cada botella. Cuidar la uva se erige como tarea sagrada y es allí donde el viticultor se convierte en artífice de la calidad. La influencia del suelo, la interacción con el clima y el preciso instante de la cosecha se entrelazan para determinar el carácter del vino. Es la propia uva la que experimenta su transformación mediante el proceso natural de fermentación. Cuando el fruto de la vid te llena de sabor en el propio viñedo, se puede percibir que el vino logrará evocar esa misma sensación en la copa.
La influencia del ciclo lunar en la viticultura es un aspecto fascinante que se remonta a prácticas ancestrales, donde la conexión de este satélite y la tierra se considera crucial para el éxito de los cultivos, incluyendo los viñedos. Bodega Flors la abraza con respeto y devoción, reconociendo el poder cósmico en cada brote y cada racimo. La armonía entre la luna y la vid es una danza eterna que se traduce en una cuidadosa atención en cada ciclo. Una apuesta que además, subraya el compromiso de la bodega con métodos sostenibles y un profundo respeto por el entorno que le otorga sus frutos.
El enoturismo es otro de los pilares fundamentales de la bodega. Han convertido su experiencia ‘Cata bajo las estrellas’ en una de las citas más interesantes para disfrutar de la época estival en medio de la naturaleza. Cuando el calor disminuye, el aire se llena de una brisa suave y refrescante. El cielo se tiñe de tonos cálidos y vibrantes, mientras que los astros comienzan a brillar en todo su esplendor. Un acontecimiento único que se puede disfrutar gracias al enclave singular de la bodega, donde la contaminación lumínica desaparece y deja paso a una velada inolvidable. La jornada comienza con una visita guiada por las instalaciones de la bodega con un vino de bienvenida y un pequeño aperitivo; y continúa con el espectáculo culinario, armonizado con las referencias de Flors y la interpretación del cielo.
Un viaje estelar en una bodega con un recorrido guiado por las estrellas. Una casa de vinos que contribuye diariamente en hacer resurgir la tradición vitivinícola de la provincia de Castellón. Un tributo al origen para ensalzar un legado familiar que sigue prometiendo un porvenir excepcional.
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