6 julio, 2015
Mario Malafosse, empieza a colaborar con la bodega Barón d’Alba en 2011. Estudió enología en Burdeos y fue especialmente formado por el gran enólogo francés Denis Dubourdieu. Desde 2006 estuvo colaborando y trabajando con algunas bodegas de la comarca Utiel-Requena. También efectúa su labor de enólogo con Michel Rolland en Argentina yNueva Zelanda, en el verano-otoño austral.
5barricas.- ¿Cómo nace el proyecto Barón d’Alba?
Mario Malafosse.- El proyecto de la bodega Barón d’Alba nace de la idea de recuperar la tradición familiar de producir vino en el Plà de les Useres. El Plà de les Useres tiene una larga historia vitícola, desde la llegada de los Romanos siempre se ha producido vino en esta zona de España. Hasta tuvo su momento de gloria histórica con los famosos vinos llamados “Carlon”. Pero con la crisis de la filoxera primero y la entrada de España en la Unión Europea después, se arrancó la mayor parte del viñedo que en esa época, en los años ochenta, estaba compuesto principalmente por plantas híbridas. Así al final de los ochenta, la viticultura casi desapareció de Castellón.
En 2001, después de un salto generacional, la familia Garrido, impulsada por Sergio Garrido, el propietario y el alma del proyecto, compró la finca del Clos d’ Esgarracordes con la idea de volver a sus orígenes y desarrollar una viticultura de calidad en esta zona. Los primeros años sirvieron para plantar, formar nuevos viñedos y transformar la pequeña casa de la finca en una bodega moderna. En 2006, después de cinco años de ensayos, empezaron a producir los primeros vinos para la venta. Así nacieron los vinos del Clos d’esgarracordes, un nombre heredado de la finca del “esgarracordes”, el hombre que tocaba las campanas y rompía las cuerdas del la iglesia de Les Useres.
5b.- ¿Qué tiene de singular?
M.M.- El proyecto es singular en varios aspectos. El primer elemento a destacar es el microclima de esta zona. Estamos cerca del mar por lo que las temperaturas máximas en pleno verano se moderan, favoreciendo la producción de uvas de alta complejidad aromática. Ademas, el Plà de les Useres se encuentra a los pies del macizo del Peñagolosa, del que bajan corrientes de aire frío que refrescan las noches de verano.
Otro elemento clave son los suelos, que siendo de aluvión, profundos y frescos, permiten un muy buen arraigo en profundidad de las viñas. Es por esta razón que en la zona no se suele regar los viñedos, no es necesario, los suelos son bastantes frescos.
El último elemento, probablemente el más importante es la filosofía de trabajo del equipo y la voluntad de Sergio Garrido de hacer vinos de alta calidad de manera profesional. La Bodega Barón d’Alba es pionera en Castellón abriendo el camino de los vinos de alta calidad con vinos singulares y difícilmente reproducibles ya que tienen características organolépticas definidas por el “terroir” de cada una de nuestras parcelas.
5b.-¿Es fiel exponente de los vinos de Castellón?
M.M.- Fiel exponente de los vinos de Castellón, no lo sé… Lo que es seguro es que representa fielmente la cultura enológica de una familia de Castellón y las características intrínsecas de los vinos son fielmente representativas del suelo y del microclima del Plà de les Useres. En el Clos d’Esgarracordes trabajamos aplicando la filosofía de la enología de “terroir”, es decir, que todos los procesos de viticultura como de elaboración están diseñados con el fin de revelar la mejor parte de lo que tenemos en nuestros campos. En este sistema la uva se considera como el nexo entre el “terroir” de la parcela y el vino, por eso damos todo el protagonismo al aroma “varietal” ya que es en los matices del mismo en el que se encuentran las difirencias de un terroir al otro…
5b.- La crítica ha ensalzado notablemente los productos de la bodega, ¿responsabiliza o respalda?
