5 febrero, 2018
Jaime Nicolau
Un contundente puñetazo encima de la mesa. Sobran las palabras. Espectacular la cata en la que hemos tenido ocasión de probar los 15 vinos de la DOP Valencia que obtuvieron hace sólo un mes 90 ó más puntos Parker. Y como 14 de ellos se enclavan en el triángulo mágico que conforman Moixent, La Font de la Figuera y Fontanars dels Alforins, pues hasta ésta última localidad hemos viajado de la mano de la DOP Valencia, organizadora de este fantástico viaje. La cata, como bien dice Diego Fernández, en la sala de catas más bonita de la Comunidad Valenciana, la de Bodegas Los Frailes. Viendo desde una ventana mágica Els Alforins, el valle, la ombría… dejando el tiempo pasar con una copa de vino en la mano… Una mañana en la que se habló de monastrell y garnacha, pero también de arco, de forcallá o de bonicaire… y de otras tantas variedades que poblaron siempre los viñedos de la zona y que estaban cayendo en el olvido, pero ya no lo harán… Una mañana en la que percibimos la mágica madurez alcanzada por los notables proyectos de la zona a la que se suma savia nueva que mantiene la misma senda… Y comenzó el desfile.
Abrió plaza el último en llegar, Javi Revert (realmente lleva casi una década en Celler del Roure pero es ahora cuando ha empezado su proyecto personal). Su proyecto ha sido una de las grandes revelaciones de esas puntuaciones del crítico Luis Gutiérrez. Abrió plaza el blanco Micalet, que sigue mejorando con el tiempo en botella. Le siguió Simeta, un tinto que va a dar mucho que hablar, en el que claramente habla el terruño.
Le siguió su maestro, Pablo Calatayud con uno de los clásicos y otro de los antiguos de Celler del Roure. Primero Safrà y su mandó, un homenaje a la frescura y la fruta de una variedad recuperada. Después llegó Maduresa, un vino que Pablo quiere convertir en un monastrell de bandera, para que siga siendo uno de los vinos más notables del panorama vinícola del levante español.
Y llegó Escribanos Cepas Viejas de La Viña, de la mano de Jorge Caus. Un proyecto surgido de algo más de 10 hectáreas, en el que la cooperativa de la Font de la Figuera ha cambiado el modelo de retribución para el agricultor, incentivando que no sólo no se arranque ese viñedo viejo, sino que se mime de la manera más dulce posible. Pagando, se atreve a señalar Caus, «el precio más caro por la uva que se haya pagado en la Comunidad Valenciana». Y le siguió Icono Selección.
Y apareció, fuera de plaza pero con un proyecto de terruño y arraigo que bien podría exportarse al Els Alforins, Diego Fernández. Mostró Lo Necesario, un vino espectacular que realiza en Casas del Rey con la bobal como protagonista. Y como Diego es una caja de sorpresas, pues se atrevió con un vino aún no etiquetado que tiene visos de llamarse La Cierva y del que únicamente se elaborarán 1000 botellas.
Una breve pausa dio paso a José Antonio Ferri. El gerente de Los Pinos contó su llegada accidental a un mundo del vino, sin el que ahora no sabría vivir. La Sort es la última creación de la firma, un garnacha suave e intenso a la vez, que también ha conquistado a exigente Gutiérrez.
Llegó el turno de Rafa Cambra, sin duda uno de los personajes al que más debe el vino valenciano y que, de no ser por su carácter introvertido y su voluntaria retirada de los focos mediáticos, sería uno de esos personajes con el que siempre debiéramos contar. Y como Rafa lo hace todo tan sencillo, pues allí que presentó su espectacular Casabosca, elaborado con un 60% de monastrell y el resto de arco, bonicaire y forcallá. Le siguió La Forcallá de Antonia, de nuevo sobraron las palabras.
Y llegaron los Fil.loxera & Cía. Joan Llobell, José Ramón Domenech y Pilar Esteve. Comenzaron con Sentada sobre la Bestia y siguieron con La Mujer Caballo, ambos diferentes y ambos muy recomendables. Los vinos de garaje como defensa de un patrimonio, el de Fontanars, en el que confían, al que conocen, al que aman y al que defienden… con un marketing agresivo a la vez que acertado.
Jugaba en casa y le tocó cerrar plaza. Miguel Velázquez tomó la palabra para presentar los dos vinos de Los Frailes. Y Miguel nos habló de esos suelos que hacen diferente a la zona y los que Los Frailes rinde homenaje con vinos como Los Frailes Rubificado, una garnacha que es un espectáculo y 1771, el monastrell más exclusivo de la firma.
Y así terminó una mañana mágica que debe tener continuidad en plazas mayores, porque cuando los proyectos alcanzan esta madurez, se borda. Porque cuando la savia nueva llega con fuerza, ilusiona. Y cuando juntos se es capaz de defender un territorio con tanta pasión, se transmite y se cautiva la platea.
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Un comentario en
Miguel Soriano Ferrero el 11 febrero, 2018 a las 9:37 pm:
Apasionado por el vino, soy de la zona i estaria encantado si me mantuviéseis informado de cualquier evento.
Gracias.