18 enero, 2018
Mª Carmen González
Rambam, conocido también como Rabbi Moshe Ben Maimon o Maimónides, fue un reputado filósofo, médico, rabino y teólogo judío nacido en la Córdoba del siglo XII. Una figura muy importante, estudiada y respetada por los judíos de la actualidad, que no dudaba en recomendar el vino como medicina preventiva en sus escritos médicos. Ahora, este importante personaje da nombre a un vino kosher nacido en la comarca de Utiel-Requena: Memorias del Rambam.
Un alimento kosher es aquel apto o adecuado para ser consumido por los practicantes de la religión judía. Los productos kosher, palabra que en yiddish significa ‘puro‘, han de cumplir una serie de estrictos requisitos, y su elaboración debe ser supervisada por un rabino y su equipo.
Dado que la comunidad judía en España es bastante limitada (unas 40.000 personas, según la Federación de Comunidades Judías de España), pocas son las bodegas de nuestro país que se dedican a elaborar este vino destinado a la población judía. En este contexto, la empresa familiar de Annie Molco se ha marcado el reto de elaborar un vino kosher de alta calidad.
“Nuestro principal objetivo es trabajar la excelencia de nuestro terroir con nuestras uvas autóctonas. Por ello contamos con uno de los mejores enólogos de España, Diego Morcillo, referencia en la uva bobal. La bobal es nuestra uva estrella y buque insignia de la DOP Utiel-Requena, de ahí nuestra decisión de mantenerla como protagonista única en la primera gama de Memorias del Rambam”, explica Molco.
Y es que el vino es muy importante para la religión judía. De hecho, el día sagrado para los judíos, el Shabbat, comienza con la bendición del vino.
Memorias del Rambam es el primer tinto kosher elaborado exclusivamente con uva bobal, autóctona de la zona y recogida a mano por los agricultores de la cooperativa Coviñas de cepas de más de 40 años. Es un vino «muy agradable y fácil de beber, que gusta mucho a profesionales y amateurs», indica la responsable del proyecto.
Muestra un color rojo picota con reflejos violetas y llena el vaso con fragancias de frutas que recuerdan a cerezas, frambuesas y fresas, suavizada con elegantes toques de vainilla y canela. En el paladar es potente y sólido, al mismo tiempo que fino e intenso, con un balance que lo hace pleno, afrutado y elegantemente persistente.»Esperamos con impaciencia la evolución y las nuevas notas que nos aportarán el Crianza y el Reserva», indica Molco.
Y es que la idea de la empresa es ir ampliando la gama, con un crianza y un reserva, pero también con un rosado (el próximo año) y con un cava brut, que ya está en proceso de elaboración. Además, en la actualidad se está embotellando Memorias del Rambam Blanc, un blanco kosher elaborado 100% con uva macabeo, conocida también como viura.
Desde un principio, Memorias del Rambam ha estado dirigido a un público internacional, centrando sus exportaciones a diversos países de la Unión Europea, Estados Unidos, Hispanoamérica e Israel. Ahora bien, el proyecto de la familia Molco es ayudar a promover las altas cualidades de las cepas autóctonas españolas no solo fuera, sino dentro del territorio, trabajando y desarrollando una comarca única como es la DOP Utiel-Requena.
Vino kosher
El vino, como ya hemos dicho, es muy importante en la religión judía. En el Shabbat, día sagrado que se prolonga desde la tarde del viernes hasta el anocher del sábado, la cena comienza con la bendición del vino (kidush). El oficiante, tras realizar esta bendición, bebe de la copa de vino y, posteriormente, lo distribuye al resto de la mesa.
En la Pascua y en la mayoría de celebraciones judías el vino es también uno de los principales protagonistas. Es, además, junto a la carne, el producto alimenticio con mayor vigilancia y controles exhaustivos de higiene y calidad. Por ello, explica Molco, mucha gente no judía decide consumir productos kosher. “Además, el kosher se está poniendo de moda a nivel internacional, como el BIO, y nos encantaría proponerlo a toda la sociedad española”, añade.
Durante el proceso de elaboración del vino kosher, rabino y enólogo trabajan mano a mano, desde la viña al embotellado, para garantizar un producto final de alta calidad y así certificar que sigue todos los preceptos de la religión judía. Entre muchos otros, por ejemplo, controla que la uva se recoja a mano, la limpieza exhaustiva y purificación (kosherización) de las tuberías, de los depósitos, del uso exclusivo de levaduras permitidas y de botellas nuevas. El rabino y sus ayudantes son los únicos autorizados a abrir y cerrar los depósitos para así poder realizar los análisis y catas necesarias a lo largo de la elaboración del vino.
Un detalle interesante es que el 10% de los beneficios obtenidos por este vino, al igual que en cualquier negocio kosher, van destinados a obras benéficas y ayudas a los necesitados.
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