Los municipios manchegos adaptan su oferta a la ‘nueva normalidad’ para situarse entre las preferencias del turismo de interior
4 agosto, 2020
Tras un balance positivo para el enoturismo en España, con un incremento superior al 3,88 % en el 2019, según datos de ACEVIN, este verano se presenta como una nueva oportunidad para redefinir la oferta en las zonas del interior peninsular.
La irrupción de la pandemia ha dinamitado los planes estivales de muchos españoles, que ahora buscan otros destinos opuestos a lo que solían hacer, primando los espacios no masificados, y de mayor cercanía a sus lugares de origen, una oferta cultural más acorde a las opciones de un turismo familiar.
Este verano 2020, un tanto atípico, puede sin embargo ser una oportunidad y una opción de mayor turismo para la Ruta del Vino de La Mancha. Su presidente, Fernando Villena, cree que “en La Mancha tenemos una gran oportunidad de ofrecer al visitante otro tipo de turismo, con naturaleza, cultura, gastronomía en torno al vino”. En palabras de Gonzalo Redondo, teniente de Alcalde de Alcázar de San Juan, La Mancha ya ofrecía lo que busca el nuevo perfil “con un turismo familiar, de pequeños grupos para visitantes que aprecian la cultura y la tranquilidad”.
Como sostiene, Raúl Zatón, Concejal de turismo en Tomelloso, “el turista no busca ahora grandes masificaciones como los destinos de playa, sino espacios de mayor seguridad y La Mancha puede ofrecerlos completándose con historia”. A lo que se añade “unos atractivos derivados del vino como la enología y su cultura que, además, pueden ser disfrutados en condiciones de mayor seguridad como los núcleos rurales”, a juicio de Rosa Ana Fernández, edil de turismo en Campo de Criptana, Ciudad Real.
El alojamiento también resulta clave, donde ahora se buscan espacios de mayor intimidad como casas rurales. Brigitte Moise, técnico de turismo de El Toboso señala a esta pequeña villa manchega, patria de la musa Dulcinea, por ser referente en la oferta de alojamiento rural, “ideal para familias que buscan la relajación o el espacio tranquilo con amigos”.
Nuevos protocolos con la misma oferta y atractivos
La Ruta del vino de La Mancha sigue ofreciendo los mismos recursos turísticos en sus municipios integrantes, pero adaptados ahora a los nuevos protocolos de seguridad COVID. Es el caso de Villarrobledo, en la provincia de Albacete, donde su Concejal del ramo, José Luis Zapata, reseña como su Centro de Interpretación tinajera, “casi exclusivo y único en todo el panorama nacional, sigue siendo visitable con grupos reducidos”.
Incluso, en localidades como Socuéllamos, de la provincia de Ciudad Real, su concejal responsable, Pedro Arrabales, alude a la importancia del enoturismo para su localidad, ya que recientemente su “nueva oficina de turismo, en las instalaciones de la Torre del vino ha conseguido el sello de turismo responsable otorgado por el propio Ministerio”.
La Ruta del Vino de La Mancha
La Ruta turística del Vino de la Mancha está ubicada en plena llanura manchega, en la zona de mayor producción de vinos de Europa. Su recorrido abarca varios pueblos de las provincias de Albacete, Cuenca, Ciudad Real y Toledo, unidos por un paisaje singular, una larga tradición vitivinícola y una cultura atesorada durante siglos, todos ellos dentro del territorio de la DO La Mancha, cuyo Consejo Regulador preside la Ruta en estos momentos.
Formada por seis municipios de fuerte peso cultural y tradición vinícola en el conjunto de La Mancha, como son Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, El Toboso, Socuéllamos, Tomelloso y Villarrobledo, además, tres bodegas pertenecientes a los municipios de Los Hinojosos, El Provencio y Monreal del Llano, un destino ineludible en el que se funden Vino y Quijote.
Con 53 establecimientos adheridos en estos momentos, y con voluntad de seguir creciendo, como viene haciendo desde sus comienzos, la Ruta la conforman bodegas, alojamientos, museos, enotecas, restaurantes, agencias, empresas de servicios turísticos…todo ello en un mar de viñas, en un territorio en el que su historia ha girado en torno al vino y su cultura; en un lugar donde se encuentran alguna de las mayores bodegas del mundo, y donde el visitante podrá conocer desde una pequeña bodega familiar cargada de tradición dentro del casco histórico en municipios llenos de encanto, a grandes bodegas, con la última tecnología, y con impresionantes instalaciones; bodegas que van desde la arquitectura tradicional, de nuestro añil y blanco, a bodegas de arquitectura singular, integradas perfectamente en el paisaje de viñedos de nuestra tierra.
La Ruta del Vino de la Mancha, bajo el paraguas de ACEVIN y dentro del Club de producto, Rutas del Vino de España, surge con una intención de expansión, ya que la Denominación de Origen La Mancha engloba muchas más localidades, si bien la unión entre vino y turismo no se da con la misma intensidad en todas ellas, pero sí es una tendencia cada vez más consolidada en casi toda España el dinamizar nuestro territorio a partir del turismo, fijando el vino como reclamo, un vehículo para mostrar al visitante lo mucho que nuestra tierra puede ofrecer, una ventana desde la que mostrar lo mejor de nuestra tierra. Un lugar en el que su paisaje, sus gentes y costumbres, forman parte del mundo que inspiró a Cervantes.
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