26 octubre, 2015
Las bodegas del Priorat Terroir Al Límit y L’Infernal han celebrado hoy, por sexto año consecutivo, su Fiesta de la Vendimia, que ha tenido lugar en Cal Compte Allotjament Rural – Lodging de Torroja del Priorat (Tarragona), y reunido a gente del sector del vino y la gastronomía llegados de todas partes del mundo. El acto, que ha contado con Dominik A. Huber, fundador y winemaker de Terroir Al Límit, y Laurent Combier, Peter Fischer y Jean Michel Gerin, fundadores y enólogos de L’Infernal, ha consistido en una presentación de los vinos de la añada 2013 de las dos bodegas organizadoras del acto, así como una cata informal de vinos de las bodegas invitadas. Año tras año, estas bodegas son seleccionadas por los anfitriones siguiendo criterios de amistad, afinidad, calidad e interés vitivinícola y proceden tanto de España, como el Proyecto Envínate, con vinos en Galicia, Extremadura y Tenerife, y Suertes del Marqués, Valle de La Orotava, Tenerife; como de otras zonas europeas: Champagne Charles Dufour (Champagne, Francia), Testalonga (Dolceacqua, Italia), Schiefer Pur (Burgenland, Austria) y Fürst (Franken, Alemania). A continuación, en el transcurso de un almuerzo, los distintos bodegueros han valorado la última vendimia de sus respectivos viñedos.
Huber, Combier, Fischer y Gerin trabajan desde hace muchos años en el Priorat. Quienes les conocen, saben que lo hacen por amor a este paisaje y porque conocen el potencial y sabores que las uvas tienen en él. Aportan un valor añadido: trabajando desde el territorio y con profundo respeto hacia él y sus gentes, han sabido mirarlo e interpretarlo de una manera fresca y renovadora. Sus vinos hablan por ellos.
Terroir Al Límit es una bodega que fundan en 2003 Dominik A. Huber y Eben Sadie con la compañía constante e imprescindible de un hombre de la tierra, Jaume Sabater. Ese año dio su primer fruto, el vi de coster Arbossar, que siguió la primera huella que, en 2001, había ya propuesto Eben con su Dits del Terra. Tras ellos, llegan el vi de la vila de Torroja (2005), los vins d’altura Les Manyes y Les Tosses (2006), el vi de coster Pedra de Guix (2008) y el vi de terra viva Terra de Cuques (2011). Vinos con carácter y firmeza pero, al mismo tiempo, ligeros y fluidos, finos y elegantes, de suaves taninos y buena fragancia. Fieles al contexto gastronómico en el que nacen, son grandes cómplices de la buena mesa mediterránea.
Terroir Al Límit es una bodega que surge de la pasión por la tierra de Dominik, Eben y Jaume. Ubicada en Torroja del Priorat pero con viñedos y uvas de las mejores zonas de la DOQ Priorat, su manera de entender el cultivo y la vinificación de las uvas características de esta tierra representa algo tan sencillo de decir como difícil de hacer: demos dos pasos atrás, pensemos, bebamos y conozcamos los vinos históricos de la zona, para acabar dando un paso adelante. Uso del raspón y del grano de uva entero; infusión de las uvas más que gran extracción; uso de volúmenes lo más neutros y, con los años, grandes posibles (de la barrica al fudre; del fudre al depósito de hormigón) para acabar ofreciendo en una botella la máxima fidelidad posible al paisaje y a sus uvas.
“Al Límit” recuerda ciertas características que hacen del Priorat un lugar complejo, como la orografía accidentada que dificulta el cultivo, la gran variedad de tipos de tierra y de minerales, el clima severo, los viñedos a distintas alturas y orientaciones y la restringida producción de sus cepas. Cuenta con 20 hectáreas en total, 3 de ellas en propiedad y de ladera, y exporta a 28 países.
Con la voluntad de no contribuir a agravar el fenómeno del calentamiento global y el objetivo de añadir aún más tensión y vitalidad a sus vinos, reducir los niveles de sulfitos y lograr fermentaciones más dinámicas y estables, Terroir Al Límit practica la viticultura ecológica con algunos elementos de la biodinámica. Trabajan para convertir la tierra de sus viñedos en un humus que sea capaz de absorber y aprovechar el agua de lluvia, y para que éste sea, cada vez más, una tierra viva con una fauna, tanto en superficie como en el subsuelo, cada vez más compleja. Y es que, en palabras de Huber, “el vino nos reconecta con la tierra, y nos ayuda a formar parte del misterio de la vida”.
L’Infernal es una bodega fundada hace 10 años por los prestigiosos vignerones franceses de la región del Ródano Laurent Combier, Peter Fisher y Jean Michel Gerin -también conocidos como Trío Infernal-, con Pep Aguilar como enólogo in situ. Lo que empezó como una aventura enológica de tres amigos que, al margen de sus respectivas bodegas en Francia, querían crear algo en común al otro lado de los Pirineos, se ha convertido en un proyecto sólido y consolidado, con bodega propia y 7 hectáreas de viñedo en ladera en Torroja del Priorat. Plantadas en 2002, un 60% orientadas al norte y el resto hacia el sur, sus viñas se caracterizan por fuertes pendientes, una alta densidad de plantación y la convivencia de tres suelos (llicorella o pizarra marrón, pizarra púrpura y gneiss), además de estar a merced de un peculiar microclima que hace de éste “un territorio muy duro pero con una energía enorme”.
En L’Infernal adoptaron la agricultura ecológica desde el principio, y el modelo no intervencionista. Su filosofía radica en entender y respetar la naturaleza y el contexto para extraer lo mejor de ambos, y en una manipulación mínima para lograr vinos perfilados, que no serán clarificados ni filtrados. Su objetivo: obtener la mayor cantidad de vino que se pueda, y que sea lo más fiel posible al terreno del que procede, no en vano consideran las distintas variedades de uva pinceles para recrear el paisaje. Trabajan con tinas de pequeño volumen, producen 25.000 botellas por añada y exportan a 15 países.
Los vinos de L’Infernal -Cara Nord/La Colección, Fons Clar/La Colección, El Casot/La Colección, Aguilera y los dos Riu-, representan el terroir del Priorat, y es que como suelen decir los fundadores de la bodega “son las parcelas que tenemos en Torroja las que nos han acabado por mostrar cómo son los vinos que debemos hacer en Priorat”.
Finalmente, en referencia a la añada presentada hoy -2013- destacan que gracias a una climatología marcadamente mediterránea que supuso una condiciones óptimas para la vendimia, el resultado fue una fruta fresca y equilibrada, que se tradujo en vinos de gran frescor, equilibrio y elegancia, rectos pero a la vez, llenos de energía.
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