28 enero, 2022
Pepelu González / Fotografía y vídeo: Fernando Murad y Pedro R. Arias
Las tierras de San Antonio de Requena son conocidas por sus bodegas y sus vastos territorios de campos de viñedo. Pocos saben que, hace casi un siglo, las destilerías formaban parte de la vida de los habitantes de la zona. Una tradición perdida por el paso de los años que, gracias a Artelicor, ha vuelto para volver a ser indispensable en esta comarca del interior de la provincia de Valencia.
Gracias a un ajado alambique, Raúl Herrero y su mujer, Elena Hernández, enólogos de profesión, comenzaron sus probaturas en el ámbito de la destilería. Unos ensayos que, en un principio, servirían como un pasatiempo y que, a día de hoy, han devuelto esta centenaria tradición a las calles de San Antonio. Un sinfín de distintos licores y brebajes de alta graduación se elaboran entre las paredes de su nave. Junto a esta, una pequeña tienda en la que vender todas y cada una de sus creaciones. Productos caseros que han tenido una excelente aprobación entre los consumidores, lo que ha hecho que su producción, con el paso de los años, siga en alza.
Desde 2018, Artelicor ha centrado sus esfuerzos en mejorar sus licores. Seis elaboraciones realizadas para todos los gustos; para aquellos amantes del dulce encontramos la Crema de Piña o la Crema de Orujo, dos brebajes elaborados a partir de la leche y que cuentan con una graduación alcohólica muy baja. Licores de miel, de limón, de hierbas o el aguardiente de orujo, son otras de las creaciones que se pueden adquirir en su tienda o a través de su web.
Además de esta gran variedad de licores, Artelicor también produce bebidas espirituosas, concretamente una ginebra. Una elaboración que se caracteriza por ser seca pero dotada con un aroma especial. No todo son las bebidas con porcentaje alcohólico para Raúl y Elena. De sus manos también nacen otro tipo de productos como las sales, elaboradas con diferentes especias como el pimentón de la Vera, el curry o la pimienta. Además de esto, en su tienda también podemos adquirir chocolate e incluso una mermelada casera, a base de canela y jengibre, que nace de sus múltiples ensayos.
Unos productos que no solo sirven para llenar los estantes de los negocios locales cercanos, sino que comienzan, poco a poco, a expandirse por el panorama nacional. Este éxito no viene dado solamente por su buen hacer, también gracias al boca a boca que ha servido para que sus elaboraciones se conviertan en el regalo perfecto para cualquier tipo de evento, ya sea un bautizo, una boda o una comunión. Unos detalles que, seguro, endulzarán los paladares de todos los invitados.
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
0 comentarios en