4 enero, 2019
Mª Carmen González
Estamos acostumbrados a ver botellas de vino o cava/champagne de 75 cl, las habituales en nuestras mesas, o como mucho, botellas Magnum, de 1,5 litros. Sin embargo, existen otras muchas medidas de botellas de curiosos nombres, entre ellas, la Baltasar y la Melchor, que hacen referencia a dos de los tres Reyes Magos.
Así, la botella Baltasar (Balthazar o Baltazar) tiene una capacidad de 12 litros o, lo que es lo mismo, el equivalente al contenido de 16 botellas estándar de vino o cava/champagne. Su nombre hace referencia a uno de los magos que, según la tradición, acudieron a adorar al Niño Jesús y a llevarle regalos. Él sería el portador de la mirra y representa la juventud del hombre. Una curiosidad sobre Baltasar: hasta el siglo XIV no se le representa con la tez negra. Pero esa es otra historia…
Por su parte, la botella Melchor (o Melchior) contiene 18 litros o el equivalente a 24 botellas de 0,75 cl. Su nombre nos habla de otro de los magos de Oriente, el portador del oro, representante de los pueblos europeos y de la edad adulta del hombre.
Como decíamos, es la de 0,75 cl (estándar, tres cuartos) la de uso más frecuente, especialmente por su manejabilidad. Pero, ¿por qué esta medida y no, un litro como sucede en otras bebidas, por ejemplo? Pues existen varias explicaciones o teorías al respecto. Una de ellas hace referencia a la antigua técnica de elaboración de las botellas, mediante el soplado del vidrio. Y es que la capacidad pulmonar del artesano vidriero a la hora de realizar una botella no alcanzaba mucho más de este tamaño. Otra de las teorías nos lleva al galón imperial, unidad de medida empleada por los británicos, y que equivalía a 4,5 litros. Hacer botellas de 0,75 cl permitía meter seis botellas en una caja y favorecer así la exportación.
Otra de las botellas más conocidas es la Mágnum, con una capacidad de 1,5 litros (dos botellas estándar) y que, según los expertos, es en la que mejor evoluciona el vino. Pero existen otros muchos tamaños, muchos de ellos con nombre bíblicos, y de transporte y manejabilidad complicados.
Así, está la Jeroboam, que hace referencia al primer rey de Israel, con una capacidad de 3 litros; Rehoboam, con 4,5 litros; la Matusalem (o Methuselah), con 6 litros; la Salmanazar, con 9 litros; la Nabucodonosor (o Nebuchadnezzar), de 15 litros; la Salomón, con 20 litros, o la Primat, con 27 litros o el equivalente a 36 botellas convencionales. La botella más grande tiene una capacidad de 30 litros y lleva por nombre Melchizedek, rey de Salem. Su contenido equivale a nada más y nada menos que 40 botellas estándar.
Existen otras medidas y otros nombres. Quizás las más conocidas sean los formatos más pequeños propios de los medios de transporte y que se entregan como obsequio en algunos eventos.
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