27 junio, 2018
Mª Carmen González
Felipe Nalda lleva año y medio al frente de la D.O. Toro, una Denominación de Origen que ha apostado por la internacionalización y cuyas cifras no dejan de crecer. Así, es la DO de Castilla-León con mayor carácter exportador, ya que destina el 38% de sus ventas al exterior. En el mercado nacional tampoco funcionan mal las cosas, puesto que su cuota de mercado ha pasado del 0,8% al 1,1%, «un dato que no parece muy relevante pero sí lo es en el cómputo global».
Con casi 13,5 millones de botellas vendidas el pasado año, un 17% más que el año anterior, los vinos de Toro viven, según Nalda, «uno de sus mejores momentos». En este sentido, el presidente de la DO destaca el reconocimiento de los vinos «por parte del público especializado». Y es, afirma, «son innumerables los vinos que tanto en guías como en concursos a nivel internacional y opiniones de prescriptores de nivel, nos tienen acostumbrados a estar en lo más alto».
En Toro destacan sus tintos, «bien dotados de color, de aroma intenso, estructurados y de largo recuerdo», que están «muy bien valorados socialmente». No obstante, afirma, sus variedades blancas, Verdejo y Malvasía, se están haciendo cada vez «más reconocidas» y los blancos de Toro son ya «una firme alternativa a otros vinos blancos».
Hablamos con Felipe Nalda.
P.- ¿Qué balance hace de su año y medio al frente de esta DO?
R.- Diría que intenso y de mucho trabajo. Lo mas difícil ha sido afrontar y llevar a cabo varios cambios. Por ejemplo, el propio funcionamiento del Consejo y de su normativa, afrontando retos tan importantes como la implementación de la norma 17065 de ENAC. Otro ha sido dividir la vocalía del órgano de gestión en grupos de trabajo para afrontar temas y cuestiones tanto técnicas como las propias de promoción, marketing y publicidad, para más tarde refrendarlas en los plenos.
Desde un principio hasta el día de hoy, hemos apostado por la internacionalización de nuestros vinos en terceros países a través de misiones inversas con importadores y periodistas de Japón, Suiza, EEUU o China, así como acciones de comunicación y publicidad a nivel nacional y en países intracomunitarios. También se ha reforzado nuestra presencia en las grandes ferias sectoriales como Fenavin (Ciudad Real) , Prowein (Alemania), Alimentaria Barcelona o Gourmet (Madrid).
P.- ¿Cómo definiría la DO Toro? ¿Qué la identifica y diferencia respecto a otras zonas?
R.- Sobria, con carácter, pero a la vez elegante. La mejor baza de esta D.O., su mejor recurso, no es otro que el propio viñedo.
P.- ¿Cómo son sus vinos? ¿Qué los caracteriza?
R.- Nuestros vinos están elaborados en su mayoría con la variedad Tinta de Toro. Son vinos bien dotados de color, de aroma intenso, estructurados y de largo recuerdo.
P.- De Toro se conocen especialmente los vinos tintos, ¿qué nos puede decir de los blancos?
R.- En cada zona, aunque ampare diversas variedades y distintos tipos de vino, desde siempre y hasta ahora se destaca uno muy reconocible. En nuestro caso es el tinto, muy bien valorado socialmente, sobre todo en los mas prestigiosos sectores del mundo del vino.
De todas las maneras, sí que es cierto, que, por nuestras bondades de climatología y suelo, nuestras dos variedades blancas -Verdejo y Malvasía- se están haciendo cada día mas reconocidas y de una manera modesta van introduciéndose en el mercado, siendo una firme alternativa a otros vinos blancos.
P.- ¿Qué nos puede contar de la tradición vitivinícola en la zona? Siempre se destaca el papel que jugaron los vinos de la zona en el descubrimiento de América.
R.- Su historia ha quedado reflejada en multitud de escritos y grabados desde tiempos inmemorables. La larga tradición vitivinícola de la comarca y sus gentes hablan por sí solas de las bondades y la calidad de los vinos de Toro.
P.- ¿Qué cifras destacables nos puede dar de la D.O. ?
R.- Lo más relevante de este ultimo año ha sido el crecimiento que ha experimentado la D.O. Así, las ventas han aumentado más del 17%, lo que ha permitido romper un cierto estancamiento que se arrastraba en los últimos años. A día de hoy, nuestra meta es superar las 13.465.000 botellas del ejercicio anterior, eso sí, siempre con los pies en la tierra.
Desde la D.O. seguimos apoyando a todas las bodegas para que esta tendencia de crecimiento no pare y le demos un valor añadido a la zona, desde el viñedo hasta la comercialización de los vinos.
P.- ¿Cómo se lleva estar en una zona con tanta ‘competencia’ con vinos de otras D.O. importantes?
R.- Dentro de esta Comunidad, con 13 Denominaciones de Origen protegidas, nos encontramos en el tercer puesto teniendo en cuanto a las ventas. Lo más importante es centrarnos en nuestras posibilidades y fijarnos en lo que hacen bien los demás para seguir mejorando.
P.- ¿Qué momento viven los vinos do Toro? ¿Hasta qué punto cree que son conocidos dentro y fuera de nuestro país? ¿Tienen algún hándicap que cree que hay que solventar?
Su reconocimiento por parte del público especializado vive uno de sus mejores momentos. Son innumerables los vinos que tanto en guías como concursos a nivel internacional y opiniones de prescriptores de nivel nos tienen acostumbrados a estar en lo más alto. Es cierto que, debido a nuestro tamaño y medios, llegar a todos los públicos es muy complicado. Por ello es muy importante rentabilizar al máximo nuestros recursos. Es importante que todos mantengamos una chispa de ilusión por lo que hacemos y no tengamos miedo de mirar para adelante.
Por aportar algún dato, en el ejercicio anterior la Toro fue la D.O. con mayor carácter exportador de Castilla y León, copando en este apartado un 38% de sus ventas. Asimismo, nuestra cota en el mercado nacional pasó del 0,8% al 1,1%, dato que no parece muy relevante pero sí lo es en el cómputo global.
P.- ¿Qué importancia otorgan al enoturismo?
R.- Mucha. En este corto tiempo de legislatura ha sido y es uno de nuestros mayores retos, al que destinaremos gran parte de nuestros esfuerzos. Porque si alguien no se ha dado cuenta, Toro y su comarca, al igual que Zamora en su conjunto, tienen mucho que dar a conocer. Algunos ejemplos son su fantástico románico, bellos parajes, su gastronomía y, por supuesto, su gente. Todo ello confirma un bonito reclamo turístico.
En breve asistiremos a la certificación de la Ruta del vino de Toro, de reciente creación, en ACEVIN. Sin, duda impulsará, no solo los vinos, sino que también será un revulsivo para el comercio, la hostelería y la zona en sí.
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