24 enero, 2017
Aunque para aquellos que conocemos la esencia de la Valencia marinera no es una sorpresa, nunca está demás recordar rincones que nos acerquen a esos sabores, aromas y recuerdos puros. Uno de ellos, sin duda, es Casa Guillermo, que con el apellido 1957 rinde homenaje al año en el que Casa Guillermo se instaló en el Cabanyal-Canyamelar.
Guillermo Madrigal y Carmen Ballester fundaron Casa Guillermo en la calle José Benlliure, hoy uno de los Casa Guillermo se encuentra justo a su espalda, en la Calle Progreso, aunque una señal en el viejo local sirve de guía. Está muy cerca del puerto de Valencia. En aquella su taberna Guillermo y Carmen vendían vinos a granel, licores y, como tapa, preparaban bandejitas de conservas, hasta que un día decidieron ampliar su oferta, introduciendo anchoas del Cantábrico. Estas excelentes anchoas, que desalaban y preparaban con aceite y ajos fileteados, unidas al trato familiar y al carácter peculiar de Guillermo, hicieron de la taberna todo un referente del tapeo en Valencia.
Desde entonces, Casa Guillermo se ha mantenido fiel a sus comienzos, elaborando siempre las anchoas de manera artesanal. Tal fama cogieron estas anchoas que a Guillermo se le rebautizó como «El Rey de la Anchoa», que no sabemos si con corona o no, pero su taberna sí fue lugar de peregrinación de importantes personajes de la nobleza y la realeza española. Hoy es Amparo, su hija, la que regenta este negocio que hereda toda la tradición de aquel, incluso el papel de estraza sobre el que siguen sirviendo parte de los platos, pero con un toque más moderno y acogedor en el establecimiento.
Pero como no sólo de pan vive el hombre, en este caso de anchoa, en Casa Guillermo 1957 también van a encontrar esencia marinera en toda la carta. Cómo no la espectacular titaina de bonito, ese pisto valenciano con tonyina en sorra (atún en salazón) y piñones, las mandonguillas (albóndigas) de bacalao, el esgarrat y la sepia encebollada. O las habas guisadas, el rabo de toro… una carta que le dejará ampliamente satisfecho.
Las anchoas las encontrarán en plato, en bocadillo o en este último formato combinadas, por ejemplo en un espectacular bocadillo mixto, que añade a las anchoas el bonito, pimiento asado y aceitunas.
Todo ello con un trato igual de familiar que en los últimos 60 años, y una carta de vinos espectacular. No pierdan tiempo y si están cerca del puerto o los Poblados Marítimos de Valencia, no duden en dejarse caer por Casa Guillermo 1957. Esencia de una época dorada. Esa en la que se enamoraron del barrio los más ilustres artistas de esta tierra.
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