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Michel Grin: La sonrisa conciliadora que cambió la historia del vino valenciano

14 enero, 2022

Jaime Nicolau

Es cierto que el mundo del vino valenciano ha caminado mucho en las últimas tres décadas. Eso es innegable. Pero no es menos cierto que su historia se remonta siglos atrás cuando tres firmas, la actual Murviedro, Cherubino Valsangiacomo y Vicente Gandía apostaron por este negocio aprovechando las excelentes conexiones del puerto de Valencia y haciendo del barrio del Grao el epicentro del sector. Cada una de las bodegas citadas ha tenido al frente personas de enorme empaque que han puesto granitos de arena importantísimos para que este sector sea hoy un auténtico motor socioeconómico para la Comunitat y el segundo viñedo de España.

Hoy estas líneas son para Michel Grin. Este suizo de sonrisa perpetua y educación exquisita, llegó a la capital del Túria de la mano del Grupo Schenk (propietario de Murviedro). Fue dando pasos hasta que, con 43 años, fue nombrado director general de esta bodega que el grupo suizo tenía en la capital valenciana, compaginando el cargo con el de Cónsul de Suiza. Durante décadas dirigió con maestría los devenires de la bodega, siendo el responsable de apostar por viajar desde el Grao de Valencia a Requena, para crear «una Nasa del vino valenciano» como bien nos decía su hijo Marc en una entrevista en 2017. Ese año, cosas del destino también con 43 como su padre, le llegó el reto a él de convertirse en director general de Murviedro, con el listón muy alto y a su más exigente crítico en casa.

La figura de Michel Grin ha sido vital en la historia del vino valenciano. Hemos hablado con algunos colegas del colectivo que compartieron con él aquellos maravillosos años para construir el relato de la huella que su figura ha dejado en todo el sector. Hombre de trato amable y conciliador todos coinciden en señalar su talante constructivo, su capacidad de trabajar codo con codo con bodegas vecinas en busca de un bien común: el del vino valenciano.

Una de esas bodegas es la que dirigió Arnoldo Valsangiacomo y al frente de la cual continúa hoy trabajando la quinta generación de la familia Valsangiacomo: «Nuestra relación con Michel ha sido siempre muy estrecha, no solo porque las dos bodegas estábamos en el Grao, que también, sino porque además él era el cónsul suizo en Valencia. Nosotros somos todos suizos y la bodega también, con lo que nos gestionaba cientos de trámites burocráticos. Siempre ha sido una relación muy cercana. Un ejemplo de lo estrecha que era es que su mujer, Amparo, era amiga de nuestros padres. O su hijo Marc, que incluso trabajó en una etapa con nosotros. Como persona, destacaríamos su carácter conciliador y su trato siempre correcto hasta límites extremos, un encanto de persona. En el terreno profesional una de las grandes aportaciones de Michel al sector del vino valenciano fue la apuesta por desarrollar toda la filial del grupo Schenk en Valencia y su posterior decisión de trasladarse a Requena. Con esa apuesta consiguió introducir los vinos de Murviedro en la restauración y en el canal de la distribución, abriendo el camino al vino valenciano embotellado y de calidad. Su aportación al sector como colectivo ha sido muy importante«.

Seguimos con José María Gandía de Bodegas Vicente Gandía, que junto a Michel y a Arnoldo, representan una etapa muy brillante del vino valenciano y el paso del granel al embotellado. «Hemos compartido muchas jornadas de trabajo en común en las que se sentaron las bases del posicionamiento actual de nuestro sector. Michel Grin, al igual que nosotros, siempre tuvo claro el enorme potencial del vino valenciano. Fruto de ese esfuerzo compartido nuestros vinos gozan hoy de un posicionamiento cada vez mejor y eso se lo debemos en parte al señor Grin, por lo que le estaremos eternamente agradecidos»,  comenta.

Fue Michel Grin el que fichó al enólogo Pablo Ossorio en Murviedro cuando este apenas contaba con 25 años. Después Ossorio llegó a la dirección técnica de la bodega en una etapa importantísima para la firma bajo la dirección de Grin. «Michel Grin ha sido el gran señor del mundo del vino valenciano. La persona que siempre estaba disponible cuando necesitabas su ayuda, de educación exquisita y sonrisa permanente. A mí me asombraban detalles como el llegar un cuarto de hora antes a la oficina cada día para darse un paseo por las inmensas instalaciones de Murviedro y dar los buenos días personalmente a cada trabajador. Es un detalle, pero resume cómo era. Si Martín Araguás y José Peña han sido mis padrinos enológicos, Michel Grin ha sido la persona que me enseñó el negocio del vino. En 1997 apostó por mí y le estaré eternamente agradecido. Destacaría su carácter conciliador, su calidad humana y su capacidad de hacer equipo. Se ha ganado el respeto de cada persona que ha tenido relación con él y especialmente del sector del vino de toda España, más allá del valenciano».

Retirada actualmente del plano político, la exconsellera de Agricultura, Maritina Hernández, es otra de las figuras que bien puede hablar de una etapa en la que cambió la historia del vino valenciano para siempre. «Yo destacaría de Michel su gran humanidad y su capacidad de diálogo y de entender a los demás. Empatizaba tanto con los demás que llegar a acuerdos era algo natural. Pura diplomacia y capacidad de diálogo. Siempre con una sonrisa elegante era capaz de conciliar por complicada que fuera la situación. En su faceta profesional, gracias a proyectos como el suyo fuimos capaces de vertebrar en la Comunitat Valenciana un sector del vino potente que hoy es punta de lanza. Y poniendo por delante de su empresa el interés general del sector. Siempre ha tenido esa inmensa capacidad de pensar en sector, en proyección conjunta, para situar al vino de la Comunitat Valenciana donde hoy está, poniendo además la idea de marca en la cabeza de todos».

En sus 48 años en la Denominación de Origen Valencia, Cosme Gutiérrez ha compartido mil batallas con Michel Grin. «Ha sido siempre un señor, una bellísima persona, dialogante y muy competente, con una enorme mano izquierda. Su contribución a que el vino valenciano conquiste el mundo es impagable, arropando muchísimo a las tres Denominaciones de Origen valencianas como marca de calidad. Hasta llegó a ser la bodega número uno de la DOP Valencia. Pero yo me quedo con ha sido un embajador de lujo del vino valenciano por todo el mundo».

Brilla una estrella con fuerza en el silencio de la noche, roto por el mágico sonido de un brindis sutil. Sutil y eterno, como la sonrisa con la que Michel ha conquistado a todo un sector y con la que se ha ganado un trocito de nuestro corazón para siempre.

Un comentario en Michel Grin: La sonrisa conciliadora que cambió la historia del vino valenciano

Pedro el 14 enero, 2022 a las 10:30 pm:

Era una persona muy humana y dialogando, pero para mí el verdadero artífice del vino valenciano fue Don VALENTIN GARCIA MIRANDA. Esta persona hizo que la gente de la restauración de Valencia supiese que aquí había vino de calidad. Fue mi gran maestro personal y profesionalmente

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