3 noviembre, 2022
Jaime Nicolau
Utilizando una frase recurrente podríamos decir que Rebeca García es una mujer de armas tomar. Le pone una pasión a cada paso que da que es difícil no caer rendido a lo que predica. Aunque Rebeca forma parte de la segunda generación de la familia fundadora de Pago de Tharsys y vive con pasión el día a día en la bodega, también es la presidenta de la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena. Y esa la faceta que hoy analizamos.
Coincidiendo con su llegada a la presidencia hablábamos largo y tendido con ella sobre el fenómeno del ‘Cava de Requena’, que en los últimos diez años ha irrumpido con fuerza en las casas de todos los valencianos pero ganando millones de adeptos en muchos hogares españoles y en muchos rincones del mundo. «La excepcionalidad de los cavas de Requena y lo que los hace muy diferentes de otros cavas que se elaboran en otras zonas vinícolas de España es nuestra altitud. No hay ningún viñedo de cava que esté a 800 metros de altura como están nuestros viñedos en Requena. Eso ya nos da unas características en el fruto que obtenemos que no tiene nadie. Esa situación geográfica es excepcional. Además, la altura también nos hace que tengamos un clima fresco, pero no dejamos de tener esa influencia mediterránea. Es decir, que vamos a tener una fruta de mucha mayor calidad y sin tanto riesgo de enfermedades fungicidas. Por tanto, y además, esas condiciones nos permiten hacer excelentes cavas ecológicos de una forma muy, muy sencilla. Por eso todas las bodegas hemos apostado por los cavas ecológicos y en el horizonte está que el mundo nos viera como un sitio excepcional y la cuna de los cavas ecológicos de calidad», nos explicaba en esa conversación al abrigo de dos copas de cava.
Y es que el cultivo del cava en Requena es una historia que se remonta ya cuatro décadas. «Llevamos ya 40 años elaborando cava. Estamos en nuestra madurez. Nadie nos puede decir ahora quita de aquí, jovencito, que aún no has demostrado nada. No, no. Ahora las bodegas que elaboramos cava en Requena somos mayores de edad», argumentaba Rebeca de manera contundente.
Y todo lo que cuenta lo respaldan las cifras y la crítica especializada. Las cifras porque desde que se constituyó la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena hace más de una década, el colectivo ha pasado de 1,5 millones de botellas a superar los 10 millones, teniendo ya un potencial en el término municipal de Requena para elaborar más de 30 millones de botellas. Pero prefieren los pasos cortos y seguros. En segundo lugar están los reconocimientos de la crítica especializada. Hoy es difícil ver un ranking de cavas a nivel nacional o internacional, en el que no haya un Cava de Requena en las primeras posiciones. Incluso muchos de ellos han copado grandes titulares por triunfos entre la crítica más exigente del mundo del vino.
Para terminar, Rebeca García nos marcaba el camino que quiere seguir este colectivo de elaboradores valencianos: «Que se nos conozca por la calidad que tenemos, que la gente sepa ubicar Requena en el mapa por sus cavas y y sepa que ahí se hacen cavas increíbles. Que la gente sea capaz de desestacionalizar el cava porque es la bebida que mejor se adapta a una comida con sabores muy variados. Y lo vamos a hacer unidos porque así nuestro grito puede llegar más lejos, puede ser oído por más gente. Y porque «El cava de Requena es la bebida de la felicidad, de los días que no quieres que acaben nunca».
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