M.M.- Efectivamente, estamos contentos de ver que nuestro trabajo despierta cada vez más interés en los críticos que catan nuestros vinos. Tenemos la suerte de que nuestros vinos llaman la atención, porque al ser una bodega pequeña y con escasos recursos para promocionarse, solo puede contar con la calidad de los vinos como embajador de nuestro trabajo…
Nuestros estudios con consumidores enófilos nos enseñan que debemos producir un vino con el doble de calidad para que en catas abiertas se nos evalúe al mismo nivel que las grandes marcas de la Comunidad Valenciana. Eso quiere decir que todavía no ha calado la idea de que en Castellón también se puede hacer vinos de gran calidad. Trabajamos en ello con buenos productos y los críticos con sus notas de cata son respaldos indiscutibles para nosotros.
Por otra parte, es verdad que las buenas críticas responsabilizan. Primero no podemos fallar a los críticos que se arriesgan a hablar de nuevos proyectos de zonas de poca fama. Agradecemos mucho a los prescriptores que destacan vinos desconocidos porque tienen mucho valor. Es mucho más arriesgado que hacer recomendaciones sobre marcas de vino de moda. Así, tenemos la obligación de ofrecer gustos singulares y siempre mejorar la calidad de los vinos.
Por otra parte, la posición de mayor referencia de Castellón que nos otorgan los críticos, como Peñín, que nos dio las mejores notas de la región, hace que tengamos la responsabilidad de seguir con nuestros esfuerzos, no sólo para la viabilidad del proyecto de la bodega pero también para el conjunto de los vinos de Castellón. La notoriedad de una zona o de un proyecto se hace con la constancia de un trabajo serio y bien hecho, año tras año.
Es verdad que el interés creciente de los prescriptores por nuestros vinos, ejerce una cierta presión pero las exigencias de calidad ya las teníamos claras. Preferimos trabajar con este tipo de presión y agradezco de nuevo a los prescriptores que se toman el tiempo de interesarse a nuestro trabajo.
5b.- ¿En qué momento se encuentran los vinos de esta IGP?
M.M.- La IGP Castellón está en un buen momento, tiene unas 13 bodegas afiliadas que trabajan todas con mucho interés por la calidad. Son todos pequeños proyectos que producen con mucho cariño pocas cantidades de botellas.
La IGP se creó para asegurar a los clientes, con certificación y controles administrativos, que los vinos vendidos como de Castellón estén realmente producidos en Castellón. Pero la IGP esta llegando a su cumbre y vemos sus límites. Se nos está quedando un poco pequeño. Vemos que no es suficiente para darnos a conocer, sobre todo fuera de España. Por ejemplo, en los mapas de vinos de España no aparecen las IGP y no existe el vino de Castellón. Así que estamos creando una Denominación de Origen y esperamos tenerla en breve en funcionamiento.
5b.- ¿Qué importancia tiene el viñedo en vuestro proyecto?
M.M.- El viñedo para nosotros es primordial, todos nuestros vinos se hacen desde el campo. Todas las uvas que vinificamos proceden de viñedos propios de Barón d’Alba.
Como comentaba anteriormente, trabajamos según el enfoque del “terroir”, es decir que los gustos de los vinos se definen en los campos. Las estrategias de vinificación y de crianza están orientadas a la revelación y la conservación de lo que tenemos en las uvas. En el campo hemos definido unas unidades de terroir que nos dan uvas de calidad y de maduración homogéneas. Estas unidades de terroir se extienden sobre una parcela o definen partes de parcelas. De este modo, podemos adaptar las técnicas de viticultura a cada unidad según sus necesidades. Y en el momento de la vendimia recogemos las uvas en su momento de maduración óptimo y respetando las unidades de terroir. Así se aplica a cada lote de uvas las técnicas enológicas más adaptadas para resaltar las mejores partes de cada uno de nuestros terrenos. Una vez los vinos producidos procuramos adaptar las crianzas a las características de cada uno de los vinos. Al final, tenemos un importante trabajo de cata para definir los “assemblages” que mejor representen nuestra bodega.
