30 septiembre, 2020
Mar Lafuente
Joan Guía, enólogo de Finca Collado, es un valenciano de 40 años que lleva casi media vida dedicándose a lo que más le gusta: el sector vinícola. Estudió ingeniería química, pero cuando tuvo que decidir a qué se quería dedicar fue muy fácil, él quería trabajar con la viña, en concreto, con la variedad monastrell, ya que desde pequeño había estado en contacto con este mundo en Beneixama, el pueblo alicantino de donde es su familia. Se puso en marcha para cumplir su sueño y se fue a estudiar enología a Tarragona. Estuvo un tiempo trabajando en Fontanars dels Alforins, donde tuvo contacto con el proyecto de Finca Collado, el que ahora se ha convertido en el proyecto de su vida.
5barricas.- ¿Cómo surge el proyecto ‘Finca Collado’?
Joan Guía.- Finca Collado es una finca que está ubicada aquí en Salinas, en la zona del Alto Vinalopó, y que nace en 2003, pero a la que yo me uní en el 2007/2008. La bodega pertenece a la familia Castelló, querían darle actividad con las viñas, entonces, con ayuda de Samuel Castelló, hijo de los propietarios y con un gran carácter emprendedor, recondujimos todo el proyecto con un objetivo muy claro: recuperar la cultura del vino que aquí se había perdido con los años. Para eso comenzamos a plantar variedades autóctonas que estaban perdidas, a recuperar viñas viejas y a trabajar de la forma en la que se hacía antes.
5b.- ¿En qué momento está Finca Collado?
J.G.- Actualmente seguimos intentando cumplir nuestro objetivo de recuperar las viejas tradiciones, de hecho, ahora estamos plantando en vaso como se hacía antiguamente y estamos a medio camino. Tenemos un proyecto para continuar siendo pequeños, pero sacando nuevos vinos y reformular algunos de los que ya están en marcha, siempre trabajando con variedades autóctonas. Queremos sacar un malvasía emulando las vinificaciones antiguas de vino blanco de la zona. Además, ahora hemos plantado garnacha blanca, una variedad que prácticamente no queda; también tenemos forcallà, una variedad que fue denostada porque venía tarde y no daba mucho color, algo que en su época se consideró que no era bueno. Estamos a punto de sacar vinos de merseguera de viñas viejas y ahora hemos recuperado una viña de bobal, una variedad que en Alicante, sobre todo en el Alto Vinalopó, había y que a día de hoy en toda la Denominación de Origen Alicante solo quedan dos hectáreas y media.
5b.- ¿Qué ventajas y qué inconvenientes tiene ser una bodega pequeña?
J.G.- El inconveniente de una bodega pequeña es que el coste de hacer tu vino es muy alto, entonces los precios a los que tienes que vender el vino son altos. También en un mercado donde hay grandes bodegas es más difícil competir. Pero por otro lado, tiene muchas ventajas, le dedicas mucho tiempo al vino y esto hace que tengan una calidad que otros no pueden tener, o tienes vinos muy diferenciados que otros tampoco pueden conseguir. Ser una bodega pequeña nos permite tener unos vinos que van más acorde a nuestro legado cultural. Todo esto son ventajas y yo creo que son superiores a los inconvenientes.
5b.- ¿Cómo habéis vivido el confinamiento en la bodega? ¿Cómo estáis afrontando la nueva normalidad?
J.G.- El confinamiento nos ha afectado bastante porque nosotros, antes del confinamiento, trabajábamos más bien en exportación y hostelería y no tanto en venta directa. Ahora nos hemos reinventado un poco y estamos enfocando una parte del esfuerzo a la venta directa, no una venta online sino una venta privada directamente del productor al consumidor, donde los clientes pueden comprar directamente de la bodega. La verdad es que nosotros estábamos desde hace un año y medio potenciando mucho el enoturismo, que con el confinamiento ha sido imposible, porque nuestra finca tiene una gran ventaja y es que los viñedos están alrededor de la finca, algo no muy común en Alicante, y nos permite hacer actividades muy interesantes. Con la nueva normalidad hemos vuelto a retomar el enoturismo y estamos notando, sobre todo a partir de septiembre, que están aumentando mucho las visitas de grupos de amigos o familiares que buscan pasar un día diferente de forma segura, cumpliendo todas las medidas sanitarias e intentando hacer todo al aire libre. Ahora con el invierno no será igual, pero las previsiones apuntan a un aumento del enoturismo.
5b.- ¿Cómo está yendo la vendimia 2020?
J.G.- Pues es una vendimia rara por la situación, tenemos que extremar la precaución con la vendimia. Si tuviéramos algún caso de contagio en la bodega sería muy complicado porque ahora no podríamos cerrar, las viñas están ahí y los vinos no paran, no se puede decir bueno pues ya lo haré dentro de dos semanas, por eso estamos teniendo mucho cuidado. Este año estamos haciendo lo mínimo, porque sí que es verdad que con el confinamiento se ha perdido una parte importante de la venta, pero la vendimia está yendo muy bien y tenemos expectativas muy buenas con los vinos.
