29 julio, 2022
Aunque las circunstancias y el contexto actual no son las más favorables para el conjunto de la economía mundial, con incremento de los precios y los efectos en los mercados provocados por la guerra de Ucrania, el ritmo embotellador de vino con Denominación de Origen La Mancha ha experimentado una recuperación importante en el primer semestre de 2022 con respecto al mismo periodo 2021, un año también marcado por el cierre de muchos mercados debido a las sucesivas olas de la pandemia del COVID 19 y por una escalada incesante en los costes del transporte.
Ya el comienzo del presente año había dado indicios de una sintomática recuperación, alcanzándose la cifra de 6.249.00 tirillas expedidas (equivalencia en botellas de 0,75 litros), el récord para un mes de enero. Febrero y marzo se vieron muy condicionados por la incertidumbre derivada del conflicto ruso-ucraniano y la ralentización de la economía china por el COVID, lo que levantó la preocupación del sector en los mercados internacionales.
Afortunadamente, y pese a todos los avatares, los primeros seis meses del 2022 se han cerrado con la comercialización de unos 25.538.523 litros envasados con DO La Mancha, lo que se traduce en unos 34.295.993 de tirillas expedidas (para botellas de 0,75 cl). Supone un efectivo incremento del 19,07 % con respecto al mismo periodo del año 2021, donde las bodegas manchegas solicitaron 5.492.999 unidades menos, esto es, 28.802.994 tirillas de vino DO La Mancha.
Se interpreta que el consumo nacional, tanto en el hogar como en la hostelería, ha sido clave para obtener unas cifras tan positivas. No obstante, el contexto internacional, vital para una denominación de origen con vocación claramente exportadora como es La Mancha, hace que se deba ser todavía muy precavido en espera de la evolución de los próximos meses, siendo especialmente importante el último trimestre del ejercicio, que coincide con la campaña de Navidad, cuando se suele producir un sustancial aumento de la demanda.
En otro orden de cosas, comentar que aunque los datos primaverales del informe del OeMv en exportaciones de vino español, señalaron al mes de abril de 2022 como “el más elevado de la serie histórica en términos de valor, alcanzando los 251,2 millones € (+5,5%)”, es conveniente subrayar los datos desde la moderación en un contexto mundial inestable para el sector del vino, que no es ajeno a la incertidumbre de la inflación, la escalada de precios de los carburantes y la paralización traumática de los mercados exteriores en zonas como Europa del Este, marcada por la guerra de Ucrania.
En este sentido, es preciso aún observar la evolución y consecuencias en medio plazo en aquellas zonas con evidente influencia comercial ligados al mercado ruso como son los países bálticos (Letonia, Lituania, Estonia o la propia Bielorrusia). Un informe del OeMv ya advirtió en un primer análisis, de “un riesgo económico para el sector vitivinícola español de 91,3 millones de euros, por la venta de 98,2 millones de litros».
A todo ello, se une además la evidente ralentización de los mercados asiáticos, principalmente el gigante chino, inicio de la pandemia a comienzos del 2020. Las fronteras permanecen herméticas con la Gran Muralla, con la celebración de ferias y eventos únicamente restringidos a público profesional e importadores del propio país.
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