3 mayo, 2023
Texto: Jaime Nicolau / Vídeo: Fernando Murad, Laura Lázaro y Vicent Escrivà / Entrevista audiovisual: Sonia Bas
Es Luis Corbí Coloma una de esas personas que engrandecen los momentos de pausada conversación con una copa de vino. Formulador farmacéutico y apasionado del mundo del vino hace unos años pasó por delante de él la oportunidad de emprender su propio proyecto bodeguero. Aceptó el reto y pasó de golpe de apasionado a viticultor. De catar a elaborar. De sentarse en un restaurante y elegir plato y vino, a ver en las cartas sus propias creaciones. Ese día su vida cambió para siempre y nació Clos Cor Vi. Unos años y algunos pasos después añadió más leña al fuego de esa pasión y estableció su ‘hogar’ en Finca Cor Vi, en pleno corazón del Parque Natural de Las Hoces del Cabriel. Ambas firmas conforman hoy Bodegas Luis Corbí. Charlamos con él, copa en mano y reloj fuera de la muñeca. El tiempo se para.
Muchos farmacéuticos se enamoran del vino y otros dan un paso más. «El mundo del vino lo voy conociendo poco a poco desde joven hasta apasionarme. Soy formulador farmacéutico o elaborador de medicamentos y eso de tocar los productos me fue introduciendo más fácilmente. Empecé con varios grandes amigos bodegueros en la zona de Moixent y yo, en principio solo quería aprender, aunque en un momento dado piensas por qué no lo voy a hacer yo. Craso error. Es un mundo muy complicado y difícil. La farmacia desde tiempos inmemoriales ha tenido mucha relación con el mundo del vino. Descubrí en una serie de documentaciones e investigaciones que ambos sectores tienen vidas paralelas y cercanas desde el punto de vista sanitario, de analítica… muy por delante de otras profesiones que después se han ido desarrollando. A eso le sumo que yo tenía una gran atracción por la parte cultural del mundo del vino, que está desde antes de Cristo. Un enorme contenido histórico, un enorme contenido científico y un enorme contenido de pasión. Y eso te enamora y no eres capaz de frenarlo», reflexiona Luis mientras sirve la primera copa.
Tiene una manera muy peculiar de contar la manera en la que aventuró a ser bodeguero: «Empezamos con un proyecto muy pequeño de hacer vinos blancos en Moixent, otra grillada (ríe). Mi mujer ha confiado siempre en mí y en casa me dejaban hacer. Y a mis hijos también les ha atraído. En mi bodega de aquí Reyes, que estudió Comunicación, participa. Porque otra de las cosas que he descubierto es que las cosas hay que comunicarlas y transmitirlas. Es una parcela muy rica en el mundo del vino. No me arrepiento de nada».
Y ahora aquel sueño se ha hecho realidad con una apuesta por dos zonas mágicas. «Tenemos dos proyectos en dos denominaciones de origen. Una es Clos Cor Vi en la zona de Terres dels Alforins, DOP Valencia, donde trabajamos las blancas centroeuropeas viognier y riesling y la autóctona verdil, una casta muy interesante. Por otro lado, Utiel-Requena, es nuestra búsqueda del tinto con un proyecto diferenciador. Y ahí busqué el bobal, que otorga mucha tipicidad, al que acompañamos con algo de chardonnay y syrah. Siempre teniendo como objetivo, en ambos casos, la máxima calidad», explica Luis Corbí.
Terminamos poniéndolo en un brete, preguntándole por sus uvas favoritas. Esas que le han sorprendido y que intenta disfrutar con sus amigos.»A mí me ha sorprendido mucho como consumidor la variedad riesling, pero también el viognier del ródano. Y qué decirte del bobal, que es un caballo desbocado, y el reto es domarlo. Y con el nuevo monovarietal Las Hoces parece que lo hemos logrado pues ha conseguido la máxima puntuación en Biofach, una enorme satisfacción», concluye saboreando el último sorbo de la copa.
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