26 marzo, 2021
Las características agroclimáticas que tiene el territorio de la Denominación de Origen Utiel-Requena y su compromiso con la sostenibilidad medioambiental, facilita un cultivo de la viña totalmente respetuoso con el entorno. Tanto es así que, según datos del Comité de Agricultura Ecológica de la Comunidad Valenciana (CAECV) y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el número de hectáreas dedicadas a la viticultura ecológica en Utiel-Requena se ha disparado en los últimos años, concretamente un 47% desde 2016 con 6.899 has. hasta 2020 con 10.183 has.
Estos viñedos ecológicos que se encuentran dentro de la demarcación geográfica de la DO Utiel-Requena ocupan el 76% del total de la superficie de viñedo ecológico de vinificación que se certifica en toda la Comunidad Valenciana y ocupa más del 8% del total de España. Y si ponemos el foco únicamente en la provincia de Valencia, este territorio es el que atesora hasta el 90% del total del viñedo ecológico.
La producción en ecológico supone una ayuda a la protección del medio ambiente y al desarrollo rural, pero también las Denominaciones de Origen vertebran sus territorios y fijan población. Un trabajo conjunto que potencia los valores conjuntos de ambas, de la producción ecológica y de la DO Utiel-Requena.
Respecto a las actividades relacionadas con el sector del vino, de elaboración y de envasado, un 60% de los operadores que trabajan con vino ecológico en la Comunidad Valenciana están certificados por la DO Utiel-Requena. Un porcentaje también muy alto que supone que en la actualidad 40 bodegas de la denominación están certificadas por el CAECV para elaborar y/o envasar vino ecológico.
Uno de los métodos biotécnicos ecológicos que se han llevado a cabo en esta zona y que han ganado relevancia en los últimos años, es el de la confusión sexual para luchar contra la polilla del racimo, la Lobesia Botrana. Es una ingeniosa técnica que no altera el equilibrio biológico ni supone riesgos para el aplicador, es muy específica y cómoda de aplicar. Consiste en inundar el viñedo con feromonas femeninas que confunden a los machos de las polillas, las feromonas son emitidas mediante difusores repartidos por todo el campo. Esta confusión es provocada por una desorientación, ya sea por camuflaje o por competición. Ello provoca una reducción de los acoplamientos y, por lo tanto, una disminución de las poblaciones de este insecto.
La superficie de viñedos beneficiados por este tratamiento ha crecido de forma exponencial, pasando de 700 has en 2016 a 7.354 has en 2020. Esto ha sido principalmente gracias al impulso de las bodegas cooperativas adscritas a la DO Utiel-Requena y al esfuerzo de los viticultores, que han aplicado esta medida conjuntamente. Mediante el consenso, han conseguido un control ecológico, práctico y muy efectivo de esta plaga. Esta técnica favorece un crecimiento importante de las hectáreas en ecológico año a año.
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