29 mayo, 2020
Jaime Nicolau
Existe un territorio extenso en el interior de la provincia de Valencia en el que algunos estudios sitúan el origen del vino en la Península Ibérica. Un mar de viñas que llevan siendo el motor de una extensa comarca desde hace 2700 años. Los yacimientos arqueológicos encontrados en esta Denominación de Origen avalan la producción de vino y su comercialización ininterrumpida desde la época íbera hasta la actualidad, especialmente Las Pilillas en Requena o el Poblado Kelin en Caudete de las Fuentes. Una tradición que ha pasado desde entonces de civilización en civilización, de pueblo en pueblo, de familia en familia. Una tradición de enorme arraigo, que arranca en la orilla este del Río Cabriel, un río mágico que guarda el enclave maravilloso del Parque Natural de Las Hoces del Cabriel, recientemente elevado a Reserva de la Biosfera. Unas tierras que se extienden desde esa orilla hacia el norte, hasta tomar forma de arista en un mágico vértice del último reducto de Valencia con las provincias de Cuenca y Teruel. Pero también hacia el sur hasta su frontera con tierras albeceteñas y camino a Valencia hasta la localidad de Siete Aguas. Miles de hectáreas con una uva reina: la bobal. Una uva que comparten con la vecina Manchuela y Ribera del Júcar, al otro lado del Cabriel.
Porque cerca del 80% de esta extensa denominación de origen está plantada con variedades tintas, y de ellas casi un 70% son bobal. Y porque de ese porcentaje es elevadísimo el que corresponde a viñas viejas, un patrimonio de incalculable valor y que la DOP Utiel-Requena trabaja de manera constante para salvaguardar. Una variedad que no puede ser mayor reflejo de sus gentes: fuerte y dura para resistir un clima extremo; elegante y bondadosa cuando crece feliz. Una uva ‘maltratada’ por el carácter granelista que acompañó durante muchas décadas al vino valenciano, pero que ha sido capaz de resurgir con enorme poderío, especialmente en las últimas dos décadas. Cada vez son más los enólogos, bodegueros y bodegas que ven en ella la manera de ser diferente desde lo auténtico. De embotellar una tipicidad que está al alcance de pocos. Vive una edad dorada, pese al paréntesis que la Covid-19 ha supuesto para todos. Tal es así, que además de los reconocimientos que los vinos de bobal alcanzan cada día a ojos de la crítica, una voz tan autorizada como Bibendum Wine, en The Drinks Business, la sitúa como una de las variedades a tener muy en cuenta a tenor de la opinión de los consumidores.
Territorio y clima, un paraíso para la bobal
La Denominación de Origen Utiel-Requena se encuentra en la meseta interior de la provincia de Valencia (España), a 70 km del mar. Posee un clima mediterráneo con rasgos de continentalidad, debido a sus 750 metros de altitud media. Un clima frío y de enormes contrastes en la época de maduración, que garantiza una salubridad de la uva envidiable. El área de producción ocupa unas 33.000 hectáreas de viñas y comprende nueve términos municipales: Caudete de las Fuentes, Camporrobles, Fuenterrobles, Requena, Siete Aguas, Sinarcas, Utiel, Venta del Moro y Villargordo del Cabriel. Más de 5.000 mil familias de viticultores y más de un centenar de bodegas viven de la vitivinicultura en la DO Utiel-Requena, por lo que el vino es el principal motor de la economía de esta zona, que además cuenta con un pilar importante en el modelo cooperativo.
Grandes tintos, sorprendentes rosados y mucho más…
Los vinos elaborados con bobal tienen un color intenso y característico, con mucho cuerpo y aromas complejos y afrutados. Y ahí entra la enorme pasión de los técnicos para arrancarle matices que la hagan todavía más única ya sea envejeciéndola en barricas, en depósitos de cemento crudo, en tinajas o en ánforas de barro. Lo que es un hecho es que estudios científicos demuestran que la bobal es una de las variedades de uva con mayor contenido en resveratrol, que es la sustancia asociada a beneficios cardiosaludables y anticancerígenas, atribuidas al vino. Son los vinos tintos elaborados con bobal los más conocidos dentro y fuera de nuestras fronteras. Pero los lugareños de esta Denominación de Origen bien conocen los encantos de los rosados de bobal: pura golosina y frescura.
Pero también hay hueco para enormes vinos de otras variedades. Así, encontramos vinos elaborados con foráneas como Pinot Noir, Syrah o Merlot. También con Tempranillo, Garnacha Tinta, Garnacha Tintorera, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot o Cabernet Franc. También los blancos son reconocidos, especialmente los elaborados con Macabeo, Merseguera, Tardana, Chardonnay, o Sauvignon Blanc.
Y así, como una orquesta perfectamente dirigida por la autóctona bobal, escribe Utiel-Requena una de sus páginas más importantes en el mundo del vino. A golpe de tradición, cepas viejas, tesón y enormes elaboraciones, en el mar de viñas de la ‘Reina Bobal’.
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2 comentarios en
Juan el 29 mayo, 2020 a las 1:00 pm:
Requena Utiel y no Utiel Requena.
No es lo mismo decir Móstoles Madrid que que decir Madrid Mostoles.
Jaime Nicolau el 29 mayo, 2020 a las 6:56 pm:
Querido amigo, la Denominación de Origen es Utiel-Requena, no hay más.