8 octubre, 2021
Pepelu González / Foto y vídeo: Vicente Escrivà y Paula Jiménez
Las calles que rodean al Jardín Botánico de Valencia, por el distrito de Extramurs, esconden rincones repletos de encanto en los que poder escapar del ruido constante de la transitada ciudad. A escasos metros del antiguo cauce del río Túria podemos encontrar uno de esos lugares en los que, a excepción del vino y la buena compañía, todo carece de importancia. Es el caso de ‘El Cubo de Baco’, una vinoteca, situada en la calle Túria 56, en la que el disfrute se convierte en una obligación.
Lilibeth y Vicente son los encargados de conseguir esas curiosas elaboraciones, generalmente de pequeños productores e incluso de minifundistas, para poder satisfacer todos y cada uno de los gustos de los clientes que se sientan en las sillas de su acogedor local. Un sinfín de botellas llena sus estanterías, no importa su procedencia, aquí lo único que es realmente relevante es saber disfrutar de todos y cada uno de los momentos que la vida nos regala y… ¿Qué mejor que maridar esos instantes con vino?
Su oferta de gusto y disfrute no termina en la sección de vinos. Tapas frías y calientes se preparan en su pequeña cocina con el fin de hacer de la estancia de sus clientes un momento todavía más especial si cabe. Productos en conserva acompañan a los vermuts y cavas en las anteriormente mencionadas estanterías. Sardinas y ventresca de bonito en aceite, mejillones en escabeche exquisitos para servir con papas y diferentes patés ecológicos abren paso al conocido secreto ibérico que Vicente prepara tras la barra de su local y que acompaña con patatas al horno recogidas en el campo de su padre.
El Cubo de Baco es ese sitio donde la comida se funde con el sabor de vinos de pequeños productores, menos conocidos, que encuentran en Lilibeth y Vicente el canal perfecto para poder mostrar sus elaboraciones al público. Un pequeño rincón en el que cada espacio cuenta. Así es como comienzan a hablarnos de uno de sus mayores tesoros, la máquina de enfriar sus vinos. Un artefacto que facilita a los clientes que deseen probar cualquier vino que se encuentre en las repletas estanterías del local.
Un lugar donde artistas emergentes pueden exponer sus obras y publicaciones, porque ya sabemos que maridar arte y vino es un claro sinónimo de éxito. Un establecimiento donde se respira tranquilidad por todas sus esquinas pero que destaca, principalmente, por el cálido clima que sus dueños transmiten desde el momento en el que cruzas su puerta automática. Un espacio idílico para la celebración de catas en las que aprender las innumerables curiosidades y entresijos que nos ofrece el mundo del vino.
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
0 comentarios en