26 febrero, 2016
José Antonio López
Me llama el Gran Luis (Big Luis para los que les gusta el inglés) porque quiere que compartamos una experiencia culinaria que me va a sorprender. Estoy en La Tòfona y conmigo, Jennifer, Guillermo y cómo no, Luis. Quiere que pruebe uno de sus platos estrella El carpaccio de pez mantequilla y me encuentro, de golpe, con un jardín en miniatura en un espléndido plato. Una sinfonía de colores y sabores “in crescendo”. Genial. Pido pan para mojar… no debe quedar nada en el plato.
En este ambiente se nos incorpora Tony. Es el hermano de Luis. Ejerce como jefe de cocina en L’Alqueria del Pou. Ya les conté, en su momento, su vida junto a Luis, pero, soy cotilla y le tiro de la lengua.
Dos hermanos, dos grandes cocineros.
“Siempre me gustó la cocina, pero me negaba a decirlo y mucho menos a trabajar en ella. Tuve la oportunidad de ayudar y animar a mi hermano para que hiciera lo que yo no quería hacer”.
Tuvo una serie de empleos, pero no le quedó más remedio que admitir que tenía que seguir la vocación. Me recuerda Luis que le decía Tony “hazlo, por favor, sigue ahí y sé el mejor. Por ti y por mi”.
Y nos llega una mousse de garrofó que aún me estoy preguntando cómo narices lo ha elaborado…
“Llega un momento en que no puedo más –sigue Tony– y entro a trabajar en L’Alqueria del Brosquil. Reviento, he de dedicarme a lo que me gusta y pongo todo mi esfuerzo y pasión en ello. No puedo engañarme ni engañar”.
Y ahora vienen a la mesa unas alcachofas con jamón estilo Luis. La madre que lo… con perdón.
Tengo la suerte de compartir mesa y mantel con dos grandes cocineros, una extraordinaria jefa de sala y un equipo que va y viene al cuidado de todos los detalles.
Además, conozco historias. Grandes historias.
Deberíamos hacer comidas y cenas temáticas.
Tony se incorpora a L’Alqueria del Pou. Rafael Soler le apoya en todo momento. El joven/eterno cocinero se va dando cuenta de lo maravilloso de su profesión. “Cuanto más tiempo tengo para cocinar más quiero cocinar”.
Se dedica a perfeccionar sus conocimientos sobre los arroces y va ampliando y compartiendo sabiduría culinaria.
Pedazo de plato el que nos llega. Calamares a la bruta estilo Baleares.
Y no sabes si comer, escuchar, aplaudir o agradecer un momento donde se junta todo el amor del mundo en una profesión, en una devoción, en una familia… en una amistad.
“Necesito que la gente disfrute comiendo como lo hacía en casa de su madre”.
Y está convencido de que todas las cocinas son buenas, si están bien hechas.
“Quiero aprender más. Compartir experiencias y disfrutar de la satisfacción de los clientes. Ojalá algún día, hablen de mí”.
Y hablamos del bacalao con crema de legumbres y curry verde y nos levantamos ante el pastel de zanahoria con helado de vainilla y chocolate blanco.
Lo que, en un principio era probar un plato, se ha convertido en un auténtico festín con el broche de honor de haber conocido a Tony, el hermano de Luis, el que le animó y ahora le apoya. Dos grandes de la cocina. Están ahí y les agradezco que hayan contado conmigo en un momento tan personal.
Al gran Luis, lo tienen en La Tòfona.
Al gran Tony lo tienen en L’Alqueria del Pou. Su teléfono el 96 373 77 06. Hablaremos del restaurante en otro momento.
Vale la pena.
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