Es una pregunta que nos repetimos de manera cíclica y, también en ese ciclo, en muchas ocasiones la respuesta es NO. No sé si porque como muchos dicen es nuestro carácter o si nos desilusiona que se nos conozca más por los múltiples casos de corrupción que nos salpican a diario.
El caso es que, en materia vinícola que es la que nos ocupa, contamos con unos valores excepcionales para ser una referencia en el panorama nacional, le guste a quién le guste y le pese a quién le pese.
Esta semana tuvimos ocasión de hacer una nueva visita a La Solana de las Pilillas en Los Duques, Requena, un yacimiento íbero que demuestra que en esa comarca hace 2.700 años que se producía vino con fines comerciales. Joer con los íberos. Y lo más importante, que desde entonces hasta aquí no ha dejado nunca de hacerse, ni siquiera cuando la filoxera arrasó las viñas de medio mundo.
Pues bien en ese viaje la pregunta con la que iniciamos este post vuelve a nuestras cabezas, y de nuevo sobrevuela el NO como respuesta.
Lo mismo puede aplicarse a cada visita a las notables bodegas que encontramos adscritas a las tres Denominaciones de Origen y la IGP de Castellón que tenemos en la Comunidad. Ya les hemos invitado en numerosas ocasiones a que se dejen seducir por la magia del mundo del vino, por la pasión de los bodegueros y por los parajes en los que se encuentran.
Pero obviamente es difícil hacer algo en común sin ayuda de la administración y uno se queda sin argumentos cuando la Comunidad ‘vende’ en su stand de la Feria del Turismo más importante de España FITUR, un año más Benidorm.
Me parece excelente, por no decir cojonudo, que las playas de Benidorm sigan llenándose cada temporada.
Me parece triste que sólo busquemos turistas tipo ‘Los Alcántara’.
Algunos dirán que el vino valenciano estaba, yo les aseguro que de manera testimonial para el potencial que tenemos.
Digo esto porque cada turista japonés, chino o anglosajón que visita Las Pilillas (que pueden esconder el origen del vino en la Península Ibérica) queda sorprendido y ya no cierra la boca en la visita a cualquiera de las firmas bodegueras de esa zona. Eso es turismo de calidad, del que puede dinamizar las estaciones del AVE de Requena-Utiel y Villena, el que puede porque su economía se lo permite gastar dinero seguramente en abundancia.
Pero para que nos conozcan fuera primero tenemos que conocernos nosotros. Saber lo que tenemos, valorarlo y ser embajadores de lo nuestro. Les invito a que intenten que uno de los vinos que toman a la semana, si no más, sea valenciano.
Que visiten las bodegas de las zonas productoras, y que trasladen su experiencia a sus amigos. Quizás así, con el boca a boca, seamos capaces de hacer el trabajo que otros siguen haciendo por el turismo de siempre, por lo fácil y de paso cuando se nos vuelva a plantear en nuestra cabeza la maldita pregunta la respuesta sea: Sí, sé lo que tenemos los valencianos.
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Un comentario en
Manuel el 30 abril, 2015 a las 11:12 am:
En Valencia vivo y nunca había visitado la zona, imperdonable, lo se. Pero me invitaron a visitar la Bodega redonda, fui y me enamoré de la zona, también de su historia con el territorio bobal, y como no, de sus vinos, especialmente los bobal http://utielrequena.org/blog/la-bobal-una-uva-muy-de-moda-en-los-vinos-espanoles/.
Quien no haya conocido Utiel Requena, debe hacerlo, de verdad.