28 junio, 2023
Jaime Nicolau
Mustiguillo es el templo sagrado de los winelovers. El proyecto de Toni Sarrión se ha convertido en algo más de dos décadas en una de las palancas que cambió la historia del vino valenciano para siempre. Apostó por elaborar grandes vinos de bobal cuando casi nadie creía en esta variedad autóctona. Desde entonces no ha dejado de sumar éxitos. Unos años después el enólogo valenciano sumó al proyecto otra autóctona, la merseguera de Finca Calvestra. Dos uvas con las que ha construído un discurso sincero y lleno de tipicidad.
Es por eso que visitar Mustiguillo es una de esas experiencias que uno va a recordar toda la vida. La visita comienza en el viñedo. No podía ser de otra forma en una bodega que confiere tal importancia a la viticultura y los suelos. Es esencial para entender el proyecto. Después toca disfrutar y sentir la bodega. Imperiales los depósitos de madera tipo borgoña, antes de emprender el viaje a las entrañas de Mustiguillo, la sala de barricas. Para terminar una cata de 5 vinos y el aceite Finca Calvestra, junto a una degustación de productos gastronómicos de la zona. Las visitas programadas son los sábados de 12 a 14 y de 17 a 19, aunque se adaptan a las necesidades de cada enoturista e incluso grupos. Tiene una duración de dos horas y un precio de 25 euros.
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