Déjate seducir por el mundo del vino

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Yo te enseñaré a ver los colores…

Axel Pitarch tiene unos sentidos exquisitos. No en vano fue Nariz de Plata 2014. Vive el vino con pasión e intenta aprender cada día.

11 junio, 2015

NARIZ-2014-Axel-Pitarch

J.A. López

“…los olores y la vida. Solamente hace falta humildad y oficio y, sobre todo, mucho amor por lo que haces.”

Siento admiración. Axel está frente a mí en el Plaerdemavida. Es temprano. Sé dónde y a quién voy a entrevistar. Intento ponerle una trampa. Me ayudan Cristina de Shiseido, Julia de Givenchy y Lupi de BBI. Son mis consejeras de belleza (y de ustedes si quieren,están en la perfumería de El Corte Inglés de Pintor Sorolla). Me han dado sus mejores fragancias y las he puesto en la mesa donde tomamos un café.

Pierdo el primer asalto. Reconoce los aromas. Me alegro. Ahora, voy a aprender.

Me fijo en el apéndice nasal de Axel. Es normal. Empieza a enfadarse. Hemos venido a hablar no a superar pruebas de guerra.

axel_pitarch

Nunca había pensado en dedicarse al mundo del vino. Ha de esperar, hasta los veinte años, para encontrar el principio. “Desde pequeño me han gustado los aromas. Mi madre notaba algún indicio de que tenía facilidad en distinguir fragancias. Ella, que trabajaba en un local donde el sumiller ejercía su don, intentó que me explicara cosas que yo no entendía ni por asomo. Sin embargo, lo que empezó siendo un juego fue despertando mi curiosidad a la vez que las puertas de un mundo distinto cuya llave era el respeto”.

En un momento de su vida Axel viaja a Inglaterra. Todavía le quedaban los resquicios adquiridos en España de que “tomar vino era cosa de abuelos”. Para él, la cerveza, pero ya llevaba dentro a su nueva pasión.

“El primer vino que tomé era Marqués de Cáceres.” Gastamos bromas cuando le pregunto que le habrán enviado cajas y me responde que “ni una botella”. No deja de ser una anécdota y más conociendo a tan querida bodega. Allí, se va juntando con gente que sabe, entiende y ama el vino. Pone los cinco sentidos en marcha y aprende, aprende y aprende. Todo es poco. La pasión ya está desbocada.

Junto a un gran hombre hay una gran mujer y viceversa, en este caso aparece en la vida de Axel, Mari, su compañera, amiga y cómplice. Ella le apoya a que se dedique por completo al mundo del vino y, como maestra, se indica el camino acertado a seguir.

“Con todo lo que ya sabía, comienzo mi primer curso de sumiller en el 2012 con las mejores ganas de aprender y con la tremenda suerte de tener a los más fantásticos y entregados profesores. Ellos podían y querían enseñar yo necesitaba aprender.”

La mayor crítica, la tiene en casa. Mari y Axel, Axel y Mari, juntos aprendiendo y disfrutando de su gran pasión, el vino.

“No creo que tenga un don extraordinario. Todo el mundo puede tenerlo. Lo que es necesario es primero humildad, luego mucho trabajo y comprender que siempre te queda algo por saber.”

Está convencido de que todos los restaurantes, que quieran vender vino, deben tener un sumiller. “Se establece un pacto de amistad entre el profesional y el cliente. Le hablas de lo que tú sabes, compartes tus experiencias, formas parte del rito del amor al vino y, cómo no, por la gastronomía. Es una danza de sensaciones compartidas que son inolvidables y que abren puertas a la amistad.”

Hablamos del vino y me amplía sus conocimientos a la tierra, a la uva, a la meteorología, a la forma de la vendimia a la elaboración y conservación del vino, a las…”. Para conocer un vino has de hacerte preguntas continuamente. La base la aprendes en los estudios, lo demás es práctica, práctica y más práctica.”

Hay ausencias.

Es como si Axel, se evadiera de la conversación.

Tengo la tremenda suerte de que cerca de mí está Mari y un “pequeño torbellino” que nos lleva de calle a todos. Mari me sonríe.

Estoy ante un artista, su musa y su herencia.

Me siento bien.

“Beber un buen vino a morro es un placer único” Me suelta de sopetón.

No me digas que, cuando mareáis las copas con el vino, notáis tantos colores y olores, le suelto para descolocarlo. “Los olores y los colores están ahí. Hay que saberlos encontrar. Tanto una cosa como la otra son recuerdos de tus vivencias. Desde tu niñez hasta ahora. Recuerdos y sensaciones. Yo no tengo que convencer a nadie – añade al ver mi cara de pasmo- quien quiere saber sabe. Tan sencillo como eso.”

Y me habla de una botella de Mauro VS del 2006 con sus “frutas de moras maduradas en su punto. Mineralidad como de piedra blanca. Barrica muy limpia y muy poco tostada. Aromas lácticos como de yogurt o helado de mora… redondo y amable con la acidez en su justa medida… ancho y voluminoso hasta llenarte el paladar… colores de arándanos y moras…”.

Y vuelve a producirse el silencio y el respeto. Hasta la pequeña observa. Mari, sonríe,

“El vino es lógica y amor”.

Y nos da unos consejos.

Cuidar que la temperatura sea la correcta.

Que la copa esté muy limpia y en un ambiente no contaminado. Por supuesto, la copa correcta.

Para Axel, las mejores son las que abren y van cerrando hacia la boca.

Tómalo y disfrútalo en compañía y, a ser posible, buena.

Compártelo con la gente que aprecias y quieres.

Si puedes, compra más de una botella del mismo vino. Por si las moscas.

“Acaba la botella. Hasta el final. Deja que la amistad continúe y ríndele un homenaje a la vida.”

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