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Los Arráez: la saga más seria de la bodega «canalla»

10 mayo, 2018

Jaime Nicolau
Aunque sus últimas creaciones, como el Hu-Ha, han generado un tremendo bullicio con un marketing agresivo y acertado que la firma ya iniciara hace unos años con Mala Vida, Vividor, Bala Perdida… Arráez es un apellido de dilatada trayectoria en el sector vinícola valenciano. Añadiría más, su enólogo y director, Toni Arráez es un tremendo profesional del mundo del vino y con una envidiable capacidad técnica, pues se ha empapado en su trayectoria de la forma de hacer las cosas de zonas como Ribera, La Mancha, Jumilla o Valdepeñas, entre otras. Si ponemos todo eso en una coctelera y escuchamos con qué franqueza Toni explica que aquellos vinos y su éxito comercial son los que permiten afrontar otros retos, todos los presentes sabemos que lo que nos van a presentar es un proyecto, dentro del proyecto general de la firma, más que atractivo. Si además estamos en el Celler del S.XIII de Proava, casi que nos entregamos.

Y eso es lo que supone la nueva saga Los Arráez, compuesta por tres vinos, a cual mejor, bien pensados y excepcionalmente ejecutados, que quieren a la vez abrazar lo nuestro, la originalidad de nuestras uvas, de nuestro terruño. Lo que nos diferencia. Con esta nueva gama de vinos Toni Arráez quiere rendir homenaje a sus dos iaios. Ellos le inculcaron la cultura del vino, y ellos trabajaron las cepas y la bodega que hoy él dirige. Y lo hace queriendo recuperar todas aquellas variedades autóctonas que ellos trabajaron y que casi hemos llevado a la extinción.

“Cuando llegué a la empresa familiar –en el año 2010– sentí la necesidad de darle un cambio y empezar a trabajar con la expresión de las variedades autóctonas y los viñedos más viejos. En definitiva, a utilizar las mismas herramientas con las que empezó mi abuelo y luego mi padre”, ha explicado “poniendo en valor la esencia con la que se ha trabajado toda la vida en Terres dels Alforins”. Y es que “Los Arráez es volver a nuestros orígenes y nuestros inicios a nivel enológico. Con este proyecto –ha subrayado– cerramos un poco el círculo”, que terminará completamente cuando concluyan las obras de la nueva bodega y vea cumplido su deseo de trabajar en medio del viñedo, previsiblemente, para 2020.

Por el momento, se han embotellado un total de 21.000 botellas de “Los Arraéz”: 7.000 botellas de Verdil, 7.000 de Parcela 0 y otras 14.000 de Lagares, que se empezarán a comercializar a través de los distribuidores habituales en una venta enfocada a tiendas especializadas y alta restauración. La colección, que ya ha sido presentada en ferias internacionales, ha tenido muy buena acogida y ya han salido los primeros pedidos al mercado extranjero, por lo que habrá cupos de pedidos limitados.

Pero para esta nueva saga, la bodega no deja su lado gamberro del todo, presente en las etiquetas. Los Arráez Verdil cuenta con un Samaruch de L’Albufera, un animal en peligro de extinción, como la verdil hace unos años, y un aviador que representa a «mi iaio y todos los agricultores que han llevado esas tierras durante años». Es un vino fresco, redondo, y lleno de matices en nariz. Ideal para la gastronomía mediterránea.  Lagares, referencia cualitativa de la empresa desde los inicios, es un vino más carnoso y afrutado, con notas a roble. Tiene un 60% de uva monastrell y un 40% cabernet. Es un vino más complejo, expresivo en boca y con un final largo y agradable. En barrica de roble francés, americano y húngaro 12 meses. Su llamativa etiqueta con un vendimiador a lomos de un triceratops es todo un tributo a los ancestros y las raíces de la bodega. En ella, se ha querido plasmar el saber hacer y la filosofía del abuelo de Toni, fundador de la bodega. El Parcela 0 está compuesto por dos uvas autóctonas: 40% monastrell, 40% tintorera, y la unión de un 20% cabernet. En barrica de roble francés, americano y húngaro durante 18 meses. En su etiqueta encontramos a un cocodrilo sujetando una copa de vino en sus fauces, que representa la tradición y personalidad de los procesos de toda la vida, con la sofisticación y delicadeza de los vinos de hoy.

Y no crean que ha acabado porque se trata de un proyecto muy bien pensado. Con la bodega en medio de la viña, que estará finiquitada en dos años, y con variedades tan apasionantes en la zona como la Arco o la Forcallà. Así son los planes de Bodegas Arráez, una firma que presenta desde 2011 un crecimiento superior al 25% cada año y que, en 2017, logró vender más de 3 millones de botellas.

La bodega canalla también tiene su lado elegante, y vaya elegancia.

Un comentario en Los Arráez: la saga más seria de la bodega «canalla»

gmg el 12 mayo, 2018 a las 11:58 pm:

Como cualquier vino arràez, canalla o no, te gustará

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