23 diciembre, 2020
El cuidado y respeto por el entorno es algo que las bodegas tienen cada vez más presente. Una de ellas es la Bodega Maricubas de la Cooperativa San Antonio Abad, en la que el medio ambiente juega un papel muy importante en su filosofía. Hace más de 60 años que se puso en marcha esta cooperativa, ubicada en el municipio de Fuentealbilla, en la comarca La Manchuela de la provincia de Albacete.
La Cooperativa San Antonio Abad se fundó en febrero de 1958, con el fin de defender los intereses de los agricultores. Desde entonces hasta ahora no ha parado de crecer, tanto en volumen de producción como en número de socios, alcanzando en la actualidad un total de 537 miembros y más de 1000 colaboradores que aportan unos 12 o 14 millones de kilos de uva al año procedentes de Fuentealbilla, un municipio que no cuenta con más de 1800 habitantes, por lo que gran parte de la población es o socio activo o socio colaborador.
Este crecimiento no habría sido posible si no hubiese ido de la mano con las mejoras de las instalaciones. Miguel Montoya, Coordinador General de la Cooperativa, nos cuenta que “gracias al esfuerzo y visión de los socios, en 2004, decidieron apostar por la calidad trasladando y construyendo una nueva bodega con instalaciones de vanguardia, sin limitaciones de espacio y con un volumen de depósitos de acero inoxidable e instalación de equipos de frío que permitieran una trayectoria de futuro”.
A día de hoy tiene a su disposición tecnologías muy punteras para la vinificación, así como grandes viñedos para la crianza, que reflejan la esencia de la tierra Manchega en su gama de vinos que van “desde blancos, rosados y tintos secos, hasta los tintos con diferentes crianzas como son Robur, Picos y Fénix. También contamos con un blanco y rosado semidulce, y un espumoso gasificado” ha afirmado Miguel Montoya. La variedad predominante de esta bodega es Macabeo para los blancos y Bobal para los rosados y tintos, pero también trabajan otras variedades como Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Syrah o Garnacha, entre otras, que ayudan a estructurar y complementar la amplia gama de vino.
Con el objetivo de trabajar por la calidad diferenciada y extraer el máximo potencial para elaborar el mejor vino posible, Bodegas Maricubas también tiene en cuenta un valor imprescindible de su filosofía: el cuidado del medio ambiente. En la cooperativa han llevado a cabo inversiones para contribuir a la naturaleza y minimizar el impacto ambiental, como la obtención de una depuradora propia que permite que los vertidos derivados de la actividad cumplan la normativa vigente en materia de aguas.
El Coordinador General ha asegurado que “también la bodega hará una inversión en energía solar fotovoltaica para autoconsumo, lo que sin duda, contribuirá a la reducción del efecto invernadero de la atmósfera”. Además, este ha querido resaltar que “la figura de la producción ecológica, que ocupa ya el 50% de la producción total de la bodega, y se espera que vaya en aumento”.
Con todo esto, según Miguel Montoya la cooperativa San Antonio Abad “pretende ser una entidad de vanguardia, basada en el vino como cultura e identidad del territorio, el desarrollo de productos a la carta del vino a granel, el servicio integral al socio, siendo capaces de cubrir todas sus necesidades derivadas de su actividad profesional y en la sostenibilidad medioambiental, fomentando el uso de energías renovables y reduciendo al máximo su impacto en el medio como industria agroalimentaria”.
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