Mª Carmen González
Si nos preguntan por productos típicos de Suiza, probablemente recurramos al queso, el chocolate y los relojes (amén de pensar en bancos y cuentas secretas), pero difícilmente se nos ocurrirá hablar del vino. Pero sí, Suiza también tiene vides —cultiva unos 200 tipos de uva— y también produce vino. De hecho, el país helvético posee uno de los viñedos situados a más altura de Europa, unas vides que descienden vertiginosas por las montañas y que merecen una visita.
En la localidad de Visperterminen, en el corazón del Alto Valais, las vides ascienden atrevidas por la ladera de la montaña hasta alcanzar los 1.150 metros de altura. Hileras de parras desafían el desnivel del terreno y, protegidas por altos muros de piedra en seco, forman terrazas donde se cultiva un vino muy especial, el Heida.
El sol y la brisa cálida convierten al Valais en una zona casi mediterránea, por lo que un paseo por estas terrazas resulta muy agradable y… didáctico. El llamado Sendero de las Vides o Ruta del Vino (Reblehrpfad) recorre estos bancales y explica al visitante, a través de 17 paneles informativos, las variedades de uva existentes, el tipo de vino que se elabora o el método de cultivo, entre otros. La ruta puede acabar con una cata en cualquiera de las tres bodegas existentes en la zona.
Un buen momento para conocer este sendero y probar el Heida es el primer sábado de septiembre, cuando se celebra la excursión culinaria ‘Wii-Grill-Fäscht’, algo así como la fiesta del vino y el asado. La ascensión a pie por los viñedos está jalonada por diferentes paradas o estaciones donde retomar fuerzas con vino y especialidades gastronómicas locales.
Heida en el país de Heidi
Las vides de altura de Visperterminen ofrecen un caldo muy característico, el Heida, conocido como ‘la perla de los vinos de los Alpes’. Es un vino blanco, rico en aromas y azúcares, y alto contenido alcohólico (dicen de él que ‘libera’ la lengua).
Este tipo de vid se desarrolla muy bien en zonas elevadas con suelos arenosos y arcillosos y con una fuerte radiación solar. Su cultivo no es nuevo. Los hallazgos arqueológicos han demostrado que ya los celtas cultivaban vides en Visperterminen.
Nuestra visita enófila a la zona, rodeada por las altas montañas de los Alpes y lagos cristalinos, puede completarse con un recorrido por el Museo del Vino. Esta instalación tiene dos espacios, en las localidades de Sierre y de Salgesch. Un sendero de seis kilómetros, por bosques y viñedos, conecta ambos espacios e ilustra al visitante sobre el cultivo de la vid y el trabajo en pueblos vinícolas.
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