Que los datos de consumo de vino en España son cada día más preocupantes es algo que todo el sector conoce. La pregunta es ¿qué hacer para recuperarlo? Esta semana Carmen Garrobo Martínez, sommelier que ha participado en una de las ponencias del Curso de Verano «La cultura del vino», que además es directora de la Escuela Española de Cata y dirige en el Máster en Enología y Viticultura de la Universidad Politécnica de Madrid lo señalaba como el principal problema existente en el sector vinícola español. «Los últimos datos oficiales que disponemos arrojan una media de 13 litros por persona año y está bajando. Hace muy pocos años estábamos en torno a los 16 litros. Afortunadamente se están aumentando las exportaciones. España es el primer exportador de vino del mundo, pero hay que añadir que el vino que se exporta es barato. Los principales países competidores se están beneficiando de que seguimos vendiendo vino a granel de calidad. Vendemos un vino de una excelente calidad a un precio muy bajo». Vamos que lo que ella define como el principal problema realmente no es uno, son dos. Por un lado, que el consumo cae de manera estrepitosa a nivel interno. Por otro, que vendemos barato a países que son competidores y encima les damos vinos de mucha calidad a granel. Lo siento pero, ¡qué torpes somos! Según Carmen Garrobo vinos como Valdepeñas, Rueda, Navarra, etc., yo añadiría unos cuantos más, sobre todo los del Levante español, se están abriendo un hueco en el mercado internacional. Esta afirmación es rotundamente cierta.
Pero donde Carmen Garrobo estuvo muy acertada fue en la defensa de la educación en cultura del vino. Por un lado defendió la figura del sommelier, que no está reconocida a nivel académico y debería estarlo. “No existe un reconocimiento por parte del Ministerio de Educación de los estudios de sommelier, ni a nivel de formación profesional ni universitario. Algunas universidades imparten títulos propios, pero no cuentan con un reconocimiento académico”. Para Garrobo, estos estudios no se acaban nunca. “Se está continuamente en formación y reciclándose. Llevo 20 años de sommelier titulada y me queda toda una vida para aprender. La figura del sommelier no afecta sólo al mundo del vino, hay profesionales dedicados al aceite de oliva, cervezas, tés, destilados, etc. En la situación actual de crisis y de desempleo, el oficio de sommellier podría ser una salida profesional de muchos jóvenes españoles”.
Pero esta pelea por la formación debe ir más allá de los prescriptores. Aquí cabe otra pregunta: ¿Hace España los deberes en formar a los nuevos consumidores en la cultura del vino? La respuesta es no. Cuando el sector es uno de los principales motores de nuestra economía. En este sentido Arturo Hurtado, gerente de la Escuela Española de Cata considera que para la formación de los consumidores y los profesionales del mundo del vino “se tienen que implicar las instituciones públicas, universidades, bodegueros, asociaciones empresariales, empresas comercializadoras, instituciones privadas, etc. Es una suma de todos, que facilite que la población tenga una educación cultural en torno al mundo del vino. Pero hay que actuar ya, es muy urgente que se acabe con la práctica habitual de vender vino de calidad a granel a 40 céntimos el litro”. Suscribo hasta la última coma. Es tiempo de cambios políticos en este país, pero los que ya han llegado o lleguen en el futuro deberían considerar al mundo del vino, a lo que genera económicamente, a lo que genera en turismo de calidad y a lo que aporta al territorio como lo que es, uno de los pilares de la economía española sin burbujas de ningún tipo.
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
0 comentarios en