16 diciembre, 2014
Jaime Nicolau / Vicent Bosch
Esa es la conclusión más importante que pudo sacar cualquiera de los casi 1.500 visitantes que el pasado viernes se acercaron hasta el imponente edificio de La Nau, en el corazón de Valencia, a un evento organizado por Terres dels Alforins. Las bodegas que conforman esta asociación (Belda, Los Frailes, Celler del Roure, Clos de la Vall, Los Pinos, Rafael Cambra, Antonio Arráez, Enguera, Torrevellisca, Heretat dels Taverners y La Viña) celebraron la tercera edición de un evento que, más que nunca, se ha encargado de mostrar la parte cultural de un territorio, de un paisaje, de un entorno, ligado a las costumbres más arraigadas del mismo.
Así el evento contó con una parte marcadamente didáctica en el arranque, haciendo honor al marco en el que se celebraba. Miquel Francés puso en valor con una intervención brillante el valor paisajístico del triángulo mágico que conforman Moixent, La Font de la Figuera y Fontanars dels Alforins. Obviamente una parte notable estuvo centrada en la labor de los viticultores y bodegueros de esta zona, que siguen defendiendo el cultivo de la vid como parte del valor histórico de la zona, además de jugar un papel fundamental en el presente y el futuro, como garantía de conservación del mismo.
También tuvo lugar una miniferia en la que los asistentes pudieron degustar los productos de las bodegas presentes, así como de la gastronomía de autóctona representada por la Carnicería Manolo y el Forn del Morenet. Durante la misma la cultura siguió teniendo un notable peso específico, con música y danzas de la Unió Artística y Musical de Fontanars dels Alforins y la Dansà de La Font de la Figuera.
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