16 julio, 2018
La bodega valenciana Celler Cataruz ha logrado situar su vino blanco XTMO (Extremo) con 90 puntos en la prestigiosa Guía Peñin 2018. Y lo ha logrado contra todo pronóstico ya que se trata de una bodega joven, creada hace 10 años por Coqué Ruz, una mujer valenciana sin raíces ni tradición vinícola y sin contar con respaldo económico, tan sólo su ilusión y su trabajo. Hoy vende sus vinos en toda España y exporta a Australia, China, Liberia y Canadá. Recientemente ha conquistado el mercado anglosajón poniendo un pié en la capital británica y uno de ellos, Xtmo (Extremo) ha sido seleccionado para el certamen de los mejores vinos de España 2018 que se celebrará en Madrid en el mes de octubre.
La historia del Celler Cataruz no es una historia de generaciones, ni de legado familiar. Es un proyecto que emprendió su creadora como resultado de su experiencia como socia en otra bodega de la zona de Utiel. “Me propusieron participar con 8 socios, era poco dinero y me gustó la experiencia, pero nunca conseguía plasmar mis ideas ni llevarlas a término”, explica Ruz que añade: “Así que decidí independizarme y crear mi propio proyecto”.
Los vinos del Celler Cataruz son personales, de gran expresión y se distinguen, precisamente, por su peculiar carácter. Coqué Ruz cuenta historias, expresa sentimientos, a través de los vinos. Extremo es un vino que elaboró tras la pérdida de un ser querido, como expresión de la incomprensión, de las dudas ante este bien preciado que es la vida, de las ganas mismas de vivir. Así, como si de arte de magia se tratara, el vino lleva la fuerza de la vida vivida al máximo.
Xtmo son las siglas de su nombre, Extremo le llaman en su círculo reducido de amistades, nombre que le trae recuerdos de los conciertos de rock de este grupo, y a los que acudía para disfrutar y liberar adrenalina.
Pero Celler Cataruz no podría ser lo mismo sin su otra mitad, el enólogo Diego Fernández Pons, reconocido como el mejor de la Comunidad Valenciana recientemente, con el que comparte bodega en Casas del Rey y con el que ha rescatado variedades y les ha dado una nueva interpretación. En él encontró desde el principio la ayuda para buscar variedades de la zona que llevan esa fuerza dentro, y enfrentarlas en igualdad de condiciones, al 50%, para que la lucha de titanes saque todo su potencial. Así eligió el ensamblaje de uvas como la Verdejo y la Viognier, y las hizo pasar cuatro meses de crianza en lías. El resto de sus vinos siguen caminos similares, pero contando historias diferentes.
Habitualmente, las bodegas, imaginan qué vinos hacer con las variedades que cultivan. Coqué imagina y busca qué variedades le ayudarán a expresar lo que necesita contar. Esto le lleva a conocer y valorar más la personalidad de cada variedad, y entrar en su mundo peculiar.
Para los que tengáis curiosidad podéis encontrar sus vinos en vinotecas, tiendas especializadas, y en El Corte Inglés.
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