‘Vinosofando’,  con Javier Revert (II)

Luca Bernasconi

A mis cinco lectores les recuerdo que en el número 100 de Plaza, comencé una conversación con Javier Revert. Y aquí va la segunda parte: 

­— Explícanos brevemente el proyecto La Comarcal.

—Surge de la ilusión por seguir trabajando junto a mi amigo Víctor Marqués, con quien coincidí en Celler del Roure durante dos vendimias. Él trabaja como enólogo en Casa lo Alto, en Venta del Moro. En 2017, empezamos a elaborar en su bodega, donde actualmente producimos Delmoro Tinto y Delmoro Blanco. Recientemente, hemos empezado a trabajar en La Font de la Figuera, donde usamos mi bodega para elaborar dos vinos: Lafont (blanco) y, desde este año, Grillat (tinto). Además, en 2022, hemos plantado cinco hectáreas de monastrell y arcos, en unas parcelas junto a la aldea de La Zafra, en el Valle dels Alforins. Lo que empezó para mantener el contacto, se ha convertido en un proyecto muy importante para ambos.

— ¿Quiénes son tus elaboradores fetiches y a los que estás agradecido? 

—Por supuesto, mi total agradecimiento a Celler del Roure, donde trabajé durante diez años. Allí es donde crecí y aprendí a amar el vino. Una gran escuela. También debo nombrar otros dos proyectos que previamente marcaron los caminos que yo ahora intento recorrer. El primero, Comando G., Fer y Dani, siempre ha sido mi principal referencia. Son, en mi opinión, el mejor proyecto del vino español y los admiro por su generosidad, valentía, pasión y su capacidad de pensar con perspicacia y agudeza. El segundo es Casa Castillo que, como la luz de los grandes vinos, ilumina el sureste español. José María Vicente lleva décadas elaborando vinos con tremenda identidad. Ha sido pionero, marcando el camino y apoyando generosamente a otros que hemos seguido sus pasos.

— ¿Hacia dónde va el vino valenciano?

—La Comunitat no es ajena a lo que está ocurriendo en España, y cada vez son más las bodegas que sitúan al viñedo en el centro de todo, subiendo el listón y poniendo en valor los lugares especiales. Cada día, más miradas se dirigen hacia nosotros y necesitamos que surjan aún más proyectos que apuesten por la identidad de su territorio y que se atrevan a fijar precios justos a su trabajo y esfuerzo. Dotar de prestigio a una zona repercute en beneficios para todos, desde el agricultor, a las bodegas más grandes que venden vinos más económicos y que gracias a ello podrán subir sus precios. También es fundamental, como así ocurre, el apoyo de los sumilleres y restauradores de nuestra Comunitat.

—¿Habrá vida tras Luis Gutiérrez?

—Luis es de los principales responsables del resurgimiento imparable del viñedo español. España no se podía reducir a Tempranillo y Rioja, porque dábamos la espalda a un patrimonio inmenso. Ribera del Duero y Priorat fueron los primeros en levantar la voz pero, actualmente, el gran país de viñas que es España nos muestra su inmenso potencial desde Galicia a Jumilla, pasando por Gredos o Málaga. Todas las zonas tienen una historia vitícola y variedades propias. Luis es el mejor altavoz para mostrar esta realidad al mundo, y ojalá siga siéndolo muchísimos años. Su gran trabajo de ponernos en el mapa no tiene vuelta atrás, y ahora nos toca a las bodegas mejorar nuestros vinos y subir el listón cada año, trabajando nuestro viñedo con mayor precisión, profundizando en el conocimiento de nuestros suelos, variedades, orientaciones, etc. Ya existen bodegas que, por este camino, han conseguido situarse al máximo nivel. Creo que conseguiremos poner a España a la altura que su riqueza vitícola merece y animo a los jóvenes a emprender nuevos proyectos con pasión porque, como demuestra mi caso, no es necesaria una bodega proyectada por Frank Gehry para elaborar buenos vinos.

Salut! 

‘Vinosofando’ con Javier Revert (I)

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