Jaime Nicolau
La vendimia está a la vuelta de la esquina, para ser exactos ya ha comenzado en algunas zonas productoras andaluzas, pero en términos generales, lo hará algo más tarde que el año pasado, rebasado con creces el meridiano del mes de agosto.
Las variedades blancas arrancan la recolecta. Estamos en Requena, en el interior de la provincia de Valencia. Caen algunas gotas de un cielo encapotado que amenaza a tormenta de las que aquí son temibles en los meses de agosto. Es por eso que los enólogos miran al cielo con calma, pero con el rostro algo torcido. Requena es una de las poblaciones españolas fuera de Cataluña autorizadas a elaborar cava. De hecho, se ha convertido en la primera zona productora de este espumoso fuera de tierras catalanas llegando el año pasado a superar los 5 millones de botellas, cuando hace unos años apenas superaba el millón.
Hablamos con José Hidalgo, presidente de la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena y, sobre todo, gerente y director técnico de Unión Vinícola del Este, firma que ha puesto una marcha más a la zona en lo que a cava se refiere.
«Teníamos pensado empezar a vendimiar en 15 días, pero a lo mejor esta lluvia de hoy lo retrasa unos días más», señala un Hidalgo que ya está de vuelta de vacaciones, y que afronta su novena vendimia en Requena.
«El viñedo está espectacular. Tenemos una vendimia de más volumen que la del año pasado y, por el momento, todo apunta a una calidad también muy buena«, añade.
Pepe, así lo conocen viticultores y colegas de profesión en la comarca, es meticuloso en su trabajo. No deja nada a la improvisación. Así se ha ganado la confianza de viticultores de la zona que hace unos años arrancaban cepas, y hoy plantan variedades para cava. No hay que olvidar que Requena es uno de los términos municipales más grandes de España.
«La vendimia de las variedades de cava comienzan con la Chardonnay y le siguen por este orden Pinot Noir, Macabeo/Garnacha (se solapan), xarel.lo y parellada», recita de carrerilla.
Mientras en UVE está todo listo. Un año más darán el pistoletazo de salida a una vendimia de la que nacen estas burbujas mágicas producto de la segunda fermentación en botella. Hidalgo está ahora tranquilo, a sabiendas de que la calma dará paso a una tensión propia de la etapa final para la uva, después de un año en el campo. El resto, una vez toda la uva esté dentro, ya es trabajo de bodega.
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