26 abril, 2018
J.A. López
No me ha sorprendido el cariño y la aceptación con que ha sido recibido el nuevo restaurante de Sara y Celeste, el Dandy Canary.
Hace más de un año tuve el placer de poder escribir sobre un sitio que despertó mi curiosidad y llegó a engancharme como cliente, al principio, y como amigo al poco tiempo. Permítanme que les recuerde que hablo del Dandy Horse, en la calle Antonio Suarez 34, zona Aragón. El local sigue siendo el mismo. Los cuadros luminosos y llenos de vida, la biblioteca al fondo, la estudiada música y su taller de bicicletas para que, todos los clientes que vienen con este vehículo puedan solucionar cualquier problema que tengan.
Todo un conglomerado de “cosas especiales” que mantienen viva la ilusión de estas dos hermanas y aumentan la satisfacción de los clientes, entre los que se encuentran gentes de todas las edades y estamentos sociales.
Una gozada, vamos.
Sara, nacida en Canarias y entregada a la gastronomía y a todo lo que sea aprender de ella, y Celeste, su hermana, nacida en Sicilia pero universal, decidieron abrir este negocio y, desde unos meses más tarde, pusieron la mira en la ampliación del mismo. La verdad es que el éxito de Dandy fue instantáneo, seguramente por su originalidad y sencillez, además de un tremendo respeto hacia la gente y a la gastronomía.
Ha pasado un tiempo y ya está en marcha, desde hace muy pocos meses, el Dandy Canary. Casi enfrente de donde está Dandy Horse.
Y ya no me sorprende aunque me atrae. Dandy Canary es más restaurante que Dandy Horse. Tiene su terraza y su espacio de relax, pero está más centrado en la amplia y selecta gastronomía canaria, en la que Sara se ha especializado, y ha sabido compactar un equipo extraordinario de cocina y sala y además conseguir que sea con precios asequibles para todo el mundo.
“Teníamos pasión por abrir un local como este. Lo primero fue darle nuestro aire particular. Trabajamos mucho en hacer las cosas nosotros, como las sentimos, como nos gustan, pero con la ilusión de que lleguen a todo el público…”
El local hay que verlo. Espacioso, luminoso, lleno de colorido, amable, cómodo y lleno de detalles a cual de ellos te llama más la atención. Conviven juntos los pianos, las bicicletas, los cuadros, los juegos, los libros… está todo diseñado y colocado para que nada esté fuera de lugar. Cuando ves una bicicleta en la pared es que tiene que estar allí. No necesitas levantar las copas de las mesas para dar vida a las flores que protege con su colocación. Necesitas saludar al piano de la puerta y es obligatorio sentarte en los sofás de la entrada para dejar fuera las preocupaciones y disponerte a disfrutar de una experiencia que te hará volver.
“Una vez acometido el local venía la otra parte. Hemos tenido mucha suerte en todo. Primero en el equipo de cocina y en el de sala. Profesionales donde los haya. Lo siguiente, y no en el tiempo, fue conseguir proveedores de Canarias con la suficiente garantía y seriedad como para cumplir con nuestros sueños. Y otra parte más que es la constante superación en nuestro trabajo. Sinceramente, creo que lo hemos conseguido, pero esto no es más que el principio. Hay mucho por hacer”.
Celeste está seleccionando producto. A Sara, con la que hablo, le recuerdo el duro trabajo que, pese a su juventud, ha llevado a cabo. Sus viajes de EEUU, por Europa. Su ilusión por aprender cocina y su pasión por ella… Son recuerdos que llevan a las satisfacciones actuales.
Y se le ilumina el rostro cuando me habla de la selección de vinos que ha traído y de la gran aceptación que tienen. Por supuesto que no solo hay vino canario, pero ella está especialmente orgullosa de estos productos de su tierra.
Y ya está imparable recorriendo la carta al par que empieza un desfile de pequeños detalles de los que vamos tomando nota. Las mesas, ya vivas con sus pequeños detalles de decoración, cobran vida con esta presentación de platos que entran en sinfonía de más colorido, aromas y sabores.
Las papas arrugadas, las bravas de la casa, el almogrote, el queso asado, la variedad de croquetas, los churros de Pescado, el escaldón de gofio…
Las imágenes hablan por sí mismas. El pulpo a la plancha y el sancocho canario se abren paso en la mesa junto a la propuesta de carnes como el solomillo, el entrecot o la ropavieja.
Pasamos revista a la tremenda variedad de ensaladas (ambas hermanas son apasionadas de este plato y se nota) y a la sorprendente creatividad de las mismas. No quiere Sara que me olvide de las arepas y tampoco lo hago de la oferta de platos para compartir que son realmente atractivos.
Los postres tendrán que descubrirlos ustedes. Los hay para todos los gustos y, seguramente, pedirán más de uno.
Hay que cerrar el cuaderno y compartir algunas de las viandas que nos ofrecen. Sigue la paz y el calor del local y el humano del equipo que lo compone. Les digo que Dandy Canary está en la calle Antonio Suarez, 23. Su teléfono es el 961 14 21 96. Casi enfrente está Dandy Horse, lo cual le da más horas para seguir disfrutando del buen hacer de Sara y Celeste.
No se lo pierdan. Hay menú diario y los precios son asequibles a todos los bolsillos.
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Un comentario en
Si no eres cocinero, sal de la cocina el 3 julio, 2024 a las 3:34 pm:
«Cuando ves una bicicleta en la pared es que tiene que estar allí…». «Tremenda variedad de ensaladas…». «Arepas, bravas de la casa…» Hablando de gastronomía canaria es difícil decir más impertinencias. No me extraña que ese ¿restaurante? ya haya cerrado.