13 diciembre, 2023
Texto: Jorge Corella / Fotografía: Baldovar 923
En la naturaleza todo sigue su curso, cada proceso toma su tiempo y sigue unas razones que tras miles de años de existencia han servido para convencernos de que, si las cosas son de una manera concreta, algún motivo habrá. Eso deben pensar en Baldovar 923, una bodega que practica el ‘no intervencionismo’, actuando lo mínimo posible en el proceso natural que da lugar a sus vinos sostenibles.
Precisamente, esas paradojas del destino son la razón de ser de la firma, pues esta nace porque el azar quiso que en 2016 se volviese a apostar en Baldovar por la producción vinícola, algo que llevaba ocurriendo en la localidad valenciana desde 1958, pero que en 2006 vio cómo cerraba sus puertas la cooperativa local. Diez años después del cierre —en 2016— Nito Alegre, cofundador y director de Baldovar 923, volvió a colocar a la localidad valenciana en el mapa vinícola, reabriendo la antigua Cooperativa Baldovar, esta vez convertida en la pieza clave del actual proyecto.
Una de las apuestas que han ayudado a crecer a la firma es el enoturismo. En este caso, la bodega ofrece visitas a sus instalaciones, un paseo que incluye un recuerdo imborrable entre viñedos que crecen en terrenos en los que habitaban los dinosaurios hace millones de años y que ahora ocupan mayoritariamente vides de merseguera.
Después, la bodega recibirá a los visitantes con tinajas de barro de diferentes volúmenes y barricas de roble. Allí, el recorrido llega acompañado de una cata comentada con una pequeña selección de embutidos y quesos de aperitivo. La cualidad diferencial de este proyecto, y que es esencial en su propuesta enoturística, reside en tres constantes inalterables que dan sentido al resultado final: la merseguera, la sostenibilidad de los vinos y la plantación en minifundios.
En el caso de los minifundios, es un aspecto curioso y arriesgado, pues cuando hablamos de esta distribución del terreno en pequeños ‘cachos’ de tierra, nuestra mente se dirige a un lugar: El Bierzo. Una situación que enaltece el paisaje en clave enoturística. La bodega fijada en los 923 metros de altitud, de ahí su nombre y su denominación como bodega de montaña, cuenta con viñas centenarias de merseguera que dirigen el rumbo de una propuesta en la que bobales, tempranillos, macabeos y la variedad mencía mediterránea se convierten en actores secundarios cuando entra en escena la variedad por excelencia de la firma nacida en la Serranía del Alto Turia.
La designación de Reserva de la Biosfera para el Alto Turia subraya aún más la importancia del terruño para Baldovar 923. Ubicada en uno de los lugares con el cielo más limpio del mundo según la UNESCO. Sin embargo, esta condecoración no solo genera un valor añadido importante, también una gran responsabilidad en el trabajo en favor de la preservación de esta distinción que la hace única.
Otro aspecto que hace singular a esta bodega es la presentación de viñas de la variedad mencía ubicadas a 1000 metros de altitud, posición que las convierte en una de las mencías mediterráneas más altas de la península ibérica y que dan un nuevo aliciente a los amantes del vino para que visiten los viñedos ubicados en la localidad valenciana de Alpuente. Una de las herramientas más importantes para reconocer el valor de esta marca se encuentra en su alta posibilidad paisajista y natural que ofrecen a todos los clientes que decidan acercarse a la ‘casa’de Nito Alegre.
Baldovar 923 es el reflejo de una tierra alineada históricamente con el mundo del vino. Es una firma vinícola que va más allá de la producción de vinos, es la representación de un pueblo entregado a su tierra, a su paisaje y a sus viñas.
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
0 comentarios en