26 agosto, 2020
Mar Lafuente
A tan solo unos días de que se acabe este raro y especial verano, gran parte del sector del vino ya está trabajando en las nuevas vendimias, que este año vienen cargadas de incertidumbre debido a la situación social en la que nos encontramos. La demarcación histórica de ‘Alicante’ ha sido una de las primeras en poner en marcha su cosecha. La zona alicantina es propicia a ser una de las primeras en arrancar dadas las condiciones que reúne para el desarrollo de los viñedos gracias a los suelos especiales, climas templados y humedades relativas.
Desde el día cuatro de agosto se empezaron a recoger los primeros frutos de las variedades blancas en los parajes más al sur de esta provincia, los del parque natural de La Mata y Torrevieja. Pero ha sido pocos días después cuando se han recogido variedades blancas típicas de Alicante, como son las partidas de moscatel o el chardonnay, en zonas aisladas del Vinalopó Medio y Alto. Durante estos próximos días se espera que generalice la recolección de moscateles en la subzona de la Marina Alta, especialmente en partidas centrales del valle del Pop y alturas medias cercanas al mar.
En el caso de Alicante, pesa mucho la autóctona moscatel que es una de las uvas que más temprano se recoge en España, ya que maduran de una forma gradual y constante debido a las temperaturas del verano mediterráneo. Esta variedad es quizá la más representativa de la zona del mediterráneo, por sus usos, por su presencia en todas las grandes civilizaciones antiguas y la relación con el hombre a todos los niveles y, gracias a todo esto, también se convierte en un patrimonio de gran valor para la Denominación de Origen de Alicante.
Para la producción de tintos, en cambio, habrá que esperar a principios de septiembre. Alicante se prepara para una campaña con una producción normal, con la recolecta de más o menos 35 millones de kilos de uva. Tan solo un poco más que en la vendimia de 2019, donde entre las 42 bodegas certificadas entraron un poco más de 32 millones, un 5,26% más que el año anterior. Para este año se espera que el incremento sea similar, una producción que se considera estable en la zona protegida.
No son todo malas noticias este año, para Alicante parece que esta cosecha ha venido especialmente precedida de una muy buena maduración y sanidad, más que otros años. Esto en parte es gracias al excelente vigor en las plantas, ya que durante el invierno y la primavera, han recibido eficaces lluvias. Dentro de esta tónica, la vendimia ha arrancado con un episodio de granizo en la zona Sax-Villena, el pasado jueves 13, siendo la gran amenaza de los últimos años, como podemos recordar el episodio de DANA del año pasado en la Vega Baja alicantina.
Pero como hemos dicho al comienzo, la campaña también viene marcada por la incertidumbre de la crisis sanitaria que anulaba la actividad hostelera y que ha paralizado muchos vinos en las bodegas. Aunque la situación más crítica está en pensar cuál va a ser la evolución de la pandemia y la afección a la comercialización de estos nuevos vinos de la añada 2020.
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