5b.- Conforme pasan los años los vinos alicantinos están adquiriendo un mayor prestigio ¿por qué crees que es esto?
J.G.- Esto es una lucha muy difícil porque Alicante es una zona vinícola que en el pasado fue muy reconocida, que se denigró mucho después y que ahora está empezando a explotar. Yo creo que está aún empezando y que queda mucho potencial por recorrer. Lo bueno de esta provincia es que tiene unos suelos y unas características climáticas muy buenas. También cuenta un legado cultural que debería aprovecharse más, por eso en Finca Collado apostamos por esto. Hay variedades como la merseguera que está muy extendida en blancos y prácticamente aquí está desaparecida. La monastrell, que es la uva por excelencia de la zona y una de las mejores adaptadas, sí que está, pero hay otras como forcallà, garnacha o bobal que son variedades que prácticamente ya no quedan y sí que existían aquí. Por eso creo que tenemos aún mucho recorrido por mejorar, aunque hay bodegas y enólogos de Alicante que están consiguiendo resultados magníficos.
5b.- ¿Qué caracteriza a los viñedos y los vinos del Alto Vinalopó?
J.G.- Los vinos de esta zona tienen muy buena sintonía con variedades tardías como son la monastrell y la merseguera. Tenemos altitud y tenemos un clima que, aunque nos limita la producción, nos permite conseguir una buena madurez, pero teniendo muy buena acidez. Durante la maduración conseguimos vinos que van a bastante grado, pero con una buena acidez, por lo que son vinos que aunque tengan bastantes grados son frescos, eso para mí es la clave de esta zona.
5b.-¿Cuál es tu forma de hacer y de entender el vino?
J.G.- Para mí el vino es parte de nuestra cultura. Hacemos vino aprovechando la cultura anterior e integrándonos en ella, en la forma de hacer de antes, aplicando esos conocimientos que han ido mejorando con el tiempo, pero sin perder el origen de donde vienes. Al final es una manera de hacer local que a nosotros nos sirve, aunque en otros sitios lo harán de otra forma. Lo importante es no utilizar estos conocimientos y la cultura del vino para hacer únicamente un negocio y sacar dinero, sino que formes parte de la creación cultural, aunque no es fácil. Nosotros lo estamos intentando, por ejemplo, plantando en vaso como se hacía anteriormente por la zona, ya que con las condiciones climáticas que tenemos es un acierto. Además, con esta manera de trabajar dejamos un legado para la generación siguiente, nosotros hemos aprovechado el que nos han dejado otros con las viñas viejas y, para mí, la creación cultural es dejar un herencia para que en un futuro lo utilicen los que vienen detrás.
5b.- ¿Qué hace especiales a los vinos de Finca Collado?
J.G.- La curiosidad más grande que tenemos aquí en Finca Collado es que una parte de los suelos tienen una elevada salinidad, algo que es limitante en cuanto a la producción, pero que tienen la justa para producir y convertirlos en vinos muy diferenciados y especiales. Lo que queremos transmitir a través de los vinos es que somos un proyecto que se fija en el legado cultural que tiene y que es fiel a sus orígenes, ensalzándolos y transformándolos a mejor, lo principal es eso. Además de que con esto nos lo pasamos muy bien, disfrutamos trabajando así y que un proyecto pequeño con esta filosofía puede ser viable, para mí el logro es esto.
5b.- Las etiquetas de vuestros vinos están muy trabajadas, ¿es importante cuidar estos detalles?
J.G.- Yo creo que el vino es todo. La etiqueta o la botella también son importantes, lo mismo que cuidas dentro tienes que cuidarlo fuera. Hay vinos que pueden tener muy buena etiqueta pero que luego dentro no tienen nada. Lo importante es que todo vaya acorde y con una línea. Nosotros trabajamos con Pep Gramage para el diseño de las etiquetas, con quien tenemos una muy buena relación personal además, y entonces es muy fácil trabajar con él, porque lo que queremos transmitir con el vino Pep lo plasma en la etiqueta y yo creo que consigue un resultado muy bueno.
5b.- ¿Qué vino recomendarías de Finca Collado?
J.G.- Yo recomendaría Vi de Sal, un vino con una gran salinidad, es una vinificación muy especial que no podemos hacer todos los años, es una cosa única con una producción limitada, es muy complicado de hacer, es muy sugerente y creo que vale la pena. También recomiendo Delit, es una viña vieja de monastrell, que es un vino de parcela que trabajamos mucho, un vino muy maduro y muy fresco a la vez que creo que es muy agradable.
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
0 comentarios en