Déjate seducir por el mundo del vino

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CVNE. Primera estación

15 octubre, 2018

 

Texto: Isabel Cremades / Fotografía: Fernando Murad

Visitar La Rioja en otoño es un verdadero placer para los sentidos. Los viñedos ofrecen un auténtico espectáculo de colores rojizos, verdes y amarillos. Tanto si estás de escapada de fin de semana como si dispones de más días de vacaciones tienes un gran abanico de actividades turísticas, deportivas y de ocio donde elegir. Los más atrevidos podrán sobrevolar los viñedos en globo o en parapente y los más deportistas podrán hacer senderismo, ir en bici o pasear a caballo. Cualquier opción es buena para entrar en contacto con su historia, su paisaje y su cultura.

Estamos en Haro la ‘Capital del Rioja’, la población más importante de La Rioja Alta. El origen de la ciudad se sitúa cerca de donde se encuentra la primera obra dedicada a San Felices, su patrón. A 5 km se encuentra Bilibio, un antiguo asentamiento de la época de César Augusto que hacia el año 939, por un terremoto, se traslada hacia el cerro de la Mota, lugar en el que un faro guiaba a los viajeros por el curso del Ebro y de donde se cree que deriva el nombre de Haro. La comarca está emplazada entre la sierra de la Demanda y la sierra de Toloño, bañada por el río Ebro y su afluente, el río Oja Tirón de donde procede el nombre de la Comunidad Autónoma. Al norte linda con la provincia de Burgos por los montes Obarenes y al este con Álava.

Haro invita a dar un paseo con calma por sus calles empedradas, vestidas con nobles fachadas blasonadas y galerías blancas o por sus numerosos palacios señoriales –la mayoría de ellos construidos entre los siglos XVI y XVIII–, como el de los Condes de Haro, el de Tejada o el de los Condestables. Si tienen tiempo pueden recorrer la plaza de la Paz, donde se ubica el ayuntamiento y el Museo de Arte Contemporáneo El Torreón o visitar la parroquia de Santo Tomás y la Basílica de la Virgen de la Vega, patrona de Haro.

La ciudad jarrera cuenta con numerosas rutas y establecimientos donde disfrutar de sus vinos y su gastronomía. En pleno casco histórico, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1975, se encuentra ‘La Herradura’, una zona de antiguos y típicos bares en torno a las calles de santo Tomás y san Martín. Imprescindible si quieres ir de ‘tapeo’. Pero si lo que te apetece son nuevas experiencias y adentrarte en la cultura del vino visitando bodegas tienes una veintena donde elegir.

La historia del vino no puede entenderse sin la del ferrocarril. La puesta en marcha del ferrocarril coincide con dos enfermedades que afectaron los viñedos en Francia. El oídium en 1859 y la filoxera en 1867. En La Rioja la filoxera no llegó hasta 1892, lo que provocó que los viticultores franceses instalaran aquí sus almacenes y elaboraran vinos riojanos con sus técnicas para exportarlos a Burdeos. Existía un tratado comercial con el país galo que permitía exportar con bajos aranceles.

En mayo de 1863 el primer convoy recorrió el tramo entre Miranda del Ebro y Haro. La línea de ferrocarril Tudela-Bilbao fue recorrida por completo en agosto de este mismo año. El comercio del vino entre Francia y La Rioja generó el nacimiento del Barrio de la Estación donde comenzaron a ubicarse todas las bodegas.

Haro fue una de las primeras ciudades españolas, junto con Jerez, en tener alumbrado público gracias a la prosperidad económica que vivía la zona en aquel momento.

En 1892 la producción de vino propició la inauguración de la Estación Enológica de Haro y una sucursal del Banco de España.

Llegamos al Barrio de la Estación, nacido en la segunda mitad del siglo XIX, en plena Revolución Industrial. Cuna del vino de La Rioja y la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo. La Cata del Barrio de la Estación, que fue galardonada en 2016 con el ‘Premio a la Mejor Experiencia Enoturística’ en los International Wine Challenge Awards Spain, se ha convertido en un evento enológico de referencia.

 

CVNE
Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE), una de las bodegas de mayor tamaño de la DOCa Rioja, que no ha parado de cosechar éxitos nacionales e internacionales desde sus inicios, en 1879. Hoy en día exportan a más de 70 países. Víctor y María Urrutia, quinta generación de descendientes directos de los fundadores, los hermanos bilbaínos Raimundo y Eusebio Real de Asúa, se encargan de mantener viva la tradición y una historia marcada por la innovación iniciada por su familia hace casi 140 años.

