24 julio, 2017
Mª Carmen González
El equipo español se proclamó subcampeón de la Coppa del Mondo della Gelateria celebrada en Rimini (Italia) el pasado año. En la consecución de este subcampeonato mundial tuvo un papel muy importante Félix Llinares, de Heladerías Llinares, establecimientos que, desde entonces, ofrecen al público el helado con el que España alcanzó por primera vez el podium de este mundial de la heladería: el Caperucita Roja.
Este sabroso helado forma parte del conjunto que España presentó en el mundial, junto a una estatua de hielo, una torta y otras piezas que exige la organización de la competición y que recordaba al famoso cuento infantil. Ahora, Llinares lo vende en sus establecimientos de Valencia (plaza de la Reina, Archiduque Carlos) y El Perelló.
Caperucita Roja es un refrescante helado de crema inglesa (elaborada con vainilla bourbon), sorbete de mandarina, mermelada de frambuesa (por aquello del bosque de Caperucita) y trocitos de galleta de chocolate.
Una buena combinación, con el toque ácido de la frambuesa, que deja sensación de frescor, y en el que pueden verse los puntitos negros que deja una vainilla de gran calidad.
Pero este es solo uno de los numerosos sabores que ofrece esta heladería valenciana, que tiene en ‘nómina’ más de 60 diferentes, si bien no están todos a la vez porque el establecimiento los va cambiando y rotando según la temporada. Así, en el catálogo de Llinares nos encontramos helado de violeta, de donut, de mango y piña, de cazalla, de té verde, de RedBull, de ron, de horchata, de aguacate o de cerveza negra, sin olvidar los sabores tradicionales, entre los que destaca el de turrón, que es el más vendido.
Como novedades de este año, Llinares presenta el helado de Tarta de San Marcos (de bizcocho con nata y yema) y el llamado Liviu Glacé, de chocolate blanco, con menta y albahaca.
Heladería salada
Pero además de estos helados, pensados como un postre, o más bien un alimento, dulce, Llinares tiene helados de sabores salados, como el de gazpacho andaluz, el de salmorejo, el de tortilla de patata, el de fabada, morcilla o el de boquerones en vinagre.
Estos helados más que para degustar en el típico cono o tarrina a modo de postre, están pensados como acompañamiento de diferentes platos. Una nota diferente y distintiva para acompañar carnes o ensaladas, por ejemplo.
Así, nos recomiendan poner una bolita de helado de pepino o de tomate en una ensalada, hacernos un montadito de helado de morcilla, o acompañar una carne con un poquito de helado de mostaza.
¿Se atreven?
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
0 comentarios en