En este sentido me limitaré a resaltar sólo dos productos que representan bien esta filosofía de trabajo. El rosado de monastrell, garnacha y syrah que tiene un perfil original con un desarrollo con aromas claramente varietales con notas de frutas del bosque como la frambuesa, el cassis y algo floral como la rosa. El color es algo mas claro de lo que se suele hacer en la zona pero su delicadeza aromática lo compensa. El otro vino es el Peligrí 2011, presenta un potente Cabernet-Sauvignon en su estado puro. Creo que en él se encuentran todas las características organolepticas que hacen la grandeza del Cabernet-Sauvignon: una estructura potente y un aroma intenso, profundo y complejo, con notas de especias (pimienta negra), notas de frutos del bosque y esencias libanesas.
5b.- ¿Qué momento ves en el vino valenciano?.
M.M.- Creo que el sector del vino en Valencia está bien encaminado. La producción se esta diversificando bastante y se produce cada vez más vinos de alta calidad tanto en vinos blancos como en tintos. Hay cada vez más pequeñas bodegas que, aunque no tengan muchos recursos de marketing, producen vinos muy interesantes. Se nota que hay una nueva generación de enólogos universitarios con buena formación científica que está trabajando en las distintas bodegas de la zona. Además, el afán de toda esta nueva generación por recuperar la cultura enológica valenciana, recuperando y dando protagonismo a las variedades autóctonas, me parece muy interesante y saludable para el futuro de la viticultura valenciana.
De las zonas más frescas del Alto Turia, la cuna de la Merseguera, y Castellón donde se puede hacer vinos con un perfil de fruta más fresca, hasta las zonas mas cálidas de Alicante, Alforins o Requena donde se producen vinos más mediterráneos con más color y estructura. La Comunidad Valenciana tiene una gran diversidad de climatología y de suelo que nos puede dar una gran variedad de estilos de vino. Creo que en estos momento el mundo del vino valenciano está tomando conciencia de la ventaja que da esta gran diversidad y está empezando a valorizarlo desarrollando vinos con estilos muy variados. Es algo muy interesante para los consumidores…
5b. – ¿Qué importancia cree que va a tener el enoturismo en el futuro del sector en la Comunidad?
M.M. – Después de la caída del sector de la construcción, el turismo en la comunidad valenciana representa un sector crucial, en particular en Castellón donde el turismo de playa se ha desarrollado mucho durante las ultimas décadas.
La bodega Barón d’Alba, no solo está implicada en revitalizar la viticultura de la zona, también está implicada en el desarrollo global de la región y en el desarrollo del turismo de interior, con el enoturismo como un pilar importante. Por ello, Sergio Garrido está trabajando, en calidad de presidente, en el desarrollo de la ruta del vino con la idea de ofrecer escaparates por el interior al turismo del litoral. Entendemos que el vino es una bebida cultural y que una visita guiada a la bodega permite conocer la filosofía de nuestro trabajo. Así, la bodega lleva ya varios años ofreciendo este servicio a todos los enófilos y notamos mucho interés por ello ( tuvimos más de 2000 personas en visitas el año pasado y la demanda sigue creciendo).
Creo que sería interesante inspirarse en lo que se hizo en la región de “La Provence”, en Francia, donde se desarrolló el concepto de “vino de vacaciones” para sus rosados. Todos los esfuerzos hacia los turistas, esencialmente del norte de Europa, para que tomen los vinos de la zona, es decir los rosados, hizo que la gente se volvía a casa con buenos recuerdos. Así, cuando encontraban, en pleno frío invernal, un rosado en la vinoteca del barrio en el norte de Alemania, les recordaba buenos momentos, disfrutado al calor de la Provence. Probablemente esto explica en parte la moda de hoy y el crecimiento exponencial de la demanda de vinos rosados de Provence en los países del norte de Europa.
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Un comentario en
NIKO-MEDIA el 10 julio, 2015 a las 6:58 am:
Magnífico el proyecto de esta bodega. Espectacular Clos d’Esgarracordes