29 diciembre, 2022
Hemos querido hacer este año un ejercicio de humanizar los vinos y los proyectos bodegueros de la Comunitat Valenciana. Ayudar a los lectores a poner rostro a las personas que están detrás de nuestros vinos. Un ejercicio complejo con una sesión de fotos muy numerosa a la que, como siempre, nos han respondido de manera abrumadora, por lo que lo primero es dar las gracias a tod@s.
Vivimos la era del querer saber más. Es un fenómeno que se produce mucho en el mundo de la gastronomía cuando visitamos el proyecto de un chef de renombre. Esos dos minutos de charla con cada mesa, con cada comensal, son muy valorados por los clientes. Y es un fenómeno que cada vez más se produce también en el mundo del vino. Humanizar los proyectos se ha convertido en una herramienta perfecta para conectar con los consumidores de manera directa.
En este ejercicio viajamos por las tres provincias de la Comunitat recorriendo el eje vertebrador en el que se ha convertido el mundo del vino de norte a sur y de este a oeste. Nos citamos con las personas que hay detrás de cada uno de esos proyectos y trazamos un perfil de cada uno de ellos, dibujando la radiografía actual del vino valenciano. Esos perfiles tienen un componente claro de objetividad, la que nos otorga a todos su trayectoria. Pero también entra en juego la variable subjetiva de quién los escribe. Es un ejercicio de sinceridad narrativa. Contamos cómo los vemos nosotros. Cómo nos conquistaron a base de pasión. Qué historia se escribe detrás de cada uno de ellos. Cómo llegaron al mundo del vino. El objetivo es acercar a los lectores esa parte que no se ve de cada una de las personas que han colocado a los vinos de nuestra Comunitat en el mejor momento de su historia.
Lo hacemos haciendo paradas en muchos rincones. Kilómetros que cuentan de verdad en el marcador del coche. Varios miles en un año en el que por fin parece que dejamos atrás ese hurto de tiempo que nos ha supuesto la pandemia. El tiempo pasa demasiado deprisa como para que nos hayan arrancado dos años de las entrañas. Dos años en los que hemos dejado de hacer muchas cosas. Pero dos años en los que nadie ha podido borrar dos cosechas, dos vendimias, dos añadas. Porque el campo no entiende de pandemias. Y ahí de nuevo ha estado el sector del vino de la Comunitat mostrando su fortaleza y resiliencia. Haciéndose acreedor de una apuesta firme y definitiva de todos nosotros, prescriptores y consumidores, pero también de todas las administraciones.
Sirva esta Guía como homenaje a todos esos ‘guerreros’ del vino valenciano.
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