27 marzo, 2023
Pedro G. Mocholí
Más de treinta años de experiencia sitúan a Eusebio Sánchez y a su restaurante Casa Eusebio en toda una referencia en la cocina de mercado con influencia mediterránea.
La mayoría de sus recomendaciones surgen desde la sencillez y esa experiencia que Eusebio posee y que le permite conocer la psicología de su cliente. Y esas sensaciones sabe reconvertirlas en platos exquisitos y equilibrados.
Los restaurantes, también posee uno en El Perellonet (enfrente del Club Náutico de El Perelló) bajo su supervisión, no se complican a la hora de ofrecer una carta apta para todos los públicos. Y para que la complicación sea de bajo perfil, qué mejor que reducirla a elaborar productos a la plancha o cocidos.
La especialidad es la lubina salvaje, y visto lo visto, probada varias veces, no tiene nada que envidiar a las que probé este pasado verano en Tirado Cordel, uno de los restaurantes más afamados de la Costa da Morte de Galicia.
La semana pasada me acerqué, huyendo del fragor fallero que nos rodea, acompañando a unos amigos que habían hecho una reserva y que son clientes habituales.
Destacar la profesionalidad que encuentras en todo el servicio del restaurante, sobre todo la de Antonio, hermano de Eusebio.
Como si lo supiera, el primer plato que nos sacó fue su all i pebre (la anguila, como decía mi buen amigo Rafa García Santos, “hasta coja”), sabedor de la pasión que siento por este producto. Y me sorprendió gracias a la riqueza del plato, el punto de cocción de las anguilas y el sabor profundo y equilibrado del caldo y de las patatas.
Continuamos con unos chipirones en su tinta; impecables, limpios y sin un ápice de arena, al tiempo que les han sacado el ojo, haciendo de una sensualidad infinita cada bocado.
Unas gambas rojas es el siguiente plato. Las preparan a la plancha, consiguiendo un toque de jugosidad excepcional.
A petición de los comensales el siguiente plato fueron las angulas a la bilbaína. Yo no soy muy fan de este producto, pero no voy a romper el espíritu de la mesa, así que me sumo y rescato mi correspondiente ración de la cazuela, con sus dientes de ajo que junto con el ligero picante de las guindillas le aportan el sabor tan característico. Pero lo mejor fue que con el aceite sobrante, los ajos y las guindillas, en la cocina revolvieron unos huevos, y el resultado fue único. Vale la pena pedir las angulas para disfrutar de los huevos revueltos.
Y para finalizar la especialidad de la casa, la ‘lubina salvaje‘. Supera los dos kilos y el resultado no puede ser más rico y esperado, la verdad es que por la lubina ya merece la pena ir a Casa Eusebio. Carnes blancas, sabrosas y su punto justo de jugosidad. Es increíble la perfección que consiguen al presentar y tener como especialidad este pescado tan mediterráneo.
También ofrecen pez limón, rodaballo, lenguados o doradas. La oferta de arroces también es reseñable. Al igual que la bodega, variada, surtida y a buenos precios.
De postre, un merengue de limón. Y en la terraza pudimos disfrutar de un buen cigarro y un oloroso ron.
Casa Eusebio. C/ Almácera, 3. Tel.: 963 78 90 27. Valencia.
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