16 mayo, 2020
Coqué Ruz. CEO Celler de Cataruz
Me llamo Coqué Ruz y estoy orgullosa de ser una mujer dedicada al mundo del vino en el que siguen mandando los hombres de manera muy constatable. Al menos no somos tantas con un proyecto propio.
Mi trayectoria en este mundo ha sido vertiginosa, desde que empecé hace 15 años. Al mando de mi propia empresa he focalizado los recursos y esfuerzos en conseguir aupar un negocio desde la nada.
Hacer vino es fácil, igual que con la cerveza también venden un kit por internet. Pero hacerlo bien, hacerlo con sentido, transmitir ese sentido, y llevarlo a la mesa de los consumidores, es otra cosa.
Tengo un principio claro. Hay que encontrar el camino en el que uno se pueda desarrollar, y para eso has de amar lo que haces. Te tiene que apasionar e incluso obsesionar y es entonces cuando los obstáculos son motivaciones para no aburrirte.
De esta manera elaboro mis vinos desde hace más de 10 años en una bodega ubicada en Enguera. La bodega no es mía, pero allí tengo adjudicado un espacio, unas instalaciones y unos tiempos que me permiten tener mi propia entidad y registros, y así poder tener todo adaptado a los requisitos necesarios para trabajar en agricultura ecológica.
Todos mis vinos tienen un alma, una personalidad propia. Y todos ellos han encontrado su hueco en el competido mercado del vino en la Comunitat Valenciana.
Para ello manejo las variedades que mejor expresan mis intenciones, los terruños que mejor plasman la personalidad de mis ideas, y trabajo con un buen equipo que me acompaña casi desde el principio.
Ha habido cambios en estos años. Cambios de ubicación, cambios de ensamblaje, pero cuando el eje de tu proyecto eres tú mismo, ningún cambio puede hacerte perder el equilibrio. Solo has de ser flexible, y ver los cambios como algo positivo que te hacen más fuerte a costa de aprender a sobrevivir.
Suena como un reportaje de Calleja… y es que mi día a día es así. El trabajo no acaba con la vendimia, o con el embotellado. Estoy de forma activa en cada etapa hasta que el vino se sirve en la mesa. ¿Cómo? Es una receta simple: pasión por mi trabajo. Esto me lleva a hacer un seguimiento de cerca sobre mis clientes, trabajar codo con codo con los distribuidores; visitar a los clientes finales, los restaurantes; hablar con los que compran mis vinos en las tiendas… Lo mismo me encontráis haciendo ruta con mi equipo comercial, en una feria de vino, en un concierto de música en vivo dando a probar mis vinos, o en el mismo Corte Inglés haciendo degustaciones.
Mis vinos son como un libro, un libro que te puede hacer sentir experiencias muy gratas. Yo he de ayudarte a entenderlo. He de hacer una buena sinopsis para que te animes a leerlo.
Así sus etiquetas, nombres, botellas han de ser una viva imagen de lo que hay dentro. Os pongo unos ejemplos. Malcriat es un vino cuyo nombre se lo debo a mis hijos, fuente de inspiración. Malcriat es la juventud, la diversión, la alegría, la vida sin preocupaciones. Il·lusiona’t: Hemos encontrado la energía que os hace funcionar y es la ilusión. Melic: Es el ombligo que nos une a nuestra madre, así como la Bobal nos une a nuestra Tierra Madre. Extremo: Riesgo, expresión, fuerza, disfrute al máximo… y el rock como música de fondo. Por último, aunque hay más, Maneras de Vivir: Como la canción, es un vino para meditar sobre la vida.. y el rock, otra vez, como música de fondo.
En cada uno hay una historia detrás para disfrutar copa a copa. Cuando queráis os las cuento.
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