La firma ha contado con históricos y prestigiosos enólogos como Ezequiel García, el Brujo, (1959-1973, que nos dejó el pasado 22 de agosto), Basilio Izquierdo (1974-2006) y María Larrea (que comenzó a trabajar en CVNE en 1990 y que es la actual directora técnica).

La compañía aúna cuatro bodegas: CVNE y la pequeña bodega Imperial en Haro, Viña Real en Laguardia y Viñedos del Contino en Laserna. Hoy visitamos las dos ubicadas en la localidad jarrera.

CVNE comprende un conjunto de 22 edificios y calados, entre los que se encuentran las dependencias originales de 1879, dispuestos alrededor de un patio central. Posee 545 hectáreas de viñedo, que responden al 50% de su producción, y se encuentran repartidas entre la Rioja Alta y la Rioja Alavesa, una zona de suelos arcillo calcáreos, arcillo ferrosos y aluviales, bajo la influencia del clima Atlántico y Mediterráneo. Las variedades que utilizan para la producción de sus tintos son tempranillo, garnacha tinta, mazuelo y graciano. Para los blancos, viura, garnacha blanca y malvasía.

Estamos en el puente de El Pilar. Huele a vino. Están vendimiando las uvas tintas y en la bodega se observa un incesante ritmo de trabajo. Nos recibe Javier Moreno, Community Manager, que a partir de ahora se convierte en nuestro guía particular. Comenzamos la visita en la denominada ‘Aldea del Vino’ donde en apenas unos minutos conseguimos viajar en el tiempo y trasladarnos a la época en que las vías del ferrocarril llegaban al interior de la bodega. Casi podemos oír el silbido del tren…

En este patio organizan actividades durante todo el año, como exposiciones o mercadillos, con el fin de darle un poco más de vida a todo lo que significa y supone el mundo del vino.

No es de extrañar que la bodega fuera elegida como escenario para rodar algunas de las escenas de The Way película de Emilio Estévez, hijo del actor Martin Sheen. Una conmovedora historia que transcurre en el Camino de Santiago.

En el pabellón más antiguo, que alberga la recepción, la tienda y donde se realizan las catas, se conserva el sistema de alumbrado eléctrico original. Una lámpara de madera móvil, que se desplaza por dos carriles de cobre con los que hace contacto, cruza la nave dotándola de una luz y una atmósfera especial.

Cune (con ‘u’ y no con ‘v’, debido a un error de imprenta) es la marca más antigua de la compañía. La gama abarca: blanco semidulce, rosado, crianza, reserva y gran reserva.

Entre algunos de los hitos de CVNE destacan: en 1915 el nacimiento de Monopole, la marca de vino blanco más antiguo de España; en 1940 la construcción de El Carmen, la primera nave de vinificación en hormigón en La Rioja, que hoy en día aún se encuentra en uso; en 1989 la puesta en marcha de la nave de vinificación El Pilar, la primera nave de vinificación no agresiva que usa la gravedad en el transporte del mosto. En 2013, debido a su respeto con el medio ambiente, CVNE se convierte en la primera bodega española en obtener la doble huella ambiental (carbono y agua) calculada en su vino Cune Crianza.

Imperial
La Nave Eiffel (1890-1909). La joya de la corona. Obra del estudio del arquitecto e ingeniero francés Gustave Eiffel. En su momento una auténtica revolución espacial que contribuyó a mejorar la gestión del parque de barricas y facilitó las labores de trasiego y mantenimiento. Una sala diáfana de 800 m2 sin columnas, una original e impresionante estructura realizada con una innovadora técnica de sujeción con cerchas y barras de hierro que atraviesan la nave.

Casi puedo imaginar al maestro de Érase una vez el hombre sacando de su barba y desplegando los planos de construcción de la nave y el relojito con ojos indicando las fechas.

Gracias a sus muros de mampostería de gran grosor se mantienen las condiciones óptimas para la crianza de los vinos. 400 barricas dispuestas en una sola altura. Lugar de reposo de los actuales vinos Imperial, el buque insignia de la bodega. En 2007, para conmemorar la rehabilitación de la nave se encargó una fotografía a José Manuel Ballester que luce en las paredes del fondo y ayuda a resaltar sus cualidades técnicas y estéticas.

En 1920 nace Imperial. La familia quiere hacer un vino especial de reserva para unos amigos comerciales ingleses. Se busca el mejor viñedo de Villalba. El nombre viene del primer embotellado llamado ‘pinta imperial’ (una pinta inglesa, o imperial, equivale a medio litro aproximadamente). 50% roble americano y 50% roble francés. Imperial no se elabora todos los años. Únicamente si la calidad de la cosecha es excepcional.

Imperial Gran Reserva 2004 es nombrado nº1 en el ranking Top 100 de la prestigiosa revista americana Wine Spectator. Se trata de la primera vez que un vino español es reconocido como número 1 mundial.

La Nave Real de Asúa data de 2005. Es una bodega autónoma donde se elaboran los grandes vinos de la compañía, el Real de Asúa y el Imperial. En 1994 se elabora Real de Asúa, un vino homenaje a los fundadores de la compañía. La fermentación se realiza en pequeñas tinas de roble francés de distintas capacidades, lo que les permite recoger la producción de cada parcela y darle un tratamiento individual y personalizado.

El Cementerio del vino
Llegamos al ‘Cementerio del vino’. No hemos descendido, pero por la inclinación natural del terreno nos encontramos a diez metros bajo tierra, lo que confiere al espacio las condiciones perfectas de oscuridad, temperatura y humedad para la conservación del vino. Aquí reposan las botellas de cada una de las añadas de CVNE desde 1879.

Nos adentramos en el primero de los tres calados que conforman este cementerio. Está prohibido el acceso a los otros dos para conservarlos y no dañar su hábitat. No hace falta ser un enamorado del vino para dejarte atrapar por la belleza y la magia que desprende el lugar.

Es impresionante caminar por los pasillos en los que se ha detenido el tiempo. Algunas botellas verán la luz y serán recuperadas para eventos especiales, las demás permanecerán inertes en un descanso eterno. El silencio sepulcral y la poca luz hace que te invada una tremenda sensación de paz y de respeto. Como si de un naufragio se tratase las botellas están completamente recubiertas de una espesa capa de moho (del hongo penicillium), y apenas se puede adivinar alguna etiqueta o forma.

En 1979, con motivo de la celebración del primer centenario de CVNE, se inauguró la ‘Casa Jardín’ y se organizó un ágape para el personal, accionistas y prensa especializada para el que se llamó a Paul Bocuse, considerado primer cocinero del mundo, quien contó con Juan Mari Arzak como ayudante e intérprete entre él y las brigadas de cocina. Como anécdota recordar que Bocuse cuando probó el guiso más conocido (las patatas riojanas) de Pilar Grandíval, cocinera de CVNE en aquel momento, se atrevió a decir que los anfitriones estaban locos al llamarle a él cuando su cocinera preparaba tan rico manjar.

Y como todas las historias tienen un lado romántico la leyenda cuenta que después de la celebración los descendientes de los hermanos Real de Asúa guardaron una selección de los cien vinos más valiosos detrás de una reja, la cerraron, tiraron la llave al río y firmaron un pacto. Los vinos permanecerían custodiados y solamente se abrirían cien años después, en 2079, si hacían acto de presencia todos los espíritus de los asistentes a la recepción.

Al lado del umbral de la puerta hay un cuadro con la firma de los asistentes, ubicación y añada de cada vino.

Terminamos la visita catando Monopole e Imperial Reserva 2014 mientras charlamos con Javier de muchos de los momentos especiales en los que CVNE ha estado presente. Sin duda, la mejor manera de acercarnos al vino y a las grandes historias que esconde detrás. Este ha sido nuestro ‘momento’ CVNE.

Las visitas a CVNE pueden realizarse de lunes a sábado, de 10:00-14-00 h y de 16:00-18:00 h. Los domingos, de 10:30-14:00 h, o a través de la página web www.visitascvne.com.

Haz una pausa, visita recomendada. Hotel Los Agustinos. Situado al lado del Teatro Bretón de Los Herreros. Convento en 1373. Guarnición militar en 1809. Hospital Militar en 1811. Cárcel en 1839. Fue reconvertido en hotel en 1989. Recomendable la visita a su claustro totalmente rehabilitado y recubierto por una bóveda acristalada donde se puede disfrutar de la gastronomía de la zona en su restaurante El Claustro, en el que es un privilegio poder observar siete siglos de historia disfrutando de una copa de vino. La bodega cuenta con más de 200 referencias, tanto de los mejores vinos de La Rioja, como de otras denominaciones.

Si te gusta leer, anótalo en tu agenda. A merced de un dios salvaje, Andrés Pascual (Logroño, 1969). Un thriller psicológico ambientado en La Rioja, que en el mes de su lanzamiento se ha convertido en un best seller y ya va por su tercera edición. El próximo jueves 18 de octubre, el autor presentará el libro en la sala Faro del Palacio de Bendaña. La Rioja Turismo ha puesto en marcha ‘Paisaje mágico’, una ruta inspirada en la novela que se podrá realizar los días 20 y 27 octubre.

 

Próxima parada: Viña Real. Tradición y modernidad

Final de trayecto: Viñedos del Contino. Romanticismo en estado